6/15/2014

DECLARADO DESIERTO EL CERVATILLO TAURINO DE LA FERIA DE MAYO

El jurado del Cervatillo Taurino (Grupo de Empresas Cabezas Romero), por unanimidad, ha decidido dejar desierto el correspondiente a la feria de Nuestra Señora de la Salud de 2014, al considerar que no ha ocurrido nada relevante, al menos en sentido positivo,  pues al corto número de festejos se ha sumado la escasa presencia del ganado, unos precios más que excesivos con notables diferencias entre los anunciados y los de taquilla, apertura de una sola puerta de acceso para cuatro tendidos, la venta de latas de bebidas durante los festejos, así como de botellas de plástico cerradas.

 Quiere el jurado hacer público su malestar por la situación negativa generada por la mala relación entre la empresa Ramguertaruro, concesionaria de la plaza de toros, y la sociedad propietaria de la misma; relación que viene a empeorar la situación de la fiesta en Córdoba, llevando al límite su subsistencia, dejando en ridículo a Córdoba y a su afición. Ambas entidades han quedado en evidencia, teniendo que acudir a los juzgados y consiguiendo la suspensión de una corrida de toros perjudicando gravemente a un matador cordobés, Andrés Luis Dorado que, aunque viene realizando temporadas cortas, sus actuaciones se cuentan por triunfos, habiendo obtenido últimamente varios trofeos, entre ellos el Cervatillo Taurino (modalidad provincial) correspondiente a 2013. El jurado insta a la empresa y a la sociedad propietaria a que saquen conclusiones de tanto desvarío y pongan los medios para reparar la imagen de Córdoba, de su afición y de sus toreros.

6/09/2014

KICO NAVAS, NUEVO EMBAJADOR DEL TORO DE CUERDA DE CARCABUEY


La entrega de este galardón de carácter honorífico tendrá lugar el próximo sábado, 14 de junio, en el transcurso de una fiesta campera a celebrar en El Bujío del Toro


Asociación Toro de Cuerda de Carcabuey ha nombrado al egabrense Francisco J. Navas Adamuz, Embajador del Toro de Cuerda de Carcabuey, en reconocimiento a su aportación en la difusión y valoración en distintos ámbitos, tanto profesionales como personales, de este festejo popular.

Como en anteriores ocasiones, la Asociación, a instancias de la propuesta presentada por los cinco embajadores del Toro de Cuerda actuales, acordó por unanimidad conceder este galardón honorífico a Kico Navas, que ejerce profesionalmente su actividad profesional como técnico de Juventud en su Cabra natal, colaborando en distintas emisoras de radio y televisión, así como en la prensa escrita, siendo igualmente presentador de un buen número de concursos y eventos deportivos y de ocio.

El nombramiento del nuevo embajador del Toro de Cuerda de Carcabuey tendrá lugar el próximo sábado, 14 de junio, en el transcurso de la capea y fiesta campera que se celebrará a lo largo de todo el día en las instalaciones de El Bujío del Toro, sede de la Asociación alcobitense.

Cabe recordar que el nombramiento de Embajador del Toro de Cuerda fue creado en el año 2009 en el seno de la Asociación Toro de Cuerda de Carcabuey con el objetivo de reconocer públicamente el trabajo realizado por periodistas, críticos, informadores taurinos o profesionales relacionados con la Fiesta, en pro de la difusión, defensa y verdadera valoración del Toro de Cuerda, recibiendo el primer galardón el periodista y crítico taurino Rafael Cobo Calmaestra, al que siguieron en 2010 el también crítico e informador taurino Alejandro Rodríguez Galán, en 2011 el cirujano taurino y ganadero Eliseo Morán Gómez, en 2012 el doctor Miguel Ángel Caracuel, y en 2013 el catedrático de la Facultad de Veterinaria de Córdoba, Juan Anselmo Perea Remujo, uniéndose a partir del próximo sábado a este grupo el egabrense Kico Navas.

6/07/2014

¿LAGARTIJO NO MERECE ALGÚN PREMIO?


El año pasado cuando Ramguertauro, y su entonces gerente Antonio Tejero, presentaron las combinaciones feriales, fueron muchas las peñas que, mostraron su descontento por la ausencia de novilladas picadas. El motivo no era otro que, algunas de ellas, ponían en juego premios a los novilleros y sin festejos menores esa tradición no se podría mantener. El entonces gerente arguyó que si la crisis, que si el año que viene, que si todo va bien se volverán a dar, etc, etc…

Este año las novilladas con picadores han vuelto a estar ausentes. La crisis, su enorme carga fiscal y la ausencia de novilleros con tirón taquillero, que no buenas aptitudes, hacen que este tipo de festejos sean deficitarios y, por ello los empresarios de medio pelo encuentren justificación para darles de lado.
Córdoba un año más ha visto como sobre su dorado albero no se han celebrado novilladas con picadores. Las peñas, las mismas que al año pasado mostraron su descontento, este año han callado. Quién calla otorga, dicen, por lo que hace suponer que dan por arrojada la toalla. Sus exigencias hacía la celebración de novilladas picadas, hubiera sido otro frente más abierto en contra de la empresa, lo que le hubiera  dejado el culo al aire aún más.  Pero nada, cuando más fácil lo tenían, este año han callado ¿Desidia, resignación, o tal vez dejadez? Vaya usted a saber. El senequismo cordobés tal vez.

Mientras tanto nos conformamos con novilladas de erales. Festejos menores, para gente que principia. La ausencia de las novilladas con picadores ha hecho que muchos toreros se estén formando en este tipo de novilladas, y que cuando están curtidos, así como con un oficio adquirido, pueden dar el campanazo.

Sin lugar a dudas el campanazo de 2014 en Córdoba, ha sido el nuevo Lagartijo. Un novillero cuajado, asentado, con oficio y lo que es más importante con personalidad. Cuajó una tarde importante, lástima que en su primero lo echase todo a perder con el descabello, con torería y haciendo dos faenas de peso ante dos novillos de La Quinta. Ni decir tiene que sus dos orejas, que pudieron ser más, y su puerta de Los Califas no han sido devaluadas. Este nuevo Lagartijo puede, y debe, ser un torero que puede hacer rebrotar el interés por la fiesta en Córdoba.


Por eso mantengo que el triunfador de la feria ha sido Lagartijo. Este nuevo torero fue el único que supo tocar los resortes para cortar dos orejas a uno de sus oponentes. No me vale que digan que fue a un eral, o que se trataba de un festejo menor. Las peñas, que no ha tanto, ponían premios para los novilleros han tenido la ocasión de oro para demostrar que en el toreo existe sensibilidad y haber fallado los mismos a favor del nuevo torero de Córdoba. ¿O es que su Puerta de los Califas no vale?

6/06/2014

¿QUO VADIS CORDUBA?


Hasta las gónadas, por no decir otra palabra más malsonante, de mercachifles y chuflones que se han empeñado en dejar la Córdoba taurina metida en la mierda. Gente que no ve más allá de su ombligo y que no mira nada más que por sus propios intereses, cuando se presupone que además deberían de mirar por el legado e historia de una ciudad que siempre tuvo un peso especifico en el planeta de los toros.

De aquellos que pontifican en mostradores y veladores de mármol, cuando en su vida han pasado por taquilla ni se han interesado por el arte de Cúchares, más allá que en charlas tabernarias que no conducen nada más que a la exaltación de un ego vacío y hueco.

Cansado de mercaderes que maltratan, humillan y desprecian a una ciudad que aguanta impávida y estoica como acaban con su grandeza, hundiéndola en los infiernos de donde costara un mundo salir. Cuando se pensaba que se había tocando fondo, los entre-bastidores que se escapan a los mortales, han demostrado que lo peor aún estaba por llegar.

El golpe último ha sido definitivo, dantesco, cruel. Te han tirado al suelo y una vez allí han continuado golpeándote hasta hacer que tu sangre empape hasta lo más profundo de la tierra. Una tierra donde se ha forjado un pasto que ha alimentado al toro español desde la antigüedad, una tierra que han pisado ídolos que jugaron con la muerte e que incluso fueron vencidos y a la vez inmortalizados por ella.

Hoy más que nunca la tradición taurina de Córdoba está herida de muerte. Se está desangrando, su ilustre historia languidece y es olvidada de forma irremediable. Se antoja que el remedio es cada vez más imposible. Entre todos la mataron y ella sola se murió. Ahora es cuando, si aún nos sentimos orgullosos de ella, nos toca levantarla y devolverla al lugar donde el mercadeo la ha arrojado. Seremos nosotros, los cordobeses, aquí no hacen falta gestores con apellidos ilustres, ni de alcurnia, ni tampoco billeteras repletas. Solo hace falta amor propio y amar nuestra tradición. Nos costara trabajo quitar toda la mierda que entre unos y otros han arrojado. Nos costara mucho sacrificio cerrar heridas por donde se ha volcado mucha sangre. Pero si nos lo proponemos seguro que el destino nos es favorable,  después de tantas miserias debe de ser condescendiente con quien tanto dio al toreo.

Sobran salvadores improvisados, en el fondo huecos y sin contenido, solo hace falta cariño hacía la tradición, la historia y lo que la fiesta de los toros nos legó. El modelo está caduco y hay que cambiarlo. Ese es el quid de la cuestión. Entre todos hay que buscar el modelo para tratar de revitalizar esto. Aquí no puede venir nadie un mes para dar la temporada de cualquier manera e irse. Tampoco se le puede exigir un alto canón y luego permitirle hacer eso. Ni tampoco centrar una historia en tres corridas de toros, cuando Córdoba siempre fue plaza de temporada. Ni plegarse a las miserias del sistema que impone “toreritos” de moda y cartón que siempre tratan a Córdoba de manera despectiva. Ni consentir que por la puerta de chiqueros salgan toros clonados del mono-encaste imperante que no traen más que desidia y podredumbre a la fiesta.


Faltan muchas cosas, muchas. Todo pasa por tratar las cosas con cariño y no pensando en lo económico. La propiedad tiene que cambiar el modelo. Los empresarios que regenten Los Califas tienen que cambiar el modelo. Los toreros que pisen el albero deben de cambiar el modelo. Los ganaderos que embarquen toros para Los Califas tienen que cambiar el modelo. Y la afición tiene que cambiar el modelo. Lo que hasta ahora se ha mantenido, no sirve y urge cambiarlo. Si no seguiremos de mierda hasta el cuello y Córdoba no merece esto.

Foto: Ferlancor (Panoramio)

6/03/2014

TRISTEZA Y GRISURA, EL BALANCE DE UNA FERIA CON POCO QUE CELEBRAR

El nuevo Lagartijo el único que abrió la Puerta de los Cálifas

Los Califas cierra sus puertas tras un ciclo de la Salud falto de interés, con escaso público y rodeado de polémica

Terminó la Feria taurina de mayo. Terminó como se gestó. Gris, enrevesada, oscura y con un futuro, se antoja, poco halagüeño. Una feria en declive y sin lugar por la forma cómo se gestó, cosa que se presuponía le iba a pasar factura. Una feria sin alma donde el público, hastiado de mediocridades y ninguneo, optó por quedarse en casa y desertar de acudir a los tendidos de Los Califas. Y es que el respetable, el consumidor final de lo que se cuece más mal que bien entre bastidores, ha dicho basta. Si el año pasado el trabajo duro y concienzudo de los hermanos Tejero hizo que se vislumbrara la esperanza de la recuperación, este año todo ha vuelto como estaba, o lo que es más triste, ha ido a peor.

Triste y oscura: así ha sido la Feria. Sus resultados artísticos también han tenido un tono gris. No ha sucedido prácticamente nada reseñable en los dos festejos mayores que se celebraron. Otro se fue al garete, por una suspensión que no vino nada más que a mostrar los momentos tan bajos en que se encuentra Córdoba en el planeta toro. Circularon los días previos las fotos de los tres encierros por internet publicadas por un portal especializado. Curiosamente la corrida que aparentemente menos problema podía tener en los reconocimientos era la de Jaralta. Fue precisamente la de este hierro cordobés la que trajo las horas de mayor polémica de la Feria. En el reconocimiento previo, de un total de doce toros presentados sólo se aprobaron tres, aduciendo los técnicos que los desechados no cumplían con el peso reglamentario. La empresa buscó otra corrida en la ganadería de Julio de la Puerta, pero, al no estar disponible a la hora del sorteo, la autoridad, reglamento en mano, optó por la suspensión. Mucho se habló sobre una posible avería de la báscula. Curiosamente, la romana que los días siguientes sí cumplió con precisión, pues saltaron al albero reses con unos pesos muy justos para una plaza de primera categoría. Defraudó la corrida de González Sánchez-Dalp, correcta de presentación, pero vacía de todo. Justa siendo benevolentes fue la presentación de la de Zalduendo. Su juego pobre y descastado dio a traste con la corrida estrella de la feria. Éste es el toro que imponen las figuras y éste es el toro que desgraciadamente está echando al público de las plazas y colocando a la fiesta contra la espada y la pared. La corrida de rejones perteneciente al encaste de Murube, el monoencaste en este tipo de corridas, gozó de buena presentación pero demasiado desigual entre sí y con un juego de más a menos. Mención aparte merecen las reses corridas en los festejos menores. Tanto las de La Quinta como la de La Morantilla estuvieron fenomenalmente presentadas y tuvieron un juego brillante, lo que permitió que fuese en esos festejos sin picadores donde se pudieron ver los pasajes más vibrantes del ciclo. 

Los resultados artísticos fueron, al igual que la Feria, grises. Faenas mecánicas y sin alma, sólo salvadas por detalles que supusieron fogonazos luminosos en medio de tanta oscuridad. Lo mejor lo realizaron dos espadas de corte estilista como Curro Díaz y Morante de la Puebla, este último con el beneplácito de un público muy entregado, en dos trasteos que tuvieron como denominador común la genialidad y el buen gusto, pero que no gozaron de la rotundidad suficiente como para hacer temblar los cimientos de Los Califas. Por lo demás, un Ferrera que no parecía el triunfador de Sevilla, un valiente Jiménez Fortes, un técnico Enrique Ponce y un ecléctico Alejandro Talavante. En cuanto a los caballeros en plaza brilló Leonardo Hernández, pasando desapercibidos un clásico Bohórquez y un aún muy nuevo Manuel Moreno. 


Ya se ha dicho antes: fue en las novilladas sin picadores donde se vivieron los momentos más emotivos, lo que abre una puerta a la esperanza. La nueva hornada de toreros cordobeses, de nacimiento o adopción, caso de Fernando Sánchez, puso de manifiesto que con un poco de suerte la nueva generación es válida. Cortaron trofeos El Rubio, Romero Campos, Rafael Reyes y Fernando Sánchez. También obtuvo un trofeo el venezolano Antonio Suarez. Todos aportaron sus ganas y condiciones. Pero si alguien destacó fue el nuevo Lagartijo, quien en la primera de las novilladas demostró que quiere ser torero y, en una tarde casi redonda -estropeó la faena a su primero con el descabello-, fue el único torero que consiguió abrir de par en par la puerta califal. A la postre única del ciclo, un ciclo gris o triste, tan triste que el máximo triunfador -eso sí, con todo merecimiento- ha sido un novillero que aún actúa sin picadores. Esperemos que este Lagartijo, cuarto cordobés con ese apodo en la historia del toreo, reverdezca laureles que aúpen a Córdoba a un lugar que nunca debió de perder.

6/02/2014

LA TRADICIONAL CORRIDA DE REJONES PONE EL CIERRE EN CORDOBA


El tradicional festejo de rejones puso punto y final al abono de la feria de mayo cordobesa. Feria de la que habrá que hacer balance de forma tranquila y concienzuda, puesto que aunque sus resultados artísticos han sido escasos, han ocurrido cosas que invitan a la reflexión. La feria de Córdoba languidece cada vez más, cuenta menos en el panorama nacional y, lo que es más preocupante, la propia afición y público local está dando la espalda a la tradicional feria de mayo.
Tanto es así que el festejo de ayer, donde acude un público muy distinto al de las demás tardes, la entrada fue muy pobre. Poco más de un cuarto para presenciar un cartel que reunía a un rejoneador veterano como Fermín Bohórquez, otro en sazón como Hernández hijo y un valor para el mañana, como puede ser, Manuel Moreno. ¿Qué ocurre que ya no va el público ni a la corrida de rejones? Habrá que buscar soluciones porque de no subsanar lo que se puede haber hecho mal, o se está haciendo mal, la feria no va a remontar nunca.
El rejoneo de hoy vive un gran momento. Dicen que se torea a caballo mejor que nunca, pero ayer el toreo brilló por su ausencia. Buena monta, buena doma, buenos caballos, buena disposición, buena puesta en escena, pero torear, como que no.
¿De qué sirve templar la embestida de un toro galopando de costado a dos pistas si luego se clava a la grupa y de cualquier manera? ¿Es este el rejoneo que dicen es el mejor de todos los tiempos? El toreo es otra cosa. El dominio de un toro, entendiendo sus condiciones, sus terrenos y sus distancias. Si esto todo falta el rejoneo es un espectáculo vistoso y poco más.
Lo más ortodoxo de la tarde corrió a cargo de Fermín Bohórquez. El jerezano cuenta con oficio y cuadra de sobra para andar sobrado tarde tras tarde. Lució en banderillas en ambos toros. Mejor la labor a su segundo, al que entendió a la perfección en los terrenos de dentro. Lástima que tras un pinchazo y un rejón diera un sainete con el descabello, lo que le impidió cortar trofeos.
Leonardo Hernández es un claro exponente del rejoneo actual. Vibrante, conectando fácil con el tendido a base de gestos y con una monta espectacular. Frente al toro, poco reposo. Sus dos labores fueron de similar corte. A su primero, tras banderillearlo con su personal estilo, le costó matarlo un mundo, puesto que el animal se refugió en los terrenos de dentro y fue complicado hacer la suerte final. En su segundo, en el que estuvo fácil y haciendo las delicias de un público entregado, brilló en dos banderillas al quiebro. Lástima que descordara a su oponente con el rejón de muerte, lo que le privó de un éxito mayor.
Manuel Moreno está muy nuevo. Intenta practicar un rejoneo clásico. En ocasiones lo consigue y en otras no. Sus dos labores fueron similares y estuvieron marcadas por la voluntad de agradar al público. El mal uso del acero le privaron de obtener premio.
FICHA:
Ganadería: Seis toros de Manuel Santiago Corvo. Bien presentados, reglamentariamente despuntados para rejones y de buen juego en líneas generales a excepción de los jugados de segundo y cuarto lugar, que se rajaron . REJONEADORES: Fermín Bohórquez. Ovación y silencio. Leonardo Hernández. Ovación con saludos y oreja con petición de la segunda. Manuel Moreno. Palmas y silencioINCIDENCIAS: Plaza de toros de Córdoba. Corrida de rejones. Sexto y último festejo de abono con motivo de la Feria de Nuestra Señora de la Salud. Un cuarto de entrada en tarde primaveral.


6/01/2014

EL POCO JUEGO DE LOS TOROS ARRUINA LA TARDE EN LOS CALIFAS


El miedo es una cualidad inherente a todo ser humano. El valor por tanto no es más que otra cualidad. Cualidad que no consiste en otra cosa que superar al miedo. El torero, por muy valeroso que parezca, siempre tiene miedo. Miedo al dolor físico, miedo a la muerte, miedo al público y miedo a si mismo. Por todo esto el torero tiene que superar al miedo en muchas vertientes. Por eso ese mismo miedo, le lleve a que su instinto de conservación sea puesto de manifiesto de forma notoria.
Uno de los miedos a superar por los que se visten de luces es al toro. Es un animal de comportamiento agreste, fiero, salvaje, bravo. Al menos eso es lo que se espera. Hoy, el torero, para superar esa aversión al toro, ha buscado un animal con un comportamiento excesivamente bonancible. El toro ha perdido muchos de sus atributos primigenios. Es excesivamente dulcificado, buscando atemperar uno de esos miedos tradicionales. Es por ello que el toreo de hoy carece de muchas emociones que otra en época eran básicas para la fiesta. El toro que saltó ayer al albero califal, era ese astado que el torero moderno impone para pasar menos miedo. Falto de casta, de pujanza, de fiereza, de codicia, falta de todo. La torería lo demanda tarde tras tarde, el miedo es menor, aunque si te coge te puede hacer el mismo daño que otro con todas sus virtudes e integridad. Es el toro de hoy, el que sale tarde tras tarde y el que hace que muchos festejos pasen sin pena ni gloria.
En la tarde de ayer tres toreros, con mas que probada capacidad, se estrellaron con una corrida de Zalduendo vacía y hueca. Una corrida apta solo para el rastro, porque para una lidia dinámica y viva, tuvo sólo carencias. Motivo este que hizo que en Los Califas la tarde fuese soporífera, salvándose sólo de cuando en cuando por algún fogonazo de arte, ese que venden, que no tiene miedo. Sólo eso y siendo muy generosos.
Volvió Ponce a Córdoba. El torero de Chiva es querido en esta plaza. Se topó con dos toros de similar condición. En su primero, con el que no tuvo lucimiento alguno con el capote, le cuajó un trasteo en su línea. Una faena en que la técnica fue su principal fundamento y pilar. El lucimiento fue nulo. El toro no tenía capacidad alguna para transmitir emociones. Todo quedo en la corrección y poco más. En su segundo, al que lanceó con plasticidad pero con poco ajuste, le hizo una faena larga. Sabido es que el valenciano tarda en desarrollar sus faenas de muleta. Son trasteos de menos a más, que alcanzan plenitud cuando su técnica se impone al toro. Todo se cumplía según el guión, pero cuando todo comenzaba a tomar cuerpo, un desarme hizo que tuviese que empezar de nuevo. Resumiendo, una faena correcta y que alcanzó con la diestra los pasajes más meritorios. Cortó una oreja tras una estocada.

Volvía Morante de la Puebla a Córdoba tras el acontecimiento del pasado año. Con un público muy a favor, el de La Puebla estuvo muy voluntarioso. Buena su disposición, queriendo siempre agradar con su personal sentido del arte de torear, y nunca mejor dicho. Morante tiene una personalidad única que hace que en cualquier momento salte la chispa. Un capotazo, un pase por bajo, un trincherazo, un ayudado o un simple pase por alto. Todo está aderezado por algo distinto. Morante no cuajó nada con la rotundidad del pasado año, algo difícil de repetir, pero hay que reconocer que a la más mínima ocasión puede surgir el toreo. Prácticamente inédito con el percal. Un delantal, alguna verónica y poco más. Con la muleta, lo ya expuesto. Cuando menos se espera aparece el duende. Mejor en su primero, en una faena que tuvo mucha, pero que mucha, pinturería y gracia. Lo mejor las dos tandas finales con la derecha. Templando y ligando los muletazos con ese sello único. Media estocada y oreja al esportón. En su segundo todo quedó en voluntad y detalles. El inicio de faena fue con tres pases por bajo que hacía presagiar algo grande, pero el criado en Zalduendo pronto evidenció todas las carencias del toro de hoy. La faena discurrió a base de fogonazos. Muletazos sueltos, sin continuidad y sin orden. Quizás si la espada hubiera viajado con corrección hubiera tenido premio, pero dos pinchazos que precedieron a una estocada hicieron que Morante de la Puebla únicamente recogiese una ovación desde el tercio.

Cerraba el cartel el extremeño Alejandro Talavante, que una vez más pasó por Los Califas con más pena que gloria. Talavante llega año tras año de puntillas por Córdoba, nunca ocurre nada pero siempre vuelve. Los éxitos en otras plazas nunca son ratificados en Los Califas. Una tarde más su actuación no fue la esperada. Se topó con dos toros de muy distinta condición, pero con el denominador común de la falta de entrega.


En su primero, al que lanceó con correctas formas, desistió rápidamente de intentar hacer faena. En los inicios el animal se quedó debajo de la muleta en un par de ocasiones, se defendió soltando la cara y Talavante se apresuró en acabar con aquello con premura. Fea estocada tendida que asomó y una estocada. El benévolo público cordobés se enfadó con el torero, aunque luego tras el arrastre del toro, silenciase su breve labor. Su segundo animal tuvo otra condición, aunque a la postre durara muy poco. Nada sucedió en los dos primeros tercios. Cuando la tarde ya daba sus últimas boqueadas, y sin que nadie lo esperase, Talavante se dirigió despaciosamente a los medios dispuesto a brindar la faena. Tres estatuarios en los medios, con mucha quietud, hacían presagiar que algo podía suceder. La fijeza del toro y el desarrollo de los primeros compases hicieron concebir alguna esperanza, pero luego todo se fue disipando por unas u otras cosas. Talavante es un torero anárquico. Su faenas carecen de armazón. Todo lo deja a la improvisación y eso al final se termina pagando. Sobre todo cuando se equivocan terrenos y distancias. El toro, en los inicios de faena, acudió franco en los cites en los medios; poco a poco el torero lo fue cerrando en los terrenos de dentro. El animal lo acusó y perdió toda la buena condición que apuntó en el prólogo del trasteo. No obstante, ya siempre en terrenos de dentro, Talavante entresacó alguna serie con algún muletazo interesante. Cerró con unas manoletinas ceñidas y mató de una estocada que estuvo precedida de dos pinchazos que hicieron perder toda la opción a premio.

FICHA:
Ganadería: Seis toros de Zalduendo, justos de presentación, nobles pero sin fondo alguno. El primero fue devuelto por partirse un pitón, siendo sustituido por un sobre de la misma ganadería.TOREROS: Enrique Ponce, de azul celeste y oro. Ovación con saludos y oreja con petición de la segunda. Morante de la Puebla, de negro y oro. Oreja y ovación con saludos. Alejandro Talavante, de azul azafata y oro. Silencio y ovación con saludos tras aviso.INCIDENCIAS: Plaza de toros de los Califas. Corrida de toros. Quinta de abono de la Feria de Nuestra Señora de la Salud. Tres cuartos de plaza en tarde de nubes y claros. Cayeron algunas gotas en algunos momentos del festejo.