GANADERIA: Seis toros
de “Jaralta” correctamente presentados y de pobre juego. Rajados, sosos,
descastados y faltos de transmisión. Pobre pelea con los montados.
TOREROS: ENRIQUE PONCE (amaranto y oro).
Pinchazo y tres descabellos (ovación con saludos) y cuatro pinchazos echándose el
toro teniendo que ser apuntillado (ovación con saludos tras aviso).
Julián López “EL JULI” (verde botella y
oro). Dos pinchazos, estocada tendida y descabello (ovación con saludos) y
estocada trasera (oreja).
David Fandila “EL FANDI” (azul marino y
oro). Estocada (oreja) y pinchazo, estocada tendida y descabello (oreja)
INCIDENCIAS: Plaza de toros de
Pozoblanco. Primer festejo del abono con motivo de la feria en honor de Nuestra
Señora de las Mercedes. Casi lleno en tarde nublada y de bochorno. Al finalizar
el festejo, David Fandila “El Fandi” salió de la plaza a hombros. Destacar la
actuación de la banda municipal de música, especialmente en la interpretación
del pasodoble “La Concha flamenca”.
Chasco en la primera de feria de
Pozoblanco. A pesar de que uno de los actuantes haya salido a hombros, la corrida
ha sido, por culpa del juego de los toros, tediosa, aburrida, hueca y a ratos aburridísima.
Menos mal que la banda de música, tremendamente amable y eficaz, ha sacado del
tedio a más de uno, con sus sones ricos de matices y buena afinación. El culmen
desde luego llego en el quinto. El saxo, el trompeta y el clarinete principal
hicieron una faena magistral en la interpretación de pasodoble “La Concha
flamenca”, que inmortalizara el maestro Artola, siendo tan aplaudidos que ellos
son los que tenían que haber sido sacados a hombros del Coso de los Llanos.
La corrida ya ha quedado dicho. Un
desastre. Los toros de “Jaralta”, que en muchas ocasiones han destacado por su
extraordinario juego, se olvidaron de lo que supuestamente eran, toros de
lidia, y se olvidaron de su papel. Distraídos, sosos, parados, carentes de brío
y lo que es peor, buscando desde los comienzos de sus respectivas lidias, sus
terrenos y querencias naturales. Lo que es peor es que una vez allí se paraban
cuan toros de Guisando, echando por tierra cualquier atisbo de lucimiento por
parte de sus matadores. Por lo tanto una vez más, y van, el toro y su mal juego
dieron al traste con una tarde de expectación, que hizo que el coqueto coso de
los Llanos registrase una magnifica entrada.
Enrique Ponce abría cartel. El matador
de valenciano estuvo en lo que ha sido siempre. Un torero con una técnica
prodigiosa y capaz de sacar provecho de donde no hay. Pero con material así es
imposible. En su primero estuvo muy por encima de las pobres cualidades de su
oponente. Cuajó un trasteo pulcro y técnico, pero vacío de contenido así como
falto de ajuste. En su cuarto, un chorreado de bonita lámina y que fue el que
más de movió de la suelta, anduvo con muchas ganas. Tanto es así que su labor
resultó larga, demasiado, así como bastante irregular aunque con la solvencia que le
caracteriza y que le ha llevado a estar considerado una figura del toreo.
“El Juli” volvía a Pozoblanco tras el
éxito del año anterior, donde por el inoportuno percance de un compañero tuvo
que pechar con tener que estoquear cinco toros en solitario. “El Juli” se
encuentra en buen momento. Encuentra toro en cualquier terreno y, hoy por hoy, es capaz de pegar pases al carro
de un barrendero. Su primero buscó descaradamente su querencia desde el inicio
del trasteo. Ante él, el de Velilla de San Antonio, estuvo tremendamente
profesional y capaz. Fue capaz de hacer que el astado no alcanzase su objetivo
de refugiarse en terrenos de dentro. Sacó muletazos meritorios a los que faltó,
por la falta de entrega del toro, la continuidad necesaria para ser una faena
lúcida y vez de ser un toma y daca para evitar que el toro consiguiera su propósito.
En el quinto volvió a estrellarse por el mal juego de su oponente. Tiró de
recursos, profesionalidad y ganas. En esta ocasión el acero fue más certero y
cortó una oreja que premio su gran disposición durante la tarde.
“El Fandi” resultó a la postre el triunfador
del festejo. El de Granada tiene como principal virtud la facilidad de conectar
con los públicos. Sus dos toros fueron, como toda la corrida, poco propicios
para el lucimiento. Pero como “El Fandi” se entrega como pocos, tiene unas
facultades prodigiosas en banderillas y una facilidad asombrosa para enardecer
al tendido, todo le rueda más de cara. Bullidor con el capote en los lances de
recibo a su primero. Larga cambiada de rodillas en el tercio, verónicas, lances
a pies juntos, chicuelinas y remate con media de rodillas, puso al público muy
a su favor. Espectacular en banderillas, realizó un trasteo compuesto y
voluntarioso mientras el toro aguantó. Eficaz con la espada y primera oreja de
la tarde. En su segundo formó un lío con los palos, eso si, a su manera.
Destacó el cuarto par por los adentros. El toro se acabó justo ahí en los
adentros. Imposible dar un muletazo limpio. Opto por matar y fue premiado con
una oreja que le permitió salir a hombros de la plaza.
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