La presencia de José Tomás en diversas plazas es uno
de los grandes alicientes de la nueva temporada: se habla en los mentideros de
que Córdoba puede ser uno de los escenarios.
La temporada taurina comienza a desperezarse en
España. No tan lejos queda la campaña americana, donde los espadas españoles se
refugian los meses de invierno. Unos, los privilegiados, para continuar
viéndole la cara al toro y de paso arañar unos dólares. Otros, los más, para
reivindicar un sitio que aquí en España no se les da por la cerrazón y los
caprichos del sistema que rige la fiesta. No obstante hay que dejar claro que
América dejó de ser Eldorado. La fiesta, al igual que aquí, sufre numerosos
ataques. Tanto desde el exterior, sobre todo por movimientos animalistas, como
desde el interior donde se manipula al antojo de unos pocos, pensando poco en
el toro y mucho menos aún en los espectadores, que han huido de las plazas.
La temporada grande mexicana ha sido un fiel espejo de lo que se cuece al otro lado del océano. Tendidos vacíos, pobres entradas, animales vacíos por dentro y de muy pobre presentación, lo que ha dado lugar a muy pobres resultados en lo artístico. De los espadas locales solo Adame ha mantenido el pulso a los españoles, que han andado por allí con una facilidad pasmosa ante un toro que no tiene nada que ver, ni en volumen ni en raza, que ya es decir, con el que se miden en España de forma habitual.
La única nota a resaltar en América fue la reaparición en tierras mexicanas del que muchos consideran primera figura actual y autentico revolucionario del toreo, el matador José Tomás. Al solo conjuro de su nombre, la maquinaria mediática comenzó a funcionar. La plaza monumental capitalina colocó el cartel de no hay billetes en la única actuación de José Tomás en el continente americano. Los tendidos, a rebosar, del coso metropolitano de Insurgentes contrastaban con los vacíos de las demás tardes. El matador español llenó una plaza que es muy difícil de llenar al solo conjuro de su nombre.
Luego, en el ruedo, lo de siempre. Emoción y entrega que fueron jaleadas por unos tendidos entregados al mesías esperado, aunque el resultado final no fuera el deseado por todos, pues Tomás solo pudo cortar una oreja en una tarde en la que el local Joselito Adame se impuso con su toreo bullido y variado, muy de la escuela mexicana. Pero lo importante ya estaba realizado, que no era otra cosa que volver a ver al coloso de Galapagar pisar las arenas de un coso taurino, tras su voluntario retiro y haber actuado en escasas ocasiones.
Esta semana saltó la noticia. José Tomás hará campaña en España durante 2016. Jerez de la Frontera abrirá una temporada en la que el de Galapagar actuará en un número de festejos superior al de los años precedentes. Según su apoderado, Salvador Boix, que vuelve a la administración de las actuaciones del torero, José Tomás se anunciará en plazas de primera y segunda categoría para reivindicar la fiesta en estos difíciles momentos en los que es marginada y vilipendiada por un movimiento sectario que desconoce totalmente sus valores y su peso en la historia del país.
El anuncio hecho por la maquinaria mediática de José Tomás ha hecho nada más que empezar. Por lo pronto en Córdoba se comenta por los mentideros taurinos que Los Califas podría ser una de esas plazas de las que habla Boix. Sin lugar a dudas sería algo de suma importancia para la ciudad y la fiesta. Es obvio que el coso de Ciudad Jardín se llenaría a rebosar, incluso se venderían muchos más abonos para tener segura la entrada para el evento. ¿Sería eso solución para Córdoba? Respuesta difícil y compleja. Por mucho que Tomás decidiera actuar en Córdoba, todo quedaría cerrado a una fecha concreta. La feria, de seguro, no contaría con más festejos y cuando cerrase sus puertas tras el último, éstas no volverían a abrirse hasta un año más tarde. ¿Interesa esto a Córdoba? ¿Serviría como punto de inflexión para que Córdoba y los cordobeses vuelvan a Los Califas?
Por lo pronto tenemos el cartel del festival benéfico de la AECC. Una autentica piedra de toque. Hay que reventar los tendidos y llenar la plaza. Ahora no valen excusas. Tras la moción municipal de no subvencionar este tipo de festejos, Córdoba tiene que demostrar que es solidaria con los necesitados y demostrar que el toreo no es algo arcaico ni obsoleto. Hay que acudir a la plaza para decir que Córdoba, los cordobeses y la afición, reconoce en la tauromaquia valores profundamente ligados a la ciudad. Hay que apostar de verdad: hacerlo la posible tarde en que José Tomás actúe en Córdoba es hacerlo a caballo ganador, y eso es de oportunistas.
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