8/31/2016

MANOLETE, SU SOMBRA Y EL TOREO.


A Manuel Rodríguez 'Manolete', sesenta y nueve años después, todavía se le recuerda. Muchos lo imitaron, aún hoy lo imitan, pero nadie ha logrado igualarlo, y superarlo sería utópico.

HA pasado mucho tiempo. Sesenta y nueve años, pero su figura aún está presente en la ciudad. Los últimos días de agosto traen de nuevo su recuerdo. Su sombra alargada y hierática se hace visible en la Lagunilla, donde de niño soñaba con la gloria. Santa Marina rememora su presencia, soñando que todavía pasea por sus calles en una España sacudida por las heridas de la contienda. Su esbelta figura sube Colodro arriba buscando el convento de San Cayetano en su obligada visita a Jesús Caído. Lo mismo que se le intuye, elegantemente vestido con chaqueta cruzada de lino, zapatos bicolor y sus clásicas gafas oscuras, coronar la cuesta del Bailío antes de postrarse ante su Virgen de los Dolores. 

El mito sigue siendo mortal en su tierra. Al menos durante los últimos días de agosto. Aunque ganó por derecho propio habitar en el Olimpo de los elegidos, el torero de Córdoba aún continua presente en ella como uno de sus hijos más preclaros. Sesenta y nueve años ya desde aquella tarde negra en Linares, Manolete aún vive en la tierra que le vio nacer, y cada agosto vuelve a formar parte del paisaje urbano de esta ciudad. El tiempo no ha conseguido borrar su huella, como tampoco su innata personalidad. La ciudad dormita tratando de creer que jamás ocurrió nada en Linares, pero la realidad es que aquel torero es una leyenda que nació justamente cuando moría el hombre. 

Córdoba, injusta en ocasiones con sus hijos, continua recordando al torero. Los homenajes se sucedieron ayer como de costumbre ante su monumento en la plaza de los Condes de Prieto. Conjunto erigido gracias a otro torero, mexicano para más señas y llamado Carlos Arruza, para el que aún se reclama un reconocimiento en forma de placa por parte del consistorio. Placa que fue arrancada por manos barbarás que no conocerán jamás, la generosidad y admiración por ningún compañero caído. Su marmóreo mausoleo, esculpido por Ruiz Olmos, se teñirá de rojo carmesí en forma de cláveles ofrendados por los aficionados, gracias a una iniciativa de la Tertulia Taurina La Montera. El rito se repetirá un año más. 

La vieja palmera, que junto con otra que ya sucumbió con el tiempo, que escoltaban la puerta grande de los Tejares, recordaran las veces que el torero, en hombros de la multitud, paso entre ellas en tardes llenas de gloria. La primera el día de su debut aquél 25 de julio de 1935, acompañado del mallorquín Pericas y el mexicano Cepeda, con utreros de Enriqueta de la Cova, si bien ya había actuado sin picadores en anteriores ocasiones. Luego llegaron más tardes. El torero se fue curtiendo por sí solo hasta llegar a la soñada alternativa. Pero la meta no se había cumplido.

El torero luchó y se afanó por llegar a la cúspide. Una vez alcanzada jamás bajo, ni lograron que se bajara, de ella. La admiración por su figura era máxima. Allá por donde iba era idolatrado por las masas y también por los compañeros que compartían cartel con él. Pronto la envidia, pecado capital, comenzó a corromper a los públicos y el torero comenzó a cargar con el peso de la púrpura. Los parabienes de antaño se convirtieron el feroces críticas. A las gentes ya no le gustaba que el que fuera su santo y seña, se hubiera convertido en alguien que gozaba de dinero, fama y demás cosas mundanas.

El torero estaba cansado. Se disponía a decir basta. Sentía que lo que tenía que hacer en el mundo de toro ya estaba realizado. Cuando ya vislumbraba el final, Linares se cruzó en su destino. Allí la providencia le deparó encontrarse con un toro que le convirtió en mito. Fue entonces cuando aquellos que se habían cebado con él se dieron cuenta de la enorme injusticia que la envidia les había llevado a hacer. 

Sesenta y nueve años después todavía se le recuerda. Muchos lo imitaron, aún hay quien lo imita, pero nadie ha logrado igualarlo, superarlo sería utópico. Aquel torero llenó una época del toreo y aportó al mismo lo que hoy se conoce como el toreo moderno, o el toreo de nuestro tiempo. Por eso es inmortal. Su legado aún permanece vivo. 

Gloria siempre a Manolete.




LA HISTORIA DEL TORO ANEGADO

Anegado en el campo ocho años después

Fue indultado por El Fandi en 2008 en Baeza y fue destinado a cubrir vacas por su dueño Cada ganadero es un mundo y tiene sus propias normas, formas y criterios de selección.
         
EL indulto del toro en la plaza fue siempre algo extraordinario. Tanto es así, que la inclusión de tal gracia en el reglamento es relativamente reciente. Es en el reglamento aprobado en 1992 -y reformado en 1996- donde se regula de forma legal el perdón de la vida del toro, eso sí, cumpliendo unos requisitos que a día de hoy no se plasman o son forzados por las partes interesadas en la mayoría de los casos.

Hasta entonces era algo inusual. Sólo era concedido de forma muy puntual. En los albores de la fiesta por un comportamiento del animal espectacular en el tercio de varas y luego en corridas concurso, como la de Jerez de la Frontera o Salamanca, que se regían por una reglamentación especial. Legislación ésta que, al igual que ahora, no estaba exenta de polémica por las decisiones que amparaban. Tanto es así que hubo toros indultados en Jerez de la Frontera, caso de Compuesto de Benítez Cubero, que no se hizo acreedor del preciado Catavino de Oro al mejor toro, premio que ganó Corcito de la ganadería de Juan Guardiola.

También resulta significativo que toros que ganaron el perdón no fueron destinados por sus propietarios a perpetuar su bravura. Tal fue el caso de Clavelero de Atanasio Fernández, si bien estaba herrado con el pial de su hija Pilar Fernández Cobaleda, tras ser indultado por Palomo Linares en la tradicional corrida concurso de Salamanca. Tras ella fue a parar a manos de un ganadero portugués, pues Atanasio Fernández, que por algo era conocido como el Zorro de Campocerrado, argumentó que en su casa los sementales los escogía él y no el público. Decir de paso que Clavelero, a pesar de todo, fue el toro que hizo la ganadería lusa de Ernesto Louro Fernández de Castro, lo que demuestra que por una vez don Ata se había equivocado en su sentencia. 

El indulto del toro fue, y aún sigue siendo, motivo de polémica. Partidarios y detractores de la gracia se ensalzan en discusiones que no hacen más que mostrar que la fiesta de los toros sigue viva pese a quien le pese. Las partes mantienen posiciones encontradas. Unos afirman que es beneficioso para la tauromaquia y otros que la práctica totalidad de animales indultados durante la temporada no fueron merecedores reales de tan gran premio. 

Uno de los argumentos que esgrimen los contrarios al indulto es afirmar que luego los ganaderos no destinan a los animales a padrear, motivo fundamental en que se sustenta la gracia. No se sabe si muchos tomarán el camino de don Atanasio y se quitarán el animal de en medio, vendiéndolo por una buena cantidad al primer criador que llame a su puerta. O que se deje en un cercado solo, rodeado de añojos o erales, viviendo los días de forma pacífica pero sin conocer hembra alguna. 

Cada ganadero es un mundo y tiene sus normas, formas y criterios de selección. Habrá quien no destine un toro indultado a semental, como también los hay quien lo hace, y además con buen éxito. Sin ir más lejos, Bondadoso de Domingo Hernández, indultado en el coso de Los Califas, viene padreando con éxito en su ganadería a pesar de que muchos consideraron el perdón de su vida como algo excesivo para un toro de lidia. 


El que la lleva lo entiende, como dice el saber popular. Por eso cada ganadero hace lo que cree conveniente. Un caso singular y pintoresco es el del toro Anegado. Un animal propiedad de Julio de la Puerta y que fue indultado en Baeza en 2008 por El Fandi. Este animal fue destinado por sus propietarios a cubrir vacas y a día de hoy es garantía de éxito en la vacada. Anegado tiene la virtud de transmitir a sus hijos unas características que han hecho que la ganadería este obteniendo éxitos importantes a día de hoy. Tanto es así que en la presente campaña la ganadería ursanoense, y que tantos nexos tiene con Córdoba, ha visto como dos hijos de este toro han obtenido el perdón de sus vidas. Uno, Pepeluis en Osuna, y otro, Petrolero, recientemente en Lucena. Otros muchos, que no han corrido la misma suerte, siempre se han mostrado vibrantes y codiciosos. Anegado, a sus 12 años, aún vive plácidamente en el campo. Es un toro de mirada profunda y noble. Su destino era morir a estoque en una plaza de toros, pero se ganó meritoriamente el perdón de la vida con su juego. ¿Es beneficioso el indulto del toro en la plaza? Sin lugar a dudas, y especialmente a este caso, sí.



8/14/2016

LA PROVINCIA: VALVULA DE ESCAPE


Septiembre se presenta ilusionante para todo aquel que guste de la fiesta de toros Carteles atractivos y rematados, con la inclusión de toreros que han sido la revelación de la temporada
Con el toreo desterrado de la arena de Los Califas, convertida ésta en escenario de ocio cinematográfico a la luz de la luna, la sufrida, vilipendiada, despreciada y maltratada afición cordobesa mira a la provincia, o incluso más allá de sus límites, para satisfacer sus deseos de disfrutar de un espectáculo que, le pese a quien le pese, es el segundo que más masas mueve en este país llamado todavía España. 

Nada se sabe de la empresa taurina que regenta el coso sito en la vieja Huerta de la Marquesa. Bueno, sí, por los medios se conoce que andan por otras plazas organizando ferias y festejos con combinaciones atractivas tratando de atraer a un público al que miman al objeto de que finalmente pase por la taquilla. Más quisiera la afición califal que en Córdoba hubieran hecho al menos la mitad del esfuerzo que hacen por otras plazas. Aquí el escudo es que Córdoba es deficitaria y que la gente local no acude ni pasa por las ventanillas donde se expiden los boletos que dan derecho a acceder a la plaza. 
Quedan en el recuerdo las novilladas nocturnas del pasado que al menos ocuparon el ocio de las generaciones que nos precedieron y que sirvieron para dar una ansiada oportunidad a todos los que quisieron probar fortuna en el arte de Cúchares. 
Con la empresa desaparecida, pensando en otras plazas y en la forma de salir de Córdoba de la manera más elegante posible -así como con la Fundación Manolete extinta- el que los Califas tome vida durante el estío es una misión complicada, por no decir imposible. Sin lugar a dudas tenemos lo que nos merecemos. Metamos la mano en el pecho y hagamos acto de contrición, aunque luego seamos incapaces de hacer propósito de enmienda, pues si hubiésemos velado por lo nuestro difícilmente lo hubiésemos perdido. Lo peor es que con nuestra actitud conformista y de desidia podemos aún perder lo poco que nos queda, aún creo que no hemos acabado de tocar fondo pues el siguiente paso, ante la pérdida de festejos en la feria, podría ser que ninguna empresa apueste por Los Califas en un futuro, lo que conllevaría la desaparición de los toros en la ciudad. 
Nos tendremos que conformar con la provincia. Septiembre se presenta ilusionante para todo aquel que guste de la fiesta de toros. Carteles atractivos y rematados, con la inclusión de toreros revelación de la temporada, se anuncian en nuestros pueblos. Y los que sí realmente amamos el toreo tendremos que acudir a sus cosos taurinos, sí o sí. Campo Bravo, que comanda Antonio Sanz, ha montado en la Subbética cordobesa tres carteles de interés para la fiesta. Sanz tendrá los defectos que quieran verle, como persona y como empresario los tiene pues nadie es perfecto, pero lo que no se le puede negar es una capacidad de trabajo y lucha por la tauromaquia encomiable y que de seguro le hará alcanzar cotas más altas a nivel empresarial. 
Primero será Priego de Córdoba, donde están anunciados dos de los toreros revelación de la presente campaña, caso de López Simón y de Paco Ureña. El primero actuará el próximo día 4 de septiembre acompañado de Rivera Ordóñez (me resistiré a llamarlo Paquirri) y Manuel Díaz El Cordobés estoqueanto toros de sangre Núñez con el hierro de Tapatana. Un día antes será Paco Ureña, quien con reses de Adolfo Martín y acompañado del triunfador del pasado año, Javier Castaño, y de Daniel Luque, partirán plaza en el centenario Coso de las Canteras.
Si las combinaciones de Priego de Córdoba tienen atractivo, no le queda a la zaga otra plaza centenaria como la de Cabra. En ella, y con motivo de la fiesta en honor de la Virgen de la Sierra, están anunciados Finito de Córdoba, Alejandro Talavante y otra de las sensaciones de la temporada, el peruano Roca Rey, quienes se enfrentarán a una corrida con el hierro de Benjumea, que hoy se anuncia como Núñez de Tarifa. 
Si la comarca de la Subbética será referente los primeros días de septiembre, el Valle de los Pedroches cerrará el mes con la tradicional Feria de Pozoblanco. Organizada por la empresa Caído y Soledad, con Antonio Tejero al frente, el coso de Los Llanos será escenario de una Feria con interés para los aficionados. En ella están anunciados Enrique Ponce, quien muestra su categoría tarde tras tarde, un David Mora triunfador de Madrid y al que el sistema maltrata sin razón aparente, y un López Simón que completa una combinación redonda. Un día más tarde Ventura, Lea Vicens y Andrés Romero se anuncian en el tradicional festejo de rejones.
Dos empresas cordobesas que luchan por la fiesta y tratan, con mucho trabajo, su puesta en valor. ¿Serán las llamadas algún día para revitalizar Los Califas?

El tiempo lo dirá.

8/07/2016

EL TOREO COMICO EN LA MEMORIA

Pablo Celis, el Bombero, en el centro, flanqueado por Manolín y Arevalo, 

Para que el toreo cómico no sea sólo un recuerdo, entre todos tenemos que sacarlo del ostracismo donde lo políticamente correcto y el sistema que maneja la fiesta lo tienen desterrado
EL ser humano no puede vivir sin recuerdos. El pasado se hace presente en la memoria. Unos recuerdos que en muchas ocasiones, casi siempre, vienen aparejado con la nostalgia. Esa que se fue para no regresar jamás, aquella que añoramos en exceso. Muchas veces los recuerdos más evocados se retrotraen a nuestra infancia. Recordamos nítidamente aromas, sabores, colores, sensaciones que nos marcaron los primeros años de nuestras vidas. ¿Quién no recuerda en estas fechas, aquellas vacaciones aderezadas con enormes tazones de Cola-Cao con grumos imposibles de disolver en leche fría? ¿O tal vez aquellos polos de hielo que perdían sus vivos colores mientras eran saboreados con ansia infantil?. ¿O el aroma a jazmín o dama de noche en aquellas veladas a la luz de la luna, una vez que el calor remitía en esta Córdoba callada y sola? Son retazos de nuestras vidas que permanecen en nuestra memoria y que reviven cuando menos los esperamos.

Los aficionados a los toros también tenemos recuerdos. Muchos. Algunos de aquellos años en los que nos comenzábamos a forjar como personas. Sensaciones éstas que también están relacionadas con el noble arte del toreo. Los niños de hace casi medio siglo crecimos conviviendo con la liturgia de la tauromaquia, sin complejos, sin trabas y sobre todo de la mano de nuestros mayores. Vivíamos los toros como algo normal. En algunos prendió la llama de la afición que nos fue inculcada, tan fuerte que hoy aún seguimos añorando los recuerdos de aquella época. 

El toreo era, lo sigue siendo digan lo que digan, un espectáculo de masas. No existía la diversidad de ocio actual, por lo que cualquier entretenimiento donde el toro era protagonista era un reclamo para los españoles de aquella España en desarrollo. Pasada la feria, el coso califal, entonces conocido como de La Marquesa, o Ciudad Jardín, era marco para las clásicas nocturnas. Novilladas sin picadores donde avezados jóvenes probaban fortuna en el arte de Cúchares buscando fama, dinero y gloria. Eran noches divertidas motivadas por los revolcones sufridos por aquellos aspirantes a torero, que carecían, la mayoría de las veces, de los fundamentos básicos para enfrentarse a una res de casta. Hoy la técnica adquirida en las escuelas taurinas ha hecho que los aspirantes anden con los novillos sin alma y sobrados de oficio. Atrás quedaron aquellas noches de verano, entre chufas y altramuces fríos en las que el sorteo del Vespino ponía punto y final a muchas veladas de los meses estivales.

Si aquellas novilladas son recordadas con nostalgia, hay algo que se añora aún con más fuerza. Las novilladas para noveles, con menos predicamento, aún continúan, pero hay algo que está próximo a desaparecer si el planeta de los toros no pone remedio, aunque parece que ya es tarde. Otro tipo de espectáculos, como eran los cómicos taurinos, formaban parte de nuestras distracciones infantiles, por lo que todos los años los esperábamos con enorme expectación. Espectáculos taurinos que tenían origen en las mojigangas decimonónicas y que luego, ya en el siglo XX, Llapisera y su botones fueron depurando hasta hacer de ellas un espectáculo que tuvo gran predicamento, y del que, en su denominada parte seria, se forjaron gran cantidad de muchachos que con trabajo y constancia alcanzaron la gloria en el mundo del toro. Este tipo de festejos se convirtió con el tiempo en un clásico de nuestras plazas.

Tras Llapisera y tras la guerra, llegó una figura pintoresca. Era un bombero grandullón y con un poblado bigote, que hizo las delicias de pequeños y mayores. Pablo Celis se inventó, inspirado en los bomberos de guardia de los teatros, aquel personaje, que además supo rodearse de fenomenales profesionales como el genial Arévalo, o Manolín, y qué decir de los famosos enanitos toreros. El espectáculo cómico era una garantía para las empresas. El éxito de taquilla estaba asegurado y hay quien afirma que el Bombero Torero salvó más de una feria que hubiera sido deficitaria sin su presencia.

No solo fue el espectáculo de Pablo Celis. También otros como el Empastre, o los que comandaban el Toronto, o el Chino Torero, también tuvieron fama y aseguraban el éxito en las plazas donde actuaban. Hoy prácticamente han desaparecido. Las empresas declinan de su contratación y apuestan por otros festejos más baratos, pero con menos romanticismo, como pueden ser descafeinados festejos de recortes y ese engendro que llaman el Gran Prix.

Los toreros cómicos y los pequeños solo permanecen en nuestro recuerdo. Pablo Berger en su película Blancanieves los homenajea de forma justa y a la vez magistral. El cineasta ha sabido buscar en los rostros de los toreros bufos, una mirada nostálgica y llena de tristeza, lo mismo que Diego de Velázquez hizo con don Sebastián de Morra. Esperemos que dentro de poco el toreo cómico no sea sólo un recuerdo y que entre todos lo saquemos del ostracismo donde lo políticamente correcto y, una vez más, el sistema que maneja la fiesta lo tienen desterrado.

8/01/2016

PRESENTADOS LOS CARTELES DE PRIEGO DE CORDOBA Y CABRA


Con Los Califas sumido en un profundo sueño, sin visos de que despierte al menos durante la temporada en curso, la provincia comienza a dar señales de que el toreo importa, y mucho, en nuestras fiestas.

Septiembre es un mes muy taurino por excelencia. Si hace unos días nos hacíamos eco de la presentación de los carteles de Pozoblanco, estos días se están conociendo las combinaciones de las dos plazas centenarias de nuestra Subbética.

La empresa Campobravo, que dirige Antonio Sanz, presentó el pasado fin de semana los carteles de la Feria Real de Priego de Córdoba. Estos están conformados por dos combinaciones de distinta concepción. El ciclo ferial comenzará el día 3 de septiembre, donde estan anunciados, tras el éxito del año pasado, los 'Albaserradas' de Adolfo Martín, que serán lidiados y muertos a estoque por el triunfador del año pasado Javier Castaño, que estará acompañado por Paco Ureña, una de las novedades de la temporada, y el sevillano Daniel Luque que se anuncia por vez primera con reses de este encaste.

Para el día siguiente está programado un cartel donde con toros de "Tapatana", propiedad de Carlos Núñez, se anuncian Manuel Díaz "El Cordobés", muy querido en Priego, Francisco Rivera Ordoñez y el madrileño Alberto López Simón, que es otra novedad de la temporada, así como en nuestra provincia.

Dias después, para la Feria de la Virgen de la Sierra, Sanz ha cerrado en Cabra un cartel que suma muchos atractivos. Con toros de Núñez de Tarifa, propiedad de la familia Núñez del Cuvillo, actuará abriendo plaza Finito de Córdoba, en el XXV aniversario de su alternativa, Alejandro Talavante, que atraviesa un excelente momento, y cerrará la terna el peruano Roca Rey, que se está convirtiendo en una realidad durante la presente campaña.

Buen trabajo de despacho el realizado por Antonio Sanz, contratando a tres toreros novedosos para la afición cordobesa como son Ureña, López Simón y Roca Rey, así como volver a apostar por un hierro del gusto de los aficionados más amantes del toro.

Foto: Subbética Taurina (Rafael Cobo)