Con el verano llegan las fiestas tradicionales a nuestros pueblos. Por todo
el territorio nacional se celebran ferias y fiestas que en muchos, muchísimos, lugares
llevan aparejada la celebración de espectáculos taurinos. Desde capitales de
provincia hasta en la más pequeña aldea, el toro se hace presente en los
lugares donde la tradición lo ha hecho emblema y eje de una fiesta grande, hoy
desgraciadamente perseguida, calumniada y maltratada de forma injusta.
Ahora más que nunca se ceban en criticar una celebración milenaria en la
cultura mediterránea como es el juego con el toro. Los medios de comunicación
dan voz a unos pocos y ruidosos personajes, así como a algunas instituciones muy
bien orquestadas, que claman por la destrucción de parte del acerbo cultural
del país. Mientras tanto los taurinos callan, y ya saben, el que calla otorga.
Los aficionados respetan a los abolicionistas y tragan con la campaña injusta
de difamación en contra de algo que consideran como propio y profundamente
enraizado en lo más profundo de nuestro ser.
Pero la sufrida afición, consumidor final del espectáculo taurino, no solo
calla con los antis. También lo está haciendo con las tropelías que se hacen
desde dentro del mundo taurino. Ya no solo es con la adulteración del
espectáculo en si, si no la gran cantidad de irregularidades que se vienen
cometiendo temporada tras temporada sin que nadie, hasta ahora, haya alzado la
voz.
El toro que salta hoy a nuestros ruedos, salvo contadas excepciones, ha
perdido aquello que lo hacía único, la casta y la bravura. Culpable de ello son
algunos criadores que se someten a los dictados de toreros y empresarios
contrayendo los suyos propios y dañando seriamente al espectáculo.
También hay toreros acomodados que parten con la temporada hecha en febrero
y que pase lo que pase sumaran fechas y fechas aunque no se lo ganen donde
antaño se adquiría la vitola de mandón y figura de la tauromaquia.
Culpables de lo anterior son aquellos empresarios, que a la vez son apoderados
de toreros y ganaderos, algunos incluso recriadores de toros, que compran
camadas enteras de erales para tras dos años de recebo en sus explotaciones, surten a sus
poderdantes en plazas de su dominio e influjo.
Señalar también a todos aquellos profesionales, sin dignidad alguna, que no respetan lo estipulado en los convenios
y rebajan sus honorarios al objeto de no se sabe que, privando de sus derechos
elementales a muchos compañeros con más capacidad profesional.
También a todos aquellos informadores que prostituyen su profesión y que
son manejados por los poderosos, defendiendo sus intereses antes que dar una
información veraz, imparcial y real de
lo que está ocurriendo temporada tras temporada.
Por último a aquellos políticos que maltratan a la fiesta. Ya por ser
contrarios y enemigos declarados de élla, o bien, a los que dan en
arrendamiento plazas de titularidad pública a personajes siniestros que solo
buscan sus propios intereses y no los de la fiesta en sí.
Ha llegado la hora de decir basta. De poner punto y final. De desenmascarar
a todos estos truhanes que están, si no lo han conseguido ya, cercenando poco a poco
toda la grandeza de una fiesta única, sin igual, personal y con alma propia
como es la fiesta de los toros. Con mirar hacia otro lado no basta. Si no nos
defendemos, nadie vendrá a sacarnos las castañas del fuego.
La foto es fiel reflejo de como está todo. A nadie de los de dentro se le ocurrió borrar la pintada de los de fuera. Al final los espectadores tuvieron que tragar todo el espectáculo con tan "humanizador" rotulo. (Priego de Córdoba, 2009)
Lamentablemente todo lo expresado en el artículo es la verdad de lo que está ocurriendo desde hace demasiado tiempo.
ResponderEliminarEste estado de cosas ,en las que los principales protagonistas han manchado y prostituído al toro, los teóricos veladores de su integridad y promoción,sean autoridad o informadores, cierran los ojos ante todo tipo de tropelías y la evolución de la sociedad y del modo den vida hace que al aficionado le sustituya el espectador,ha conducido a que la Fiesta lleve muerta mucho tiempo.
Y para más dolor,su entierro está siendo vergonzoso.