Hace algún tiempo pase por El Pulido, la finca donde pasta la ganadería de Javier Gallego. Allí tuve la ocasión de conocer una vacada para muchos desconocida, por eso titule la entrada al blog en aquella ocasión: Javier Gallego, los otros Veraguas. Decir, que como todo lo que tiene su origen en la casta vazqueña, estos "veraguas" manchegos llaman la atención por sus variopintos pelajes. Su criador es un hombre enamorado del encaste que cría y que esta empeñado por todos los medios de poner en valor el toro que heredó de sus antepasados. Poco a poco está eliminando otras sangres que había en su casa, el objeto no es otro que centrarse unicamente en la añeja sangre ducal. La empresa es ardua. La falta de ganaderías de origen similar, donde poder refrescar, hace que el trabajo sea concienzudo y laborioso, tardándose por ver el fruto esperado.
Le debía una visita tras unos problemas, hoy ya superados, de salud y por eso esta mañana me desplace hasta su casa, para repasar junto a él sus veraguas, los otros veraguas. Como siempre el ganado vazqueño entra por los ojos. Capas inverosímiles como la del becerro que ilustra la entrada anterior, de un extrañisimo pelo sardo. Destacar la presencia de una novillada de utreros. En la que sobresalen los animales que aparecen aquí fotografiados. Hasta ahora no tienen destino fijo. La crisis económica y la del escalafón novilleril hace que su destino sea un tanto incierto. Destaca un precioso jabonero bragado, meano y calzón que es todo un dije. Igual hechura luce un cinqueño con un trapio espectacular. Lástima que se haya estropeado los pitones y su destino no sea la lidia en ningún coso. Entre los erales y añojos capas igualmente bellas, como el ensabanado capirote con accidentales de curiosa descripción y el albahio. También hay un pequeño añojo recién destetado de capa cárdena, al que fue imposible fotografiar, pero hay les muestro una foto de su madre que luce el mismo pelo.
Mañana pues provechosa por el buen rato pasado en compañía de un hombre que ama al toro y lucha por perpetuar la casta veragueña en los campos de la Mancha.
Muy muy buena entrada Salvador y y preciosos pelajes, me alegro que echaras una buena mañana.
ResponderEliminarA ver dónde lidia esa novillada, porque es todo un lujo.
ResponderEliminarMira Rafa, verla me comentó Javier que la ha visto unos pocos, pero que hasta ahora nadie ha dado el paso adelante. La novillada es un taco de hechuras, ahora por dentro debe de tener raza tela. En tu pueblo hubiera encajado fijo, pero como ya he visto en tu blog, la empresa ya tiene una de Paco Sorando. Lo que está claro que debiera de lidiarse en una plaza fija, las portatiles le quitarian caché. ¿Cabra o Lucena? Ahí esta la novillada, la empresa tendría la última palabra, lo mismo que otras que regentan otros cosos.
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