UN PRESIDENTE PROTAGONISTA

Al igual que los mejores arbitros de futbol, los presidentes de las plazas de toros, deben de pasar totalmente desapercibidos. Ocurre en muchas ocasiones que algunos mediocres les gusta ser protagonistas y dan la nota demasiadas veces. Uno de estos, es el presidente de la plaza de Montoro, al que no voy a nombrar, y que lleva algunos años en el palco dando más de una nota altisonante. El hombre que se las dá de aficionado cabal, demuestra tener unos criterios muy distintos, según quien actue. Lo mismo dá trofeos a tutti plen, sobre todo cuando los actuantes son figuritas de pastel, que niega el pan y la sal a quien realmente ha estado en torero y ante un toro con problemas y presencia. Hace algunos años, negó un indulto a un gran toro de Ana Romero, ganadería a la que habría venido bien que el bravo animal hubiese llegado a padrear, pues como sabemos el encaste santacoloma no está atravesando su mejor momento. Hace dos temporadas, volvió a montar el número desatendiendo la mayoritaria petición de indulto para un toro de Juan Pérez Tabernero, otro encaste metido en la sima, con el que un espada tan inconstante como Finito, bordó el toreo. Este año la ha vuelto a liar, tras una faena maciza y rotunda de José Luis Moreno, al que tanta falta le hace triunfar para volver a coger el tren, se le metió en la cabeza que la misma con una oreja estaba bien despachada, volviendo hacer caso omiso a la mayoria de la gente que si habia visto el calado de la faena del rubio espada de Córdoba.
Señor presidente, si usted es buen aficionado, valore a los toreros con lo que tienen delante, ayer por saltos, carreras y poco más concedió usted cuatro orejas y un rabo a un torero como el Fandi de lo mas vulgar, hoy por mas de los mismo, dos a Padilla ¿que tiene dos varas de medir, una para los de arriba y otra para los de abajo? No sea protagonista, si quiere serlo, no permita que salten al ruedo toros tan mal arreglados como los de ayer, que sangraban por los pitones, pero claro eso no queda bien, esos los matan los de arriba con los que tanto les gusta hacerse fotografias para ponerlas en el salón de su casa.