4/30/2011
INDULTO CON POCO FUNDAMENTO EN SEVILLA
No pretendo ser agorero, pero si esto pasa en Sevilla ¿hacía donde vamos?. La fiesta ha perdido el alma. Parece que está fresca, lozana, radiante, pero visto lo visto, todo es fachada. No quiero, repito, ser agorero, ni pesimista, ni tampoco ir contracorriente, ¡Dios me libre!, pero lo que veo no me gusta. Caminamos hacía una fiesta anacrónica, sin pies ni cabeza y que pierde a borbotones toda su esencia. Es lo que trae a la fiesta el desconocimiento de su liturgia, la carencia de sentido a lo que debe de acontecer en el redondel y sobre todo acudir a la corrida como el que acude a una celebración social, tremendamente predispuesto a pasárselo bien. Es la nueva fiesta de nuestro tiempo. La fiesta que nos quieren inculcar los que no la aman. La fiesta amable, la del todo vale, la del toro disminuido y adulterado, la de los toreros pegaunipases idénticos entre si.
El indulto vivido es uno más de nuestros tiempos. Un indulto al toro de hoy, que no al toro bravo, que dará mucho que hablar, que arrastrará polémica, pero que ha todas luces no ha sido de justicia. Escribo esto tras ver la repetición de la faena. Una faena que tuvo su cimentación en el temple y sobre todo en la ligazón. Faena estética, que no pulcra y profunda, que caló en el espíritu de este publico de nuestros tiempos.
El toro no fue un toro bravo. Fue un toro que tuvo bondad y que se tragó un sin fin de muletazos. Justito en el primer tercio, donde salió suelto. En el segundo fue a su aire y buscó ya su querencia natural. Luego en la muleta lo dicho. El toro que buscan hoy los criadores. Animales que colaboren y tengan durabilidad. Al final cantó la gallina y terminó en tablas, donde su presunto matador lo sacó buscando, en vez de la igualada, el triunfo de la vida sobre la muerte. Indulto forzado por un torero que pudo pasar a la historia del toreo en Sevilla y que solo va a escribir una página en la infrahistoria del toreo moderno por un indulto injusto, excesivo y provocado de manera descarada. La presidencia lamentable. Excesivamente blanda y falta de criterio. No debió entrar al trapo y entro llenándose de barro hasta las trancas. Si los que rigen carecen de criterio y desconocen la legislación apaga y vamonos.
Foto: Burladero
7 comentarios:
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disculpenme si mi opinión es contradictoria a la de ustedes, pero para mi el indulto vivio en Sevilla a sido justo y merecido, para mi la faena de Manzanares a tenido gusto, compas, ligazón, y si hablamos del toro pues a tenido fijeza, recorrido,clase, siempre llendo a mas, y para mi eso es la bravura, quizas no a tenido un gran castigo en el caballo, pues puede ser, pero ojala se viviesen mas tardes como la de hoy cargadas de matices, emoción, toros que se acaben entregando llendo a mas, respecto a la presidencia pues acertadamente y sin esperar mucho a sacado el pañuelo naranja, nosotros en nuestra peña taurina, todos los presentes hemos estado totalmente de acuerdo con la concesión del indulto.
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo. Y ese ganadero cateto, nuevo rico, que no sabe que quien debe salir al ruedo es el mayoral?
ResponderEliminarUn ganadero que da la vuelta al ruedo cuando falta media corrida por salir es un imprudente.
ResponderEliminarUn ganadero que da la vuelta al ruedo cuando le han devuelto un toro por invalido y le han mantenido en el ruedo otro invalido, es un caradura.
Un ganadero que da la vuelta al ruedo es un "nuevo rico" cateto. Si alguien debe salir, o saludar... o lo que sea, será siempre el mayoral. Al menos así fué siempre, cuando los ganaderos eran señores.
El toro que se indulta tiene que ser un toro completo. O sea, un toro en el tipo de su encaste, bravo en el caballo donde debe de entrar al menos tres veces empujando y haciendo una pelea digna, fijo en los engaños, de menos a mas y rehuyendo de sus querencias naturales. ¿Tuvo todo esto el toro de ayer?
ResponderEliminarEn cuanto al comportamiento del criador en la vuelta al ruedo, el reglamento así lo contempla. Ganadero o mayoral. Eso es lo que está escrito, aunque no estuviese de más que hubiese sacado al mayoral a compartir el momento.
Salva a ver si ahora vamos a ser más papistas que el Papa. Es lo que hay, el toro tuvo clase, fue noble quizá le faltó ese puntito de bravo, pero solo un puntito. Manzanares estuvo soberbio, cuanto hace que no ves una faena de tanta entrega????. Indulto? pudiera ser excesivo pero ese toro no merecia morir.
ResponderEliminarUn beso.
Pili, los toros se indultan por bravos, no por nobles ni por tener clase. Un buen toro. De vuelta al ruedo, pero solo eso. Toros más bravos ha visto Sevilla, como algunos de María Luisa Domínguez y Pérez de Vargas. No nos dejemos llevar por una euforia efimera.
ResponderEliminarTuve la suerte de ver la lidia de "Topinero" de Guardiola por Tomás Campuzano , en uno de los afortunadamente desaparecidos lunes de resaca (si se bebe el vino como en Córdoba no hay resaca que valga) y si a éste Cuvillo lo indultaron a aquel lo debían haber reencarnado varias veces.
ResponderEliminarEsto está como está y eso es lo que hay.