Muy atrás quedó en el tiempo, la figura de un toro viejo, corraleado cuando no currado, y de hechuras impresionantes que saltaba tarde tras tarde en las plazas de los pueblos de España. Hoy por desgracia, no es así. Si en las plazas importantes, salvo contadisimas ocasiones, sale un toro carente de integridad y trapio, como es lo que sale en las portatiles de los pueblos. Ocasión he tenido de verlo. Cuando lo matan las figuras, con pitones de verguenza; y cuando los matan los modestos, con una hechuras que no sirven ni para carne. Ahora el que se sienta en la madera, en la chapa o en los mejores casos en la piedra, paga por un toro integro, con trapio y con seriedad. Lo malo es que el pagano, ya ni protesta.
¿Dónd ese lidiaron esos animales?, ¿Quién se puso frente a ellos?, ¿A qué ganadería pertenecen?
ResponderEliminarUn saludo
El primero pertenecía al hierro de Salustiano Galache, lo mató José Luis Moreno en Fuente Palmera (Córdoba). El segundo lo mato Palomo en Villanueva de Córdoba y era de Carlos Núñez y el último de Jodar y Ruchena, en Benamejí (Córdoba), siendo estoqueado por Víctor Janeiro.
ResponderEliminarMadre mía, qué vergüenza.
ResponderEliminarHay carretones con más trapío.