9/13/2015

TARDE TRIUNFAL, AUNQUE CON DUDAS: ¿BOTELLA MEDIO LLENA O MEDIO VACIA? (Crónica corrida en Belmez)


Volvieron los toros a Bélmez. Fueron años de sequia, con el único oasis de la tradicional becerrada de las escuelas taurinas de la Fundación Pedro Romero con Canal Sur como testigo. Volvieron los toros tras el año del centenario, que quedó sin tarta de cumpleaños por motivos meramente económicos. Volvían los toros a Bélmez y lo hicieron con un sabor agridulce. Sí, pero no. Hubo cosas positivas que invitan a la ilusión. Sin embargo hubo otras que no cumplieron las expectativas. El público no acudió como era de esperar, y eso que los precios eras más que asequibles. Los toros, aunque de encaste minoritario e interesante, dejaron mucho que desear, sobre todo en presentación y fuerza. Los toreros estuvieron dispuestos y cortaron trofeos, y eso que no tuvieron actuaciones rotundas que levantaran a los asistentes de sus asientos. Sí, pero no. La botella medio llena, o medio vacía, según como se mire. Lo positivo, eso sí, es que los toros volvieron a Bélmez.

Abría cartel Curro Díaz, vestido de espuma de mar y oro. No vamos a descubrir ahora al fino torero de Linares. Un torero de culto por cierto sector de la afición. Un torero elegante, revestido de una estética que hace que su toreo sea de gran belleza. Curro Díaz hizo el paseo y con muy poquito abrió la puerta grande de la plaza. No es que estuviera mal, que no lo estuvo, pero tampoco cuajó dos trasteos para ser recordados y conservados en la memoria. Todo lo que hizo, estuvo aderezado con la elegancia, con el empaque, con la estética, pero ay, qué poca profundidad tuvieron sus dos faenas de muleta. Abuso del toreo en línea recta, que pudo tener la excusa de no quebrantar mucho a sus enemigos por su falta de fuerzas, así como falta de ajuste. Eso sí, cuando el torero encaja los riñones y mete el mentón en el pecho, lo que realiza a sus oponentes parece ser mejor de lo que realmente es. Su facilidad con los aceros, pese a atravesar a su primero, le sirvió para abrir la puerta grande.

David Galván, de azul celeste y oro, es un torero nuevo que tiene, taurinamente hablando, la hierba en la boca. Voluntarioso y queriendo demostrar su valía durante toda la tarde. Variado con el capote, tanto en los lances de recibo, como en quites, lo que le hace conectar fácil con el tendido. Con la tela roja hace un toreo que quiere ser puro y ortodoxo. Su voluntad y juventud hace que unas veces le salga, y otras, no. Sus faenas resultaron intensas precisamente por sus ganas, pero resultaron anacrónicas e irrregulares. Lo mismo cuajó tandas donde el temple, las distancias y las formas fueron acertadas, como en otras ocasiones los muletazos resultaron embarullados y tropezados. Las ganas, cosas de la juventud y querer triunfar a toda costa, le traicionan y hacen que su toreo no tenga unidad. No obstante es un valor que tiene crédito, pues a poco que gane oficio y poso, será un torero para tener muy en cuenta de cara a la renovación del escalafón.

Juan Ortega, grana y oro su terno, afianza sus formas en este su primer año como matador de toros. Manejó el capote con soltura -a la postre los lances a su primero resultaron los mejores de la tarde-; cadencia y temple fue su tarjeta de presentación con el percal. Con la muleta apuntó un toreo clásico, pulcro, con oficio y no carente de personalidad. Lo malo es que el espada cordobés de adopción, sorteó el lote más deslucido y su actuación, a pesar de lo que pretende, no termino de remontar vuelo durante toda la tarde. Detalles, eso sí, en sus dos toros, que invitan a volver a verlo con animales de mejor condición, porque a poco que tenga frente un animal más apropiado para el lucimiento, su toreo se desarrollara con la calidad que parece atesorar. El mal uso del acero en su primero, le privo de acompañar a sus compañeros en la salida final a hombros.

Al final los que fueron salieron contentos. El espectáculo, aunque con matices, invita a pensar que Bélmez puede ser una plaza recuperable para los toros en Córdoba. Su afición, sus peñas y sus gentes lo merecen, pero ojo, la empresa será dura, porque a pesar de la tarde exitosa de ayer, no sabemos aún si la botella está medio llena o medio vacía.
Ganadería: Seis toros de Jodar y Ruchena, terciados los seis, cinqueños y pobres de pitones. Su juego resulto noble para el último tercio, aunque carecieron de fuerza. TOREROS: Curro Díaz.  Oreja y dos orejas. David Galván. Dos orejas y dos orejas con petición de rabo. Juan Ortega. Ovación con saludos y oreja. INCIDENCIAS: Plaza de toros de Bélmez. Corrida de toros con motivo de la feria en honor de Nuestra Señora de los Remedios. Menos de media entrada en tarde de agradable temperatura. Al finalizar el festejo Curro Díaz y David Galván abandonaron la plaza a hombros por la puerta grande.

El Día de Córdoba (13/09/2015)


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