10/13/2008

SE ACABO EL CARBON


Se acabo la temporada en la provincia de Córdoba. Atrás quedaron meses duros de trabajo, muchos kilómetros y muchas fotos hechas, menos mal que los carretes pasaron a la historia. Temporada en la provincia muy plana, muy poco brillo y sobre todo con muy poco que destacar. Bueno, lo de siempre. El fraude, el medio toro, las ventajas, el poco riesgo, la falta de verdad, la falta de integridad y mas, mucho mas. Muchas veces confieso, que me cuesta trabajo salir de casa alguna tarde cuando más aprieta el sol. Pienso que la fiesta es imprevisible y que puede saltar la liebre cuando menos se espera. Eso y las labores de informar nos hacen salir muchas tardes al año a presenciar festejos en cualquier sitio de la provincia de Córdoba. Cosos centenarios, otros más recientes, otros efímeros como son las portátiles, pero a todos acudimos con esa esperanza que algo ocurra, aunque como siempre por desgracia nunca pasa nada.
Ayer el destino me deparo una tarde al menos entretenida. En Montoro se vivió una tarde de toros, que vino al llenar el vaso que se había vaciado en nuestro animo los meses anteriores. Todo porque la materia prima, el toro, no falló. No fue una corrida brava, pero al menos tuvo casta. No fue una corrida fuerte, alguno se cayo, pero al menos tuvo movilidad. No fue una corrida boba y tonta, pero al menos tuvo muchísima transmisión. Por eso nos divertimos. Ponce estuvo en su linea, magistral, fácil y estético. El Fino en la suya, artista, con gusto y dando ese paso que por desgracia tan pocas veces da. Una pena que un torero así solo se prodigue en provincias y esté fuera de las ferias. David Valiente no desentonó. Hace honor a su apellido y al menos la entrega por ahora es su bandera. Final feliz para una temporada gris.
Para el año que viene me ilusionan dos chavales de la Escuela, Iván de Aguilar y Manuel Rodríguez, espero que cuajen y despierten a la afición cordobesa de nuevo, porque falta está haciendo. Ahora viene el invierno. Volveré a lo que realmente me gusta y por lo que empece en todo esto. El campo. El toro en su hábitat natural es la mejor medicina para mi espíritu. Es la manera en la que repongo fuerzas y recupero la ilusión. La que me hará falta para afrontar la temporada de 2009.
También vendrán las tertulias, alguna peña o algún club taurino me reclamará para que les hable del encaste vazqueño o de la leyenda negra de Miura. Un placer salir de Córdoba para departir con gentes amantes de nuestra fiesta, es muy gratificante saber que esto, pese a todo y a los palos que le están dando, siga vivo.

10/03/2008

POR UNA FIESTA INTEGRA


La temporada da sus últimas boqueadas. Lejano queda ya el olor a la pólvora quemada de sus Fallas. Todo ha pasado tan rápido que apenas nos hemos dado cuenta. Como plasmase Valdés Leal, el pintor de las postrimerías. In ictu oculi. En un abrir y cerrar de ojos. Ahora vendrán los resúmenes y las frías estadísticas que vendrán a demostrar, que a pesar de todo, la fiesta sigue teniendo un importante peso específico dentro de la sociedad española. Pocas fiestas se celebran es esta piel de toro, sin que éste esté presente. Es la tauromaquia de la España profunda. Alejada de oropeles, hoteles de muchas estrellas, anti-taurinos vociferantes y señores de cohíba en la boca con rubia siliconada del brazo. Es la fiesta en esencia, aunque en la mayoría de las veces como en las plazas de superior categoría, falle la materia prima. El toro. Y es que salvo sorpresa inesperada, brilla por su ausencia ese toro deseado por todos íntegro y pujante.
Todo esto viene por que los ganaderos se han visto obligados a cambiar el chip. Criar un toro bravo y encastado, hoy por hoy no sirve para nada. Por ello sangres con historia y señeras de la cabaña brava española, se encuentran marginadas y arrinconadas. Menos mal que el movimiento mal llamado ‘torismo’ y Francia, sirven de válvula de escape a estos criadores que se aferran a su historia y a su concepto. Los toreros han impuesto un toro que no moleste. Cómodo, de embestidas cansinas, cuando no mortecinas, que les permita estar pisando unos terrenos antes comprometidos y hoy terrenos de nadie. Matar muchas corridas, copando incluso ese llamado segundo circuito que antes estaba reservado a los modestos. El objetivo de la actual figura es el hacer caja. Con el medio toro de hoy y una campaña mediática bien elaborada el objetivo está cumplido. También hace falta en estos tiempos, un torero que tire de la manta como lo hizo Antonio Bienvenida en los cincuenta, y denuncie públicamente los entre bastidores de la fiesta. Es triste ver por esas plazas de Dios animales más que mermados de defensas. Nadie dice nada. Los profesionales son los grandes beneficiados, los ganaderos asienten, la autoridad hace la vista gorda y el público calla ¿Por qué? Si se le está engañando una y otra vez. Será esta la razón de que cada vez sean más selectivos a la hora de ir a la plaza.
Está haciendo falta un revulsivo. Lo de José Tomás es pan para hoy y hambre para mañana. Si no se cuida la esencia la revolución tomasista no servirá para nada. Hace falta integridad y verdad sin cuentos. Debe de ser el objetivo del de Galapagar la próxima temporada. La reinstauración de una fiesta alejada del fraude, en la que la suerte de varas recupere su terreno, así como su autenticidad y su esencia. Aunque mucho nos tememos que viendo la cómoda temporada de José Tomás este año, seguirá con el mismo objetivo que no es otro de hacer caja a costa de una fiesta adulterada.