Recuerdo un programa de televisión, que presentaba el singular Alfredo Amestoy, que se titulaba "Vivir para ver". Y precisamente eso, vivir para ver, como se la gasta la clase política cuando se trata de algo relacionado con la fiesta de toros.
Ya se vio en Cataluña. Se les puso a los independentistas un visceral ataque a la fiesta y con el apoyo de los animalistas, con el charlatán de Leo Anselmi al frente, han cercenado parte de la libertad de todos aquellos que en la industriosa y prospera región española de Cataluña, les guste acudir a los toros. El actual partido en el gobierno luchó lo indecible por la fiesta de forma infructuosa, aunque al día de hoy, ya totalmente asentado en el poder, aún no ha movido pieza en pos de devolver las aguas a su cauce. O lo que es lo mismo, a que en Cataluña cada cual tenga la libertad absoluta de presenciar el espectáculo que le salga del alma.
Con las libertades en Cataluña cercenadas, ahora parece que toca el turno en Galicia. Aquí por la presente no se ha abolido nada, pero de nuevo se atacan las libertades mas fundamentales, como puede ser la de la libre educación de los hijos. En Galicia se trata de prohibir la entrada de los menores en las plazas de toros.
No voy a argumentar nada sobre el arraigo de las fiestas de toros en Galicia. En la anterior entrada el doctor Fernando Claramunt, lo ha hecho de forma magistral. Pero hoy me he quedado a cuadros cuando leo que en Galicia, tierra de meigas y queimadas, la Xunta adelanta la edad para cazar hasta los catorce años, para así potenciar y fomentar entre los mas jóvenes la caza al objeto de garantizar "el relevo generacional". O sea, que se prohíbe acceder a un espectáculo rico en muchos aspectos culturales, históricos, antropologicos o artístico, con la excusa de la muerte de un animal de forma cruel, y por otro lado se permite que niños empuñen un arma de fuego para que puedan acabar con la vida de otro ser vivo. Estos políticos están de psiquiatra. Así nos luce el pelo a todos. Vivir para ver.
Foto: Gran Angular Blog
Desde luego por salir en los medios la mayoría hace lo que haga falta para llamar la atención en lugar de pensar con criterios más concordantes con la realidad y utilizar el sentido común, cada día más perdido y con menos uso por todos aquellos que deberían un usarlo de manera prioritaria, todos los días del año.
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