La lluvia impidió el éxito de público de años anteriores.
Ganadería: Un toro de Los Espartales (rejones), cinco
novillos-toros y un eral de Zalduendo
para lidia ordinaria. Correctamente presentados y de buen juego en líneas
generales.
TOREROS: Diego Ventura, dos orejas; Enrique
Ponce, oreja; Finito de Córdoba,
oreja; Manuel Díaz 'El Cordobés', oreja; Juan José Padilla, oreja;
David Mora, oreja; Lagartijo, ovación.
INCIDENCIAS: Plaza de Toros de Córdoba. Festival a beneficio de la Asociación
Española Contra el Cáncer. Dos tercios de entrada en tarde fría. El ruedo
presentaba a pesar de las fuertes lluvias un magnifico estado. Al término del
paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria del matador de toros
cordobés Rafael Soria Molina 'Lagartijo', recientemente fallecido.
Las adversas
condiciones climatológicas de los últimos días parecía que iban a dar al traste
con el inicio de la temporada en el coso de Los Califas. Muchos, muchos litros
por metro cuadrado han caído en las últimas semanas. El punto de partida para
una temporada que se antoja vital para Córdoba tenía toda la pinta que acabaría
siendo pospuesto. Quizás por esto, mucho público optó por quedarse en casa. No
por no querer acudir a los toros, no, sino por pensar que el mal tiempo había
motivado que todo quedase en suspenso. Es más, estuvo lloviendo hasta momentos
antes de iniciarse el festejo, pero, milagrosamente, a la hora de abrir plaza,
la lluvia cesó y permitió que el ya tradicional festival contra el cáncer fuera
un año más el inicio de la temporada taurina en Córdoba y su provincia. Ya digo
que daba la sensación de que muchos espectadores de la provincia se
habían quedado en casa al calor de la mesa camilla, por lo que los tendidos del
coso de Ciudad Jardín no presentaron la entrada habitual de otros años. No
obstante se cubrieron en dos tercios y los que optaron por acudir a la plaza, a
la vez que colaboraron con una noble causa, tuvieron la ocasión de presenciar
un espectáculo dinámico y entretenido, sobre todo por la buena disposición de
los actuantes, que una vez más mostraron su solidaridad con el noble fin de la
lucha contra tan cruel enfermedad.
Ventura toreando a dos pistas |
Abrió plaza el
rejoneador luso de nacimiento, cigarrero de adopción, Diego Ventura. Ventura
es hoy por hoy un pilar del toreo a caballo. Demostró en Córdoba su posición
privilegiada. Fácil, torero, dando sentido a todo lo que hacía, sobre todo con
una cuadra y una monta perfecta. Lució con los rejones de castigo, para torear
posteriormente con brillantez en banderillas, templando la embestida del de Los Espartales galopando de costado a
dos pistas. Clásico y espectacular a la vez, Diego Ventura, tras despenar a su oponente de un certero rejón de
muerte, paseó triunfal el doble trofeo a lomos de su caballo albino Remate.
Ponce volvió a mostrar su toreo facil |
Ya en lidia
ordinaria, Enrique Ponce se encontró
con un enemigo noblón que le
permitió, cuando el aire lo dejó, cuajar un trasteo con todas las virtudes del
matador de toros valenciano. Faena de menos a más, tónica habitual en Ponce, pero que tuvo pasajes de relieve
debido sobre todo al sentido del toreo del de Chiva. Pudo pecar la faena de extensión, pero es cierto que es en
las postrimerías de los trasteos cuando se puede ver a un torero en plena
madurez y magisterio.
Finito iniciando por bajo el trasteo |
Finito de Córdoba estuvo con mucha
predisposición y ganas. Recibió a su novillo con unos lances a pies juntos que
tuvieron personalidad y enjundia. Capotazos templados, mitad parones, mitad
delantales, cadenciosos y de mucha plasticidad. Luego, en la muleta, ante un
animal al que picó muy poco, realizó una faena que tuvo como mayor virtud la
buena disposición del espada. Las lagunas y tiempos muertos, producidos por el
viento, impidieron que la labor del torero del Arrecife alcanzara vuelos más
altos.
El Cordobés al natural |
Manolo Díaz tiene una personal comunión
con Córdoba. Este Cordobés de
nuestra época conecta con una facilidad pasmosa con el tendido. El público se
le entrega al más mínimo gesto. Por ello El
Cordobés hizo las delicias del respetable, al que tiene conquistado al
máximo. Luego esta su honradez profesional. Manolo Díaz siempre hace lo que sabe a la más menor concesión que
tenga por parte de los toros que le tocan en suerte. Fácil con capote y muleta,
su imán con los tendidos hace lo demás.
Padilla en un derechazo |
Vestido de calle se
presentó Juan José Padilla. Valeroso
y cabal en sus formas. Variado con el capote y atlético con las banderillas,
para luego mostrar la tónica de la temporada pasada. Es decir, que a mínimo que
se lo permitan los toros, hacer un toreo capaz de contentar a puristas y
heterodoxos.
David Mora gustó mucho en Córdoba |
Gustó David Mora en su presentación en
Córdoba. Recibió a su oponente con unos lances rodillas en tierra que fueron
jaleados. Pero donde luce Mora es
con la muleta. El madrileño es poseedor de un valor seco, sin alharacas. Pisa
un terreno comprometido y como tiene el toreo metido en la cabeza conecta fácil
con el público. Fea la voltereta sufrida, todo por no inmutarse. Se levantó sin
mirarse y volvió a la cara del toro de forma serena para continuar su labor que
culminó de una estocada certera que le permitió cortar, al igual que sus
compañeros, una merecida oreja. Gana crédito de cara a la feria.
Lagartijo y su innata personalidad |
El nuevo Lagartijo tiene personalidad, aunque,
por contra, está aún muy verde. El oficio lo ira adquiriendo cuando sume más
actuaciones; las formas las tiene, y muy buenas. Buena concepción tanto en el
toreo fundamental como en el accesorio, pero pésimo, realmente pésimo con los
aceros. La espada le impidió un triunfo con el que seguramente habrá soñado
muchas noches, y que de seguro le hubiera servido para sumar actuaciones de
cara al futuro. Tranquilo Lagartijo, todo llegará con el tiempo. El objetivo
del festival, en todo caso, se había logrado.
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