Siempre han existido las corridas mano a mano. Durante toda la historia de
la tauromaquia cuando ha existido competencia natural y reñida, los rivales
siempre han medido sus fuerzas sin convidados de piedra. Solos los dos, solos frente a frente.
Los anales están llenos de estos tipos de festejos. En ellos el principal
beneficiado siempre ha sido el público. Por esto este tipo de corridas han
tenido gran predicamento, aunque en estos tiempos, como la fiesta en si, andan
a la baja.
Ahora alguna sesera ilustre se le ha ocurrido montar corridas manos a manos
entre ganaderías de las mal llamadas toristas.
Ya se ven en los carteles rivalidades entre hierros de postín como Miura,
Victorino Martín o Cuadri. En resumidas cuentas son rivalidades artificiosas e
infundadas, pues estas ganaderías, y más en estos tiempos de homogeneización, tienen
personalidad suficiente para no entrar en competencia unas con otras y dar
lustre por si solas a un festejo, sin necesidad de duelos provocados de forma
forzada.
La rivalidad sería realmente ver a estas ganaderías, repito mal llamadas toristas, señeras, históricas y en vías
de extinción, medirse a las más usuales y favoritas de los coletas de hoy. Las mal llamadas comerciales. Ver
en noble riña un jabonero de Prieto de la Cal, con otro de igual capa de Nuñez del Cuvillo;
o un colorado de Miura con otro del mismo pelo proveniente del fecundo tronco
“parladé”, tendría mucho más aliciente para el espectador que los que se están
programando por los avispados empresarios de estos tiempos de horas bajas.
Lo malo que tiene esta propuesta serían los alternantes. Está claro que los espadas que son testigos en
estos manos a manos forzados y de poco fundamento entre las ganaderías "duras", no serian bien vistos por
las primeras figuras, aquellos que matan otros hierros más “comerciales”, impidiendo a los primeros su inclusión en carteles por ellos copados. Lo peor es que los que manejan y ocupan los sitios en los carteles de postín, no se asomarían ni por
equivocación en un cartel donde apareciese un hierro de los primeros. La fiesta
de hoy no permite la mezcla de “churras con merinas” y mientras esto este así, el espectador pierde alicientes de acudir a sentarse en los tendidos de una plaza de toros.
¡Qué razón tienes Salvador!
ResponderEliminar¿Qué gusto da leerte!
Alvaro. Talavera de la Reina
Gracias Alvaro. A algunos os gusta y a otros les molesta.
ResponderEliminarSaludos