Esta
semana fueron presentados los carteles de la primera feria de San Isidro de la
era Casas. Con la plaza de Las Ventas como marco, y en un acto con formato de
gran gala, en que no faltó el glamour, se fueron desgranando y desvelando, una
a una, las combinaciones del ciclo isidril. Una feria de San Isidro con pocas
sorpresas. El toreo vive un momento en el que priman muchos factores externos y
de despachos, que hacen que lo atractivo y novedoso escasee más de los que
debiera. El locuaz y lenguaraz empresario francés no ha sabido, no ha podido, o
no le han dejado, conformar una feria en la primera plaza del mundo acorde a lo
que prometía los días siguientes a que la plaza de Las Ventas le fuese
adjudicada a la empresa de la que es cabeza visible.
Analizar el cartel de San Isidro sería caer, una vez más, en lo de
siempre. Ya resulta repetitivo y cansino hablar del monopolio, o trust
empresariales y sistema que manejan a su antojo, y para mayor beneficio propio,
los bastidores de un mundo como es el toreo, cada vez más complejo y más
viciado. Poca entrada de aire fresco ha supuesto, por el momento, la estelar
llegada de Simón Casas como empresario del coso venteño. No obstante y a pesar
de todo, el galo es alguien que tiene imaginación y si fuese capaz de
organizar, al menos, algo de lo que propone podría suponer un punto de
inflexión en el futuro de la fiesta.
Estos carteles isidriles vienen a ratificar el pobre momento que
vive la Córdoba taurina. La ciudad de los Califas, a pesar de su historia en el
toreo, atraviesa un momento triste. La representación cordobesa en San Isidro
es nula. Sin toreros de primera línea, aún reconociendo la categoría de un
Finito de Córdoba que sí hubiera tenido cabida, posiblemente si se hubiese
plegado a los intereses de los de siempre, y con el recuerdo del juego de los
pupilos de Saltillo el pasado año, hay que tirar de imaginación para encontrar
alguna relación de Córdoba en la primera plaza del mundo este San Isidro.
Eso sí, teniendo en cuenta que parte de la vacada de La Quinta
pasta en la provincia, concretamente en la finca Fuen la Higuera, término de
Palma del Río, así como que el propietario de Fuente Ymbro es cordobés, o bien
que el rejoneador Leonardo Hernández tiene raíces cordobeses se puede pensar,
con optimismo, eso sí, que Córdoba está representada el próximo mes de mayo en
la capital del país; es esas fechas, capital del toreo.
La vacada de La Quinta comparecerá en el ruedo venteño el día once
de mayo, precisamente en la primera corrida del ciclo. Los cárdenos
santacolomas cordobeses que cría Martínez Conradi supondrán el debut en corrida
de toros de la vacada en la capital y serán lidiados y estoqueados por Alberto
Aguilar, Javier Jiménez y el gaditano David Galván. Cartel interesante. El día
17 de mayo se jugarán seis toros de Fuente Ymbro, propiedad de Ricardo
Gallardo, por una terna formada por el incombustible Fandi, Miguel Ángel Perera
y un esperado José Garrido. Y uno de los que cruzaron el umbral de la ansiada
puerta grande de Las Ventas la pasada temporada, Leonardo Hernández, tiene
cerradas dos actuaciones. Una el 20 de mayo alternando con Andy Cartagena y
Diego Ventura, quienes se enfrentarán a un encierro de Los Espartales. Su
segunda, y última comparecencia, tendrá lugar el 28 de mayo en un interesante
mano a mano con el luso-sevillano Diego Ventura.
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