11/18/2009

HIDALGO BARQUERO, CASTA MESTIZA


HIDALGO BARQUERO. Casta mestiza.

Introducción.

En la historia de la tauromaquia han sido varios los ministros de la Iglesia que ejercieron como ganaderos de reses bravas. No olvide-mos que la Iglesia, a través del diezmo, se hacía con las cabezas con las que los ganaderos contribuían al sostenimiento de la misma. De esa manera, varias ordenes religiosas, se hicieron con un gran número de reses. Pronto comenzaron a ser requeridas para provisionar de ganado los festejos taurinos de la época. De esa forma las vacadas formadas por los Cartujos de Jerez y Sevilla, los Jesuitas de la capital hispalense, los Trinitarios de Carmona, los Dominicos de Jerez y de otras muchas casas conventuales, alcanzaron gran renombre por el espectáculo que ofrecían los toros por ellos criados.
Al igual que estas casas monásticas fueron varios los sacerdotes que criaron, con mas o menos fortuna, toros de lidia. Desde Don Juan Escudero Valero, Capellán del Marqués de Santacara y Comisario de la Santa Inquisición, quien ya en 1701, existe constancia de su actividad ganadera, pasando por Don Antero López Cotillo, cuyo hierro curiosamente tenía forma de bonete, Don Pedro de la Morena o mas recientemente Don Cesáreo Sánchez “El Cura de Valverde”. De este último pertenecía el toro de nombre “COLEGIAL”, al que el último Califa, Manuel Rodríguez Sánchez “MANOLETE”, cortó los máxi-mos trofeos el día 26 de Agosto de 1944, en la Plaza de toros de Cieza (Murcia), cuando alterno por vez primera con ese “Ciclón” del toreo que se llamó Carlos Arruza, en compañía de Pepe Bienvenida.
Como vemos fueron varios los ganaderos que en vez de lucir traje corto, marsellés y sombrero de ala ancha, se vestían con sotana y se tocaban con sombrero de teja o bonete.
Pero sin lugar a dudas, si hay un sacerdote cuya labor ganadera continua vigente en nuestros días, éste es el canónigo de la Catedral de Sevilla, Don Diego Hidalgo Barquero, que a través de una acertada selección, con reses de origen diverso, creó un tipo de toro con una personalidad propia, que aún subsiste en algunas vacadas de la cabaña brava española de este siglo XXI.

La génesis.

Siempre se ha afirmado por los diversos historiadores taurinos, que el canónigo Hidalgo Barquero formó su ganadería con vacas proce-dentes de Vistahermosa. En concreto del lote adquirido a Giraldez a las que padreó con dos erales, que el ganadero utrerano Vicente José Vázquez, tenia previstos para sementales en el momento de su muerte, los cuales le fueron cedidos por el general Vicente Genaro de Quesada, albacea testamentario de la herencia del nombrado Vicente José Vázquez.
Pero a la hora de redactar estas líneas, he podido comprobar que algunas fechas no encajan, lo que me ha llevado a pensar que Hidalgo Barquero, utilizó para la formación de su ganadería otras reses de distinta procedencia a las nombradas, como vamos a ver a continuación.
El último conde de Vistahermosa fallece en 1823. La ganadería es dividida en cinco lotes. Uno de ellos es adquirido por el presbítero Francisco Giraldez, (otro cura metido a ganadero) quien murió el día de Nochebuena de 1838, heredando la ganadería su sobrino Joaquín, quien a su vez la cedió al padre Bueno, también ministro de Cristo, en pago de pastos. Parte de estas reses procedentes directamente de Vistahermosa fueron traspasadas al protagonista de nuestra historia, el canónigo Diego Hidalgo Barquero.
Como vemos las vacas procedentes de Vistahermosa, no llegan a manos de Hidalgo Barquero al menos hasta 1838 ¿entonces a que hembras pone los dos sementales de Vázquez adquiridos en 1830?
Lo más que probable es que tratándose Hidalgo Barquero de un canónigo de la Catedral de Sevilla, poseyera antes de 1830 reses de otro origen, seguramente de procedencia “frailera” y otras adquiridas a los ganaderos del arrabal sevillano de Triana, hermanos Antonio y Anselmo Gutiérrez.
Por lo expuesto anteriormente está comprobado, que a no ser que Hidalgo Barquero adquiriese directamente a los condes de Vistahermosa o al propio Francisco Giraldez, éste no tuvo ganado “condeso” al menos hasta 1838, padreando los dos toros “vazqueños”, vacas de otra procedencia distinta a Vistahermosa.
Las reses procedentes de este cruce, fueron seguramente eliminadas en la venta que hizo el canónigo a Don Joaquín Jaime Barrero, en 1841, aumentando su ya celebre vacada, con otras cabezas adquiridas un año mas tarde, al parecer de origen “vazqueño” y que pasta-ban en el coto de Doñana. Es entonces cuando Hidalgo Barquero termina por configurar su ganadería con las vacas adquiridas a Bueno (Vistahermosa), los dos toros cedidos por el albacea testamentario de Vázquez y las hembras, también vazqueñas, adquiridas en ese mismo año de 1842.
Con estas cabezas de tan variado origen, con una acertada selección y con la ayuda de su mayoral “el tío Pepe el mellizo”, de quien se dice fue el que escogió los dos erales berrendos en negro cedidos por la Testamentaría de Vázquez, Diego Hidalgo Barquero configuró una ganadería que pronto comenzó a ser de las predilectas de los aficionados de su época. Lidió por vez primera en Madrid el día 29 de Junio de 1843, con divisa blanca y negra, jugándose dos toros, junto con otros dos del Marqués de Casa Gaviria y dos más de Don Juan José Fuentes, siendo estoqueados por Juan León, “El Lavi” e Isidro Santiago.
Así y desde su cerrado “Caño Navarro”, Hidalgo Barquero, cría un toro en que se aúnan caracteres morfológicos de su diverso origen. Por poner un ejemplo el pelo berrendo, heredado de los dos toros vazqueños, es aún hoy en día la capa característica de este singular encaste. Estos toros llevaron a su criador ser junto con Vázquez, Ca-brera y Vistahermosa, uno de los pilares en que se sustentan las castas fundacionales de la cabaña brava española.
De entre los toros criados por el canónigo, se puede destacar entre otros al nombrado VELETO, lidiado en Madrid en el año 1850, resultando ganador de la corrida concurso donde fue jugado; o el célebre ALGAREÑO, que fue lidiado en Jerez de la Frontera, en fecha desconocida, donde despenó diecinueve caballos, siendo indultado por el público por su extraordinaria bravura, corneando mortalmente a uno de los cabestros que salieron a la arena para retirarlo al corral.
Tras más de una década de éxitos como ganadero, el canónigo Hidalgo Barquero, traspasó la totalidad de su ganadería en 1850, a Don Ramón Romero Balmaseda, dedicándose con seguridad al pastoreo de los fieles de la Catedral de Sevilla.

Las ramas del tronco de Hidalgo Barquero.

1ª Rama.

Como hemos visto anteriormente, Don Diego Hidalgo Barquero vende su ganadería, con hierro y divisa, al también sevillano Don Ramón Romero Balmaseda en el año 1850. Dicho señor se presenta en Madrid, el día 15 de Septiembre de 1851, luciendo sus toros cintas de color verde, blanca y encarnada. Figuraban en el cartel Cúchares, Cayetano Sanz y Manuel Arjona. Hay que hacer constar que por aquellas fechas, Romero Balmaseda, también adquirió ganado procedente de Cabrera, que compró directamente a Núñez de Prado y que fue el que no adquirió Juan Miura. Dichas sangres fueron siempre llevadas por separado haciendo constar en los carteles la procedencia de cada burel. No obstante hay que señalar que la divisa tricolor utilizada por Romero Balmaseda, era la que usaba el señor Cabrera, de ahí que en su debut en Madrid, no usase la blanca y negra del canónigo Hidalgo Barquero.
Gran renombre alcanzaron los pupilos criados por el Sr. Romero Balmaseda, entre los que destacaron del encaste Hidalgo Barquero, que es el que nos ocupa, los siguientes:
VINATERO, de capa negra, estoqueado por “El Chiclanero” en Madrid, el día 12 de Abril de 1.852, recibiendo la cantidad de veintiséis puyazos.
AZULEJO, indultado a petición popular en la plaza de toros del Puerto de Santa María, el día 24 de Junio de 1857, tras tomar veintitrés varas dejando nueve caballos muertos sobre la arena.
COCHINITO, indultado en la misma plaza de El Puerto de Santa María el día 25 de Julio de 1862, tras tomar once varas por once caídas y diez caballos para el arrastre.
BARATERO, lidiado en Madrid el día 21 de Octubre de 1860, siendo tan hermosa su lamina que fue disecado y enviado a la Exposición Universal de París.
El Sr. Romero Balmaseda, transfiere la totalidad de su vacada, con las dos procedencias Cabrera e Hidalgo Barquero a Don Rafael Lafitte y Lafitte en el año 1862, presentándose dicho señor en Madrid el día 25 de Septiembre de 1870, recuperando la divisa blanca y negra del canónigo sevillano. Rafael Lafitte, muere el día 19 de Agosto de 1883 pasando la ganadería a Don Julio Lafitte, quien lidia a su nombre en Madrid el día 22 de Junio de 1884. La familia Lafitte conservó el prestigio alcanzado por su predecesores, alcanzando sus toros éxitos estimables en distintas plazas continuando siendo de los predilectos por los espadas y públicos de su época. Podemos destacar entre otros los toros nombrados:
TROMPETERO, lidiado en Jerez de la Frontera, el 29 de Abril de 1872, recibiendo veintiséis varas, siéndole perdonada la vida a petición de los tendidos.
VISTAHERMOSA, de capa berrendo en retinto, lidiado igualmente en Jerez de la Frontera, el día 29 de Abril de 1883, que por su bravura y buen juego, fue igualmente indultado.
Julio Lafitte se desprende de la ganadería en 1885 año en que es vendida al aficionado sevillano Don José María de la Cámara, quien se presenta en Madrid, el día 13 de Junio de 1886. Esta tarde el cartel está conformado por Frascuelo, Cara Ancha y Ángel Pastor.
José María de la Cámara acrecienta de forma notable la fama del ganado por él criado. Por ello llega a ser una de las vacadas favoritas del II Califa, Rafael Guerra “Guerrita”, lo que le granjea al Sr. de la Cámara la crítica de cierto sector del público intransigente con el maestro cordobés, que le acusaban de escoger toros “a modo” para mayor lucimiento de éste.
Tristemente es conocido por ocasionar la muerte a Julio Aparici “Fabrilo” el toro de nombre “LENGUETO”, lidiado en Valencia el día 27 de Mayo de 1897, no emborronando por ello el historial de la vacada en manos del Sr. de la Cámara. Don José María de la Cámara, vende la ganadería en 1906 al Marqués de Guadalest que la traslada al Cortijo de la Compañía, presentándose en Madrid con la divisa del canónigo, el día 27 de Octubre de ese mismo año de 1906, en tarde en que estaban acartelados, Antonio Fuentes, Ricardo Bombita y Rafael “El Gallo”. Es en manos del marqués de Guadalest cuando alcanza la vacada mayor esplendor lidiándose en todas la plazas. El Marquesado de Guadalest es el que más tiempo ostenta la titularidad de la ganadería.
Varios toros de Guadalest pasaron a la historia por unos u otros motivos. Vamos a recordar a algunos de ellos:
CELESTE, negro mulato, lidiado en Valencia el 18 de Octubre de 1925, que por su bravura, mereció los honores de la vuelta al ruedo su cadáver.
RONDEÑO que obtuvo el mismo premio en la corrida celebrada en Toledo, el día 16 de Junio de 1927.
Otros tienen más trágico recuerdo como el nombrado BOMBITO que corneó mortalmente en Sevilla, el día 21 de Abril de 1922, al espada “Varelito” y el también nombrado EXTREMEÑO, de pelo berrendo en negro que hirió a Manuel Baez “Litri”, en la plaza de toros de Málaga, el día 1 de Febrero de 1926, ocasionándole la muerte.
En 1931 el marquesado de Guadalest deja de ser titular de la vacada, ya que la misma es adquirida por el matador de toros Antonio Márquez. Desde entonces hasta nuestros días, varios han sido los dueños del hierro de Hidalgo Barquero, pero la casta por el creada, no se conserva en esta rama, ya que en la actualidad, la ganadería que se anuncia como “GUADALEST” y que ha sido recientemente comprada por el industrial madrileño Fernando Sánchez, esta encastada en “Torrestrella”.

2ª Rama.

¿Pero que ocurrió con la primera venta efectuada por el canónigo Hidalgo Barquero?
Como vimos en 1841 Hidalgo Barquero vende un número importante de cabezas de ganado, concretamente 308, al aficionado de Jerez de la Frontera, Don Joaquín Jaime Barrero, por la suma de 50.000 pesetas. Componían este lote de ganado lo siguiente: 18 toros de saca; 6 cabestros; 3 cabestros de trailla; 105 vacas de vientre; 38 eralas; 24 añojas; 12 añojos y 2 erales.
Suerte tuvo el Sr. Barrero pues uno de aquellos dieciocho toros, de nombre GAZPACHERO, fue destinado a padrear. Este todo dio tan buen resultado que la vacada adquirida por el jerezano, acrecentó la bravura alcanzada en manos de Hidalgo Barquero. No llegó Joaquín Jaime Barrero, a presentarse en Madrid, extremo que si hicieron sus herederos el día 19 de Septiembre de 1853, luciendo sus toros divisa encarnada y blanca.
De este periodo, destacaron los toros de nombre GUAREÑO, negro listón de pelo, que murió desangrado en la plaza de toros de Jerez de la Frontera, el día 15 de Agosto de 1857, tras tomar veintisiete puyazos, dejando sobre el dorado albero, doce caballos muertos; o el llamado LUNARES, berrendo en cárdeno, lidiado igualmente en el coso jerezano, el día 26 de Julio de 1859, siendo estoqueado por José Ponce, tras recibir veintitrés varas.
Los herederos de Barrero transmiten la ganadería a Don Juan López Cordero en 1866, quien a su vez en 1872 la vende a Don José Antonio Adalid, debutando éste en la Capital de España el día 10 de Mayo de 1874, luciendo los toros sobre su morrillo las cintas color encarnada, blanca y amarilla.
La línea de indultos seguida en la época por las reses originarias de este encaste, también aparece en la vacada de Adalid. El toro nombrado CARTERO consiguió el perdón de su vida en la plaza de toros de Cádiz el día 30 de Junio de 1867, tras recibir veinte “caricias” de los montados. Igualmente por su buen juego también eran requeridos los pupilos de Adalid para ceremonias de alternativa. Con el llamado COSTURERO el día 13 de Abril de 1884, se invistió matador de toros el bilbaíno Luis Mazzantini en la plaza de Sevilla.
Adalid se desprende de la vacada en 1884, ya que la vendió a Don José Orozco, quien lidió en Madrid por vez primera a su nombre el día 12 de Octubre de 1884, con divisa encarnada, blanca y caña.
Don José Orozco vende el ganado al bodeguero sanluqueño Don Carlos Otaolaurruchi. Este señor acrecentó notablemente la popularidad del hierro criando unos toros nobles y boyantes. Debutó en la capital de España el 23 de Mayo de 1897, con la misma divisa que su precedesor. Los “otaolas” como eran conocidos en su época, fuerón igualmente de los predilectos de Rafael Guerra “Guerrita”. Por este motivo Otaolaurruchi tiene que soportar al igual de Don José María de la Cámara, las criticas de cierto sector de la afición. Esas críticas hacen que a la retirada del II Califa, la totalidad de la ganadería es vendida a Don Adolfo Gutiérrez Agüera quien la mantiene en su poder solo dos años. En 1910 llega a manos de Don José Domecq Nuñez de Villavicencio y dos años mas tarde el resto, a Médina Gar-vey.
Del lote vendido a Médina Garvey, no ha llegado ningún rescoldo hasta nuestros días, pues tras pasar sucesivamente a Flores Tassara, hoy encastada en “murube”, y posteriormente a Marcial Lalanda, fue esquilmada en la Guerra Civil española.
Pero lo desgajado en manos de José Domecq, tras un último retoque dado por este señor, es el que ha dado lugar a las vacadas que en la actualidad ostentan el encaste creado por el clérigo sevillano.
Este último toque, más bien una recreación de lo que ya había hecho Hidalgo Barquero, consistió en la adición de vacas de Surga (origen vazqueño a través de Antonio Mera cruzadas con toros de Murube) y sementales de Tamarón, presentándose Don José Domecq en Madrid, el día 10 de Septiembre de 1916.
El Sr. Domecq, se desprende de la vacada en 1924 cuando la transfiere a Don Antonio Peñalver, siendo su viuda quien se la vende a los catalanes afincados en Cabra (Córdoba) Don Luis y Don José Pallarés Delsors, iniciándose la relación del encaste Hidalgo Barquero con la ciudad de Córdoba.
Los hermanos Pallarés Delsors no solo mantuvieron el nivel alcanzado por sus predecesores, sino que lo elevaron notablemente. Dichos señores se presentaron en Madrid, con divisa azul y blanca, el día 12 de Julio de 1.931, en cartel formado por Pepe Ortíz, Rayito y Palmeño. Los Sres. Pallarés fueron unos excelentes ganaderos llegando a poseer en la finca “La Nava”, sita en tierras gaditanas de Villamartin, más de 800 cabezas de ganado consiguiendo triunfos resonantes en la época en que fueron criadores de bravo. El día 15 de Agosto de 1935 venden la totalidad de la ganadería a su “paisano” el egabrense Don José Benitez Cubero.
Es aquí donde hay que hacer un punto y seguido, pues la ganadería de Benitez Cubero, es la matriz de las vacadas de Hidalgo Barquero de nuestros días.

2 comentarios:

V. Sánchez López dijo...

Muy interesante, sabes que todas estas cosas me apasionan, gracias por recordar "otros encastes". Un saludo desde el campo charro.

Anónimo dijo...

Hola. Siento decirlo pero a pesar de que en todos los blogs y foros se nombra a Don Juan Escudero Valero (nacido en Corella Navarra), Capellán, administrador del marquesado de Santacara y administrador del estado, nunca, pero nunca tuvo ni fue sucesor del Marques de Santacara con la ganadería de Casta Navarra. La única constancia de su actividad ganadera que existe documentada (porque todo lo demás son hipótesis que se desmontan con fechas y documentos…) es que fue el que se ocupaba de cobrar las reses del marques lo mismo que Manuel Martín Virto, nacido también en Corella Navarra (apoderado del marqués de Santacara), que nunca tuvo ganadería ni fue sucesor…, solo es nombrado en 1707 como cobrador del marques…
Todo esto y mucho más lo documento y explico aquí…

http://castanavarra.blogspot.com.es/
Saludos.