Tras
más de ocho meses desde la constitución del gobierno municipal (tanto el
bipartito oficial como el tripartito oficioso), compruebo aliviado que, por
fin, un grupo minoritario con representación en nuestro Ayuntamiento ha detectado
cuáles son las reales necesidades de nuestra ciudad, proponiendo audaces
medidas que, a buen seguro, redundarán de forma inmediata en una mejoría de
nuestras condiciones de vida.
Viene
mi inicial comentario al hilo de la propuesta que se debate en el día de hoy en
el pleno del Ayuntamiento, y que bajo la pomposa rúbrica “defensa del bienestar y protección animal y prohibición de espectáculos
con animales y declaración de Córdoba ciudad libre de circos con animales”
(sic), pretende amparar una manifiesta ilegalidad, tanto por cuestiones de
fondo como de forma, al intentar veladamente proscribir la tauromaquia en muchas
de sus manifestaciones artísticas, mediante falaces argumentos en contra del
maltrato animal voceados a través de redes sociales. Partiendo de la obviedad
de que nadie - y menos un aficionado a
los toros - defiende ningún tipo de maltrato, se hace necesario recordar
que la Administración Local carece de competencias en esta materia, no
resultando ajustado a Derecho arrogarse una potestad normativa y sancionadora
que excede de su ámbito de actuación, pues el principio de jerarquía normativa,
entre otros, dota de primacía a leyes superiores ( la Constitución Española, la
Ley 18/2013; el Decreto 1151/2011; Decreto 68/2006; etc.) que avalan la consideración de la tauromaquia
como un patrimonio histórico y una manifestación cultural digna de protección.
La contrastada bisoñez de algunos concejales
me obliga a recordarles que en el año 2010, el mismo
Ayuntamiento que ahora gobiernan aprobó por unanimidad una moción mostrando su
«más firme reconocimiento a la
tauromaquia, que tanto significa para nuestra cultura, nuestra historia,
nuestra economía y nuestro empleo», y que supuso el primer paso para que en el Pleno
celebrado el 13 de diciembre de 2011, por iniciativa del Círculo Taurino de
Córdoba, se reconociera oficialmente a la tauromaquia como
Patrimonio Cultural Inmaterial de la ciudad de Córdoba.
No
caiga Sra. Alcaldesa en la trampa que le tienden, y recuerde sus acertadas
palabras con motivo de la visita que realizó a la plaza de toros de Priego de
Córdoba siendo Delegada del Gobierno: “ los
toros son una actividad enraizada en nuestra cultura con una gran importancia
económica para Andalucía”. Concluyo, con animus iocandi, dirigiéndome a todos los miembros ( yo no sé
decir miembra) del equipo de gobierno, invitándoles a que desistan de una
iniciativa como la planteada, so pena de que una vez aprobada, algún ciudadano,
al recordar a Córdoba como ciudad libre de circos con animales, exija la disolución de la Corporación Municipal o
el exilio de alguno de sus integrantes.
Francisco Gordón
Suárez
Presidente del
Círculo Taurino de Córdoba
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