El campo bravo es la mejor terapia para el descanso de la mente y del cuerpo. Al menos para mi, puede que para otros lo mejor sean los balnearios o spa. Por eso cuando esa enfermedad de la 'civilización' llamada stress hace mella en mi, lo mejor es poner tierra de por medio y aislarse en cualquier dehesa donde paste el tótem ibérico por excelencia, el toro bravo.
Hay un encaste que me seduce en especial. El vazqueño. No tenemos ningún retrato que nos indique como era Vicente José Vázquez, pero el ganadero utrerano nos dejo un encaste propio, singular, formado a base de mezclar sangres variadas. Toros hoy anacrónicos por tipo, juego y especialmente por capas. Externamente el toro vazqueño es el que mas abanico de pelos distintos posee. En sus dos ramas aun existentes, Concha y Sierra y Veragua, su policromía rica y singular la hace única y con ello atractiva.
En tierras onubenses, en el término municipal de San Bartolomé de la Torre, concretamente en la finca "El Campillo", José Luis García Palacios se empeña en perpetuar la histórica y legendaria vacada de Concha y Sierra. Ganadería formada con parte de la de Vicente José Vázquez por compra que hizo Taviel de Andrade a la testamentaria del utrerano. Que ganó celebridad y fama en manos de la viuda de Concha y Sierra, Doña Celsa Fontfrede, quien se caso en segundas nupcias con Manuel García "El Espartero" de quien también enviudó. Que su hija Doña Concepción de Concha y Sierra, no solo mantuvo lo heredado si no que lo enriqueció. Que a su muerte entro en un bache profundo del que ahora con trabajo y esfuerzo José Luis García Palacios parece comienza a recoger los frutos.
Viajar hasta El Campillo es una vuelta al pasado a través de un imaginario túnel del tiempo. Toros hondos, profundos y serios como lo atestiguan las fotos que acompaño de dos novillos que serán jugados en Calasparra, así como la del cuatreño de espectacular capa sarda que espera su destino en la dehesa serrana de Huelva. Capas y tipos de otra época que son una reliquia única en el campo bravo español y que merece la pena conservar para mayor riqueza genética de esta raza única que es el toro de lidia.
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