Iba a seguir con el tema de la casta jijona y sucede esto. La fiesta mostró ayer su cara más dramática, la más dura, la más sangrienta y la más dura. Por eso la fiesta es grande. Por su antagonismo. Sus dos polos tan distantes entre sí. La fiesta de los toros es un drama verdadero, donde la muerte y la tragedia forman parte del guión.
Las imágenes son dantescas. La figura de un hombre con el rostro ensangrentado, el ojo fuera de su órbita y acordándose de su familia han dado la vuelta, gracias a las nuevas tecnologías, al mundo. Las reacciones no se han hecho de esperar. Solidaridad y fuerza con Padilla. El jerezano es un torero honrado y profesional. No gustará a los ortodoxos, por sus formas iconoclastas y alejadas del clasicismo, pero Juan José es un hombre que nunca ha pisado la arena para engañar a nadie. Yo soy así. Me tomas o me dejas, pero no te voy a engañar. Curtido en mil batallas, con el toro de verdad, aquél al que todos rehuyen, comenzaba a tener el respeto de todo el mundo, incluso de los más fervientes detractores. Se avecinaban tiempos de tranquilidad, de torear lo que le apeteciera y a un dinero más que lógico. Su camino en el mundo del toro estaba prácticamente trazado y andado. Desgraciadamente un "Marqués", cárdeno de capa, ha truncado unos años en los que el torero de Jerez podía disfrutar de lo que más le gusta, torear y ser feliz junto a los suyos.
He hablado antes de las nuevas tecnologías. La red muestra las noticias de una forma casi instantánea. Las ediciones digitales de los distintos periódicos han seguido de cerca el drama vivido. También estos nuevos modos de información dan al lector la oportunidad de dar su opinión. Aquí es donde he vivido la crueldad humana, la perdida de valores, la falta de ética y moral. ¿Como se puede equiparar la vida de un ser humano a la de un animal? La racionalidad humana siempre estará por encima de todo. Por esto pienso que los autores de estos comentarios, están cegados por el odio, por la bajeza, por la maldad y sobre todo por una falta de humanidad que los hace ser unos hijos de siete cabras.
Pero no hay que hacer caso a esta gente. Ahora lo que hace falta es estar pendientes de un ser humano que ha estado a punto de perder la vida y que ha sufrido en sus carnes toda la crudeza de la fiesta. Por eso Juan José estamos contigo y con los tuyos, esperando que pronto puedas gozar de ellos y que Dios te permita hacer lo que más te gusta. Vivir en torero. FUERZA PADILLA.
chapó por la entrada, realmente elegante donde yo mismo me he quedado sin palabras al leerla.
ResponderEliminarUn abrazo a todos los taurinos.
Dos cosas simplemente:
ResponderEliminar1.Servidor ha visto torear a Padilla en La Maestranza,mejor que muchos de los aclamados importantosos,empaquetosos y relojosos (dispénseseme el amasijo de palabros que creo entendemos todos).
Pero como a Padilla el o los dispensa sellos, no le han asignado el de exquisito y tiene que dar de comer a su familia,optó por lo seguro,que en éste caso es lo inseguro.
Que ya está bien,y como dice la copla flamenca: A los hombres no se marcan/como ovejas del rebaño….
2. Es natural que algunos prefieran la vida de un animal a la de un hombre.Eso se ha llamado siempre corporativismo.
Un saludo