7/04/2012

LA HORA DE DECIR BASTA.



Con el verano llegan las fiestas tradicionales a nuestros pueblos. Por todo el territorio nacional se celebran ferias y fiestas que en muchos, muchísimos, lugares llevan aparejada la celebración de espectáculos taurinos. Desde capitales de provincia hasta en la más pequeña aldea, el toro se hace presente en los lugares donde la tradición lo ha hecho emblema y eje de una fiesta grande, hoy desgraciadamente perseguida, calumniada y maltratada de forma injusta.
Ahora más que nunca se ceban en criticar una celebración milenaria en la cultura mediterránea como es el juego con el toro. Los medios de comunicación dan voz a unos pocos y ruidosos personajes, así como a algunas instituciones muy bien orquestadas, que claman por la destrucción de parte del acerbo cultural del país. Mientras tanto los taurinos callan, y ya saben, el que calla otorga. Los aficionados respetan a los abolicionistas y tragan con la campaña injusta de difamación en contra de algo que consideran como propio y profundamente enraizado en lo más profundo de nuestro ser.
Pero la sufrida afición, consumidor final del espectáculo taurino, no solo calla con los antis. También lo está haciendo con las tropelías que se hacen desde dentro del mundo taurino. Ya no solo es con la adulteración del espectáculo en si, si no la gran cantidad de irregularidades que se vienen cometiendo temporada tras temporada sin que nadie, hasta ahora, haya alzado la voz.
El toro que salta hoy a nuestros ruedos, salvo contadas excepciones, ha perdido aquello que lo hacía único, la casta y la bravura. Culpable de ello son algunos criadores que se someten a los dictados de toreros y empresarios contrayendo los suyos propios y dañando seriamente al espectáculo.
También hay toreros acomodados que parten con la temporada hecha en febrero y que pase lo que pase sumaran fechas y fechas aunque no se lo ganen donde antaño se adquiría la vitola de mandón y figura de la tauromaquia.
Culpables de lo anterior son aquellos empresarios, que a la vez son apoderados de toreros y ganaderos, algunos incluso recriadores de toros, que compran camadas enteras de erales para tras dos años de recebo en sus explotaciones, surten a sus poderdantes en plazas de su dominio e influjo.
Señalar también a todos aquellos profesionales, sin dignidad alguna,  que no respetan lo estipulado en los convenios y rebajan sus honorarios al objeto de no se sabe que, privando de sus derechos elementales a muchos compañeros con más capacidad profesional.
También a todos aquellos informadores que prostituyen su profesión y que son manejados por los poderosos, defendiendo sus intereses antes que dar una información veraz, imparcial y  real de lo que está ocurriendo temporada tras temporada.
Por último a aquellos políticos que maltratan a la fiesta. Ya por ser contrarios y enemigos declarados de élla, o bien, a los que dan en arrendamiento plazas de titularidad pública a personajes siniestros que solo buscan sus propios intereses y no los de la fiesta en sí.
Ha llegado la hora de decir basta. De poner punto y final. De desenmascarar a todos estos truhanes que están, si no lo  han conseguido ya, cercenando poco a poco toda la grandeza de una fiesta única, sin igual, personal y con alma propia como es la fiesta de los toros. Con mirar hacia otro lado no basta. Si no nos defendemos, nadie vendrá a sacarnos las castañas del fuego. 

La foto es fiel reflejo de como está todo. A nadie de los de dentro se le ocurrió borrar la pintada de los de fuera. Al final los espectadores tuvieron que tragar todo el espectáculo con tan "humanizador" rotulo. (Priego de Córdoba, 2009)

1 comentario:

franmmartin dijo...

Lamentablemente todo lo expresado en el artículo es la verdad de lo que está ocurriendo desde hace demasiado tiempo.
Este estado de cosas ,en las que los principales protagonistas han manchado y prostituído al toro, los teóricos veladores de su integridad y promoción,sean autoridad o informadores, cierran los ojos ante todo tipo de tropelías y la evolución de la sociedad y del modo den vida hace que al aficionado le sustituya el espectador,ha conducido a que la Fiesta lleve muerta mucho tiempo.
Y para más dolor,su entierro está siendo vergonzoso.