El nuevo portal taurino
cultoro.com publica en el día de hoy, firmado por C. Martín, un curioso
artículo sobre las encerronas que se han llevado a cabo con toros de Victorino
Martín. De forma pormenorizada el autor va reflejando una a una las corridas que
tuvieron como protagonistas a determinados espadas y toros de “albaserrada”.
José Fuentes, El Norteño, Andrés Vázquez, Ruíz Miguel, Niño de la Capea,
Roberto Domínguez, Juan Mora, Enrique Ponce, El Tato, Manuel Caballero,
Fernández Meca, El Cid y Antonio Barrera son nombrados como predecesores de la
gesta anunciada para el próximo San Isidro por Alejandro Talavante. Hasta aquí
todo correcto, pero si se lee el artículo algo falla. A un torero que hizo el
gesto, no se le reconoce el mismo a pesar de haber obtenido un triunfo
resonante. Me estoy refiriendo al torero cordobés José Luis Moreno, que se
encerró con seis toros de Victorino Martín el día 26 de septiembre de 2009, en
el coso de Los Llanos de Pozoblanco. Que Pozoblanco es una plaza menor, puede
ser, pero no hay que olvidar que en la misma aconteció uno de los últimos
hechos dramáticos de la tauromaquia. Que
Pozoblanco está fuera del circuito de las grandes ferias, también, pero acaso
no lo están también otras plazas como Aranjuez, Reinosa, Caceres o Badajoz.
José Luis Moreno tiene merecido
su reconocimiento por ese gesto que hizo y que en esta ocasión ha sido omitido
por no se que razón. Posiblemente por ser un torero modesto al que pocas veces
se le han cantado sus excelencias. Un torero puro, ortodoxo y de mando que fue
capaz de oscurecer al mismísimo José Tomás en una feria de Córdoba con todo a
favor del torero de Galapagar. Un torero maltratado en los despachos y cuya
carrera se ha visto frecuentemente coartada por las cogidas. Por eso rompo esta
lanza por el torero de Dos Torres, porque él también tuvo el honor y la gloria
de saber lo que es matar seis toros de Victorino, aunque algunos le sigan
negando el pan y la sal.
A continuación les transcribo la
crónica de aquella tarde publicada en este blog:
“”TARDE TRIUNFAL DE
JOSE LUIS MORENO EN SU ENCERRONA CON LOS VICTORINOS EN POZOBLANCO.
GANADERIA: Seis toros de Victorino Martín, bien presentados y de buen juego en líneas generales. Bravito pero reservón el primero; bravo, encastado y de buen recorrido por ambos pitones el segundo; noble pero soso el tercero; encastado y con guasa el cuarto; complicado el quinto y bravo con mucha nobleza y calidad el sexto.
GANADERIA: Seis toros de Victorino Martín, bien presentados y de buen juego en líneas generales. Bravito pero reservón el primero; bravo, encastado y de buen recorrido por ambos pitones el segundo; noble pero soso el tercero; encastado y con guasa el cuarto; complicado el quinto y bravo con mucha nobleza y calidad el sexto.
TORERO: JOSE LUIS MORENO (grana y oro), único espada. Pinchazo y estocada
(oreja), media estocada y dos descabellos (oreja), pinchazo, otro hondo y tres
descabellos (ovación con avisos tras aviso), pinchazo y estocada (dos orejas),
estocada (dos orejas) y media estocada y tres descabellos (ovación con saludos
tras aviso).
INCIDENCIAS: Pozoblanco. Corrida de toros. Segundo festejo de abono de la
Feria de Nuestra Señora de las Mercedes. Casi lleno en tarde nublada. Se guardó
un minuto de silencio al cumplirse el XXV Aniversario de la cogida mortal de
Francisco Rivera “Paquirri”. Destacaron entre las cuadrillas, Rafael Figuerola,
Félix Jesús Rodríguez y Antonio Caba, en la brega; Oscar Reyes y Francisco
Gómez Algaba en banderillas y Julio Burgos picando. Al finalizar el festejo
salieron a hombros de la plaza, José Luis Moreno y el mayoral de la ganadería
de Victorino Martín.
Una gran tarde de toros vivió el público que se dio en el coso de los Llanos de Pozoblanco. Tarde importante de verdad, pero importante, repito. El motivo no fue otro que sobre el albero se escenificó la versión más pura y ortodoxa de la fiesta. Pura porque al ruedo salió un toro variado, tanto de presencia como de juego, pero que tuvo movilidad, raza, casta y un comportamiento poco visto actualmente en los ruedos. Este toro por su conducta no pasa desapercibido a los tendidos. Como ya ha quedado dicho en la ficha, los hubo desde bravos y con clase, pero ojo no tontos, hasta complicados, mirones y tobilleros. Corrida que aunque sin ser perfecta tuvo una variedad y un juego que hizo que todo lo que se creaba en el ruedo tuviese importancia. Bien por Victorino en estos tiempos que corren. Él es uno de los pocos que quedan que crían un toro válido para la fiesta en el sentido más amplio de la palabra. Si otros ganaderos siguieran el ejemplo del de Galapagar, la fiesta de los toros ganaría muchos, pero que muchos, enteros.
Una gran tarde de toros vivió el público que se dio en el coso de los Llanos de Pozoblanco. Tarde importante de verdad, pero importante, repito. El motivo no fue otro que sobre el albero se escenificó la versión más pura y ortodoxa de la fiesta. Pura porque al ruedo salió un toro variado, tanto de presencia como de juego, pero que tuvo movilidad, raza, casta y un comportamiento poco visto actualmente en los ruedos. Este toro por su conducta no pasa desapercibido a los tendidos. Como ya ha quedado dicho en la ficha, los hubo desde bravos y con clase, pero ojo no tontos, hasta complicados, mirones y tobilleros. Corrida que aunque sin ser perfecta tuvo una variedad y un juego que hizo que todo lo que se creaba en el ruedo tuviese importancia. Bien por Victorino en estos tiempos que corren. Él es uno de los pocos que quedan que crían un toro válido para la fiesta en el sentido más amplio de la palabra. Si otros ganaderos siguieran el ejemplo del de Galapagar, la fiesta de los toros ganaría muchos, pero que muchos, enteros.
El toro de verdad, pide ser lidiado por un torero de verdad. Ayer los
criados por Victorino Martín, se encontraron con un torero que volvió de
demostrar que es capaz de poner en práctica un toreo puro, dominador, mandón y
artístico. Un toreo sobrio y sin concesiones gratuitas a la galería que puso a
todo el mundo de acuerdo. Al aficionado más cabal, al espectador ocasional, al público de la
feria, a los ancianos, a las mujeres que gritan ‘guapo’ en vez de olé a los
mediáticos, a los niños, a todo el mundo. ¿Y ustedes saben el por qué? Porque
en el ruedo el único toreo que pone a todos de acuerdo es el toreo de verdad, y
el toreo de verdad fue el que ha puso en liza, ese pedazo de torero que se
llama José Luis Moreno. Temporada corta pero muy intensa la llevada a cabo por
Moreno este año y que en Pozoblanco ha tenido un punto que se nos antoja vital
en su carrera. Vital por que Moreno ha dado una dimensión de torero maduro,
cuajado y en sazón, que tiene mucho que decir en las plazas de toros, en esta
época de mediocridad y adocenamiento que vivimos.
José Luis Moreno ha estado muy centrado toda la tarde. Al bravo y enclasado lo toreó como podría hacerlo el más artista del escalafón. Al complicado y tobillero lo entendió, le pudo y encima terminó por torearlo con calidad haciendo incluso que el animal al final pudiera parecer mejor de lo que fue. Faenas con calidad las llevadas a cabo en los jugados en segundo y sexto lugar. Trasteos con fundamento, con muletazos precisos, templados y rematados siempre por debajo de la pala del pitón. Estas faenas de no ser por el mal uso de los aceros, hubieran sido posiblemente de máximos trofeos. Importantes las realizadas en los jugados en cuarto y quinto lugar. Estos toros tenían raza y para colmo no permitían fallos. Un solo error hubiera supuesto de seguro el percance, pero Moreno demostró que torear no solo es pegar muletazos. Torear es conocer terrenos, querencias y distancias. Aplicando el conocimiento humano se puede doblegar el más salvaje instinto animal. Eso fue lo que hizo José Luis en estos toros. Tanto que acabo dominando la fiereza y terminó toreando con gusto y mando, hasta hacer que sus oponentes parecieran otra cosa distinta a lo que realmente eran. En los otros dos Moreno demostró igualmente que es capaz de cualquier cosa en la cara de los toros. Lástima que el mal uso de los aceros en alguna ocasión y la raza de los ‘albaserradas’ que con todo el acero dentro tardaron en morir, privaran al torero cordobés obtener mayor número de trofeos. No obstante José Luis Moreno ratificó el momento que atraviesa. El de un torero de verdad, cuajado y que es capaz de practicar el toreo eterno ante toros de verdad.””
José Luis Moreno ha estado muy centrado toda la tarde. Al bravo y enclasado lo toreó como podría hacerlo el más artista del escalafón. Al complicado y tobillero lo entendió, le pudo y encima terminó por torearlo con calidad haciendo incluso que el animal al final pudiera parecer mejor de lo que fue. Faenas con calidad las llevadas a cabo en los jugados en segundo y sexto lugar. Trasteos con fundamento, con muletazos precisos, templados y rematados siempre por debajo de la pala del pitón. Estas faenas de no ser por el mal uso de los aceros, hubieran sido posiblemente de máximos trofeos. Importantes las realizadas en los jugados en cuarto y quinto lugar. Estos toros tenían raza y para colmo no permitían fallos. Un solo error hubiera supuesto de seguro el percance, pero Moreno demostró que torear no solo es pegar muletazos. Torear es conocer terrenos, querencias y distancias. Aplicando el conocimiento humano se puede doblegar el más salvaje instinto animal. Eso fue lo que hizo José Luis en estos toros. Tanto que acabo dominando la fiereza y terminó toreando con gusto y mando, hasta hacer que sus oponentes parecieran otra cosa distinta a lo que realmente eran. En los otros dos Moreno demostró igualmente que es capaz de cualquier cosa en la cara de los toros. Lástima que el mal uso de los aceros en alguna ocasión y la raza de los ‘albaserradas’ que con todo el acero dentro tardaron en morir, privaran al torero cordobés obtener mayor número de trofeos. No obstante José Luis Moreno ratificó el momento que atraviesa. El de un torero de verdad, cuajado y que es capaz de practicar el toreo eterno ante toros de verdad.””
FOTO: José Luis Moreno torea al natural un "victorino" el 26 de Septiembre de 2009 en Pozoblanco.
Decir que el portal taurino cultoro.com subsanó el error y en el artículo en cuestión ya ha sido incluida la encerrona de José Luis Moreno en Pozoblanco. Rectificar es de sabios y cultoro ha estado a la altura.
ResponderEliminarQué lástima de torero.Moreno es una de mis debilidades como torero pero ,por lo que sea,no ha tenido ni tiene las oportunidades que merece.Lamentablemente como muchos otros que no tienen acceso al coto cerrado del taurinismo reinante.
ResponderEliminarLa última vez que lo ví fué precisamente en Pozoblanco, mano a mano con este muchacho que quiere ser Joselito (El Gallo) redivivo,pero al resultar herido en su primer toro, propició que mi vuelta a casa fuese mucho más temprana,ante la perspectiva de aguantar cinco toros al mencionado figurón.
Me agrada ver reconocida la valía de los que no tienen asiento a la derecha del padre Casas,Canorea,Matilla... o el que sea .Y en este caso especialmente.