6/26/2007

LOS TOROS CON PELO JABONERO VUELVEN A SALTAR A LOS RUEDOS


Decían los antiguos aficionados sobre el toro bravo que lo negro es lo más bravo. Y cierto es que no les faltaba razón. El pelo negro, característico de la sangre procedente de Vistahermosa, modelo de toro para la fiesta moderna, se fue haciendo predominante en las ganaderías de bravo, una vez que se iba imponiendo en las mismas. Los demás encastes fueron condenados al ostracismo. La casta jijona fue desapareciendo tras sucesivos cruces con toros de Ibarra. Desaparecieron los toros polícromos en los que se daban todos los pelos posibles, desde el ensabanado hasta el negro, pasando por los sardos, salineros, castaños, colorados así como los berrendos... La base de esta variedad de capas procedía de Veragua. Pero si hubo un pelo característico de la sangre vazqueña, ése era el jabonero. Este espectacular pelo, que en un principio no era predominante en la citada ganadería, comenzó a hacerse habitual cuando a mediados del siglo XIX y ha vuelto ahora tras décadas de estar en un segundo plano. Rara es la corrida en que no salta algún toro de este pelo. Tras estar marginados por asociarse a la añeja ganadería de Veragua o por manifestar toreros y empresarios que los públicos los relacionaban con el ganado de abasto, este pelo se podría decir que vuelve a estar de moda. ¿Pero por qué? Todo tiene su origen en la torada de Juan Pedro Domecq, la cual posee el hierro y divisa que ostentaran los Duques de Veragua, cuyas vacas madres de nota excepcional -muchas con esta capa- quedaron en la vacada, aunque fueron padreadas con elementos del Conde de la Corte y Mora Figueroa.
Con el tiempo, un descendiente de esas vacas ‘vaqueñas’, nombrado ‘Ilusión' número 40 , hijo de 'Humorista’ de pelo melocotón claro, fue tentado para semental por un capricho de la esposa del ganadero. El resultado de la tienta fue tan bueno que el toro fue aprobado. Ese toro comenzó a dar hijos de pelo jabonero. Este toro marcó tanto, que la capa fue haciéndose habitual, tanto en la ganadería de Juan Pedro como en otras que buscaron simiente en ‘Lo Alvaro’, caso de Núñez del Cuvillo, Santiago Domecq, Sánchez Arjona y otras muchas procedente del tronco de Domecq. Igualmente un toro de nombre ‘Violetero’ número 99 guarismo 4 de la ganadería de Julio de la Puerta, enrazado en ‘veragua’, padreó en la ganadería de Guadalets, cuando esta era propiedad de Manuel Prado y Colón de Carvajal, descendiente de los duques de Veragua, el cual quiso recuperar el pelo clásico de sus antepasados. Por último otro toro de esta capa, esta vez con el hierro de ‘Torrealta’ y de nombre ‘Rocoso’, número 106, ha pintado, no solo su ganadería, si no también las de ‘Torrestrella’ y últimamente creemos que la de Cebada Gago.

Fotografía: "Violetero" de Julio de la Puerta en un cerrado "La Valdivia"

1 comentario:

V. Sánchez López dijo...

No te equivocas en lo de Cebada. Pero no sólo le está influyendo en el pelo sino en el comportamiento.