Ganaderías: Garcigrande (1º y 3º), justos de presentación y de pobre
juego; Juan Pedro Domecq (2º), regular
de presentación y de más a menos; El Pilar (4º), basto y de juego desigual; Núñez
del Cuvillo (5º), justo de presencia y de buen juego para el torero y La
Palmosilla (6º), bien presentado, bravo en el caballo y con transmisión en el
último tercio.
TOREROS: Finito de Córdoba, silencio; Morante
de la Puebla, oreja, El Juli, oreja, José María Manzanares, oreja, Alejandro
Talavante, dos orejas y Julio Benítez ‘El
Cordobés, palmas
INCIDENCIAS: Plaza de toros de Los
Califas. Corrida de toros con motivo del 50 aniversario de la inauguración de
la plaza. Más de tres cuartos en tarde calurosa. Los actuantes en el festejo
inaugural, José María Montilla, Manuel Benítez ‘El Cordobés’ y Gabriel de la
Haza ‘Zurito’, precedieron a los actuantes de hoy en el paseillo. Al terminar
el festejo Alejandro Talavante abandonó el coso a hombros por la Puerta de los
Califas.
Cincuenta años
ya. Medio siglo desde que abriera sus puertas una plaza renovada y que supuso
que Córdoba tuviese una nueva plaza acorde a su historia y a los tiempos. El
viejo –hoy añorado– coso de Los Tejares fue reemplazado por el monumental coso
de Los Califas, que ayer celebró sus primeros cincuenta años de vida.
Se
quisieron rememorar muchas cosas de aquella fecha. La más importante es que el
festejo, al igual que el inaugural, ha tenido el mismo carácter solidario y el
mismo fin, a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer. También, al
igual que hace medio siglo hubo prólogo con bellos coches de caballos. También
la cruz de Santiago, emblema de la AECC, estaba presente en el dorado albero
califal.
A las seis y media de la tarde las cuadrillas, precedidas de la terna
inaugural, partieron plaza y desde el palco presidencial el albo pañuelo dio
orden para que saltase a la arena Ingertador,
del hierro de Fuente Ymbro y castaño de capa. Finito lo trata de recibir a pies
juntos. El toro claudica al tercer lance evidenciando poca fuerza. El Fino
trata de llevarlo al caballo. El toro vuelve a caer. Se levanta lastimado de la
pata trasera izquierda. El pañuelo verde ordena su retirada, teniendo que ser
apuntillado por la incapacidad de la parada de cabestros.
Salta a la arena el
sobrero, Calafate, que llegó desde el
campo charro y lleva el pial de Garcigrande. Lo recibe Finito con lances
airosos a la verónica. El toro evidencia poca fuerza, mal que se agrava tras
dar el animal una voltereta. El tercio de varas es un mero trámite. Los
miembros de la cuadrilla no lucen en banderillas. Finito, de grana y oro, toma
la muleta e inicia el trasteo por bajo. Plantea una primera tanda por la
diestra con poco ajuste. No remonta el vuelo tampoco con la izquierda.
Irregular en el toreo fundamental. Algún muletazo sublime y poco más. Todo
quedó difuso. Mal uso de los aceros, sonando incluso un aviso, dos pinchazos, media estocada trasera y
dos golpes de cruceta. El torero cordobés quedó inédito en la tarde de su
regreso al Coso de su tierra tras su ausencia en la pasada campaña. Silencio.
Morante de la Puebla recibió al segundo, Embajador,
con unos bellos lances a pies juntos rematados con una media primorosa en los
mismos medios. Lleva al toro al caballo gallardamente galleando por
chicuelinas. El de Domecq cumple con el caballo el trámite marcado por el reglamento. Lili y Sánchez Araujo se gustan
con los rehiletes. Brinda al público el cigarrero que vestía un original terno
corinto y oro. Predisposición ante todo. Bello inici o de faena. El toreo se
arrebata con la mano derecha. Suena el pasodoble. Logra otra tanda donde la
naturalidad, la elegancia y el sentido de la estética son eje del toreo. El
toro se apaga ante la torería de Morante. Es el principal pecado del toro
moderno. Su falta de casta. Pinceladas finales. Cobra una estocada que basta y
que a la postre es suficiente para que una oreja acabase en el esportón.
Beato lleva por nombre el tercero.
Herrado con la marca de Garcigrande. El Juli lo recibe despacioso con el
percal. El toro se arranca alegre a la cabalgadura en las dos varas que tomo.
El de Velilla de San Antonio, vestido de azul marino y oro, brinda al
respetable. Comienza con unos ceñidos pases de costadillo que son aplaudidos
por el tendido. Muletazos con la mano derecha, de trazo largo y con mando,
fueron el inicio del llamado toreo fundamental. El Juli es un torero poderoso,
tan poderoso que le sirven muchos toros. Lástima que lo ponga en valor con el
medio toro de hoy, con el toro cómodo y ayuno de casta, que tiende siempre a
irse apagando a medida que transcurre la lidia. No obstante El Juli siempre
satisface al tendido. En su debe, el poco ajuste y las muchas ventajas. Terminó
con unas manoletinas que calentaron a un público que, tras media estocada muy
trasera, le premió con una oreja.
Cierto aire de tristeza pesa sobre José María
Manzanares. El de Alicante no pasa por buen momento. La perdida repentina de su
padre y espejo, pesa en su ánimo. Recibió a Alamvito,
de la ganadería de El Pilar, con lances que no tuvieron peso alguno. El animal
tomó una primera vara al relance y se arrancó alegre en la segunda. La
cuadrilla, tan solvente y eficaz otras tardes, naufragó en el segundo tercio.
Manzanares vestido de luto riguroso comenzó su trasteo con la derecha en una
tanda bella, pero poco ceñida. No logra nada al intentar el toreo al natural.
Vuelve a la mano derecha y consigue una tanda de mucha estética y plasticidad
que es aplaudida. Continua en la misma tónica tras volver intentarlo al natural
y volver a la mano diestra. Mucha belleza, pero poco toreo fundamental. Eficaz
con la espada. Oreja a la voluntad.
Alejandro Talavante es un torero de
improvisación. Recibió a Currante, de
Núñez del Cuvillo, a la verónica siendo ovacionado. El toro empuja en la
primera vara e incluso derriba a la cabalgadura. Quite aplaudido por gaoneras.
Eficaz Lujan con los palos. Talavante, de tábaco rubio y oro, brinda al
público. Pase cambiado con la izquierda. La faena resultó anárquica, pero
arrebatada, templada y bella. El toro fue un gran colaborador para el torero.
Un torero especial que ayer cuajó lo más compacto del festejo. El toreo
fundamental era combinado con afarolados, arrucinas, trincherillaas y demás
adornos. Certero con la espada. Dos orejas y la puerta Califal abierta de par
en par para el torero extremeño.
Pedante,
de La Palmosilla, cerraba el festejo. El Cordobés hijo lo recibió con una larga
cambiada de rodillas. Buen tercio de varas. Otro Cordobés, cincuenta años después
y vestido de rosa y oro, inició el trasteo de hinojos en un principio con mucha
emoción. Julio acusó la falta de actuaciones y no dio con distancias ni
terrenos para exprimir a un toro que tenía
mucho más de lo que mostró. Voluntad y predisposición fueron sus principales
virtudes, que el público le reconoció con una ovación.
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