En el mundo de los toros se están perdiendo muchas cosas. Ya todo no se hace como antes, la chapuza y lo mal hecho es la tónica general. Los toreros utilizan un toreo en que las ventajas son la máxima. Colocación al hilo del pitón, tocar hacia fuera en vez de hacia atrás, meter el pico en vez de la panza, encajar los riñones una vez que el "morito" pasa y así podriamos seguir hasta enumerar un montón de vicios y pecados. La suerte de varas ha perdido su esencia, su belleza, ahora en vez de ahormar, el objetivo es masacrar desde un caballo grande, con los dos ojos tapados y orejas tapados, cuando no drogado hasta las "trancas". La fiesta no es la liturgia que un pueblo siguió con fe, la esencia esta perdida.
El el pecado de la fiesta misma, también se esta perdiendo la pureza. Tuve el privilegio de ver el pasado verano unos toros en una ganadería, esos mismos toros los vi ayer en un ruedo, estaban desmochados a mas no poder, pero el trabajo estaba tan mal hecho que me acorde de aquellos barberos de los cincuenta y sesenta, hoy se mutilan los pitones sin importar el resultado, da igual si se nota o no se nota, por que aunque se note, no hay castigo ejemplar, se paga o Moeckel lo recurre.
Así nos luce el pelo...si se esta perdiendo hasta la figura picara del barbero, la están cambiando por el verdugo.
El año pasado en una feria de provincia, un subalterno retirado decía sobre al arreglo del barbero, YO LO HUBIERA HECHO MEJOR.
ResponderEliminarMadre mía que desesperanza. ¿Esto es lo que me va a tocar apreciar durante un montón de años (que todavía soy un yogurín)?
ResponderEliminarGracias por advertir por supuesto.