5/02/2008

TODA UNA INJUSTICIA


En el mundo del toro existe la injusticia. En numerosas ocasiones desgraciadamente los méritos realizados en el ruedo, no tienen correspondencia en los despachos. El romanticismo en la profesión se ha perdido. De poco o nada sirve el triunfo en plazas menores. Solo Sevilla y Madrid pesan algo, las demás poca cosa. Toreros de sobrada suficiencia ven como pasan las temporadas, sin que sus triunfos en plazas menores tengan repercusión, cara a una contratación más numerosa. El toreo está así. Poco vale, ya ha quedado dicho, lo que hagas en el ruedo.

Lo que ocurre en el toreo a pie, tiene su reflejo en el escalafón ecuestre. Confieso que no soy especialista en la materia. Solo a fuerza de ver muchos festejos de rejones, algunas veces con buenos maestros, he logrado entender el noble arte de Marialva. Precisamente de un ‘cavaleiro’ luso va la cosa. En el último certamen de Atarfe hubo un vencedor moral que no fue otro de Paulo Jorge Santos. Su rejoneo preñado de ortodoxia encantó a todos. Ya lo dijo Antonio Ignacio Vargas, no ha ganado el mejor, si no el que ha sabido vender mejor la mercancía. Santos derramó clase, oficio y soltura sobre el ruedo de Atarfe. Quedó en segundo lugar, aunque los conocedores del toreo a caballo reiteraran su buen hacer. Al día de hoy, Paulo Jorge Santos, no ha visto refrendada esa clase tan clásica y torera. Ese segundo lugar no se ha visto reflejado en los carteles. Otros peor situados y que hicieron peor papel torean. Las cosas no son así. Paulo Jorge Santos demostró que es un rejoneador a tener en cuenta, y no por pegar caballazos ni gesticular con el tendido, él rejonea de verdad y además muy bien. ¿A que esperan las empresas para darle toros?

Si un certamen internacional de rejoneo que es como se vende, no sirve para que el segundo clasificado tenga toros ¿Qué peso especifico tiene en calendario? Poco o ninguno. Si se quiere mantener como hasta ahora, es lógico que tenga la importancia que ahora no tiene y que lo que vemos, o nos quieren hacer ver por la televisión nuestra, sea un mero pastiche o milonga.

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