Joselito fue la gran estrella
de la feria de 1917, en la que le ganó su particular duelo a Juan Belmonte en
tierras cordobesas.
Manolete padre, algo abúlico,
cortó una oreja.
Se continúan celebrando actos conmemorativos en recuerdo al
cumplirse el centenario del nacimiento de Manolete. Coloquios, conferencias,
exposiciones, publicaciones extraordinarias y una feria taurina, demasiado
exigua y ramplona, se encargan de hacer que la figura de Manuel Rodríguez
vuelva a engrandecerse en su Córdoba natal. Tal vez no hagan falta tantos
fastos: la figura de Manolete es demasiado grande, y tiene tanto peso en la
ciudad,que hace que sea inolvidable, inmortal e imperecedera.
Cien años se conmemoran de su nacimiento. El 4 de julio, en
el caserón de la calle Torrescabrera nacía un niño, que hoy es todo un mito. En
hombre que supuso un antes y un después en el toreo. Un torero que terminó por
cimentar lo iniciado por quienes lo precedieron, y que, como afirma hoy el
escritor Domingo Delgado de la Cámara, es el arquitecto del toreo moderno.
El año de su nacimiento para la feria de la Salud se
programaron cuatro festejos. Tres corridas de toros y una novillada con
picadores. El toreo estaba en auge con la rivalidad entre Joselito y Belmonte.
Los dos colosos estaban acartelados en las tres corridas. En la primera, y con
toros de Contreras, mano a mano. Su segunda comparecencia con toros de Miura y
acompañados por Saleri II. Y su tercera y última actuación, ante toros de Pérez
de la Concha, con Manolete, padre, y Saleri II, quien repetía actuación. La
feria se completó con una novillada con picadores en la que actuaron Enrique
Rodríguez Manolete II,
Manuel Soler Vaquerito y José Flores Camará, años más tarde
apoderado del Monstruo de Córdoba. Los novillos pertenecieron a la ganadero
cordobés Florentino Sotomayor, con reses de Miura y Parladé.
La feria fue para el menor de los Gallo. Joselito se impuso
tarde tras tarde a su rival, quien no tuvo en Córdoba actuaciones destacables a
pesar del favor del público y del crítico de El
Defensor de Córdoba. El coso de los Tejares registró buenas entradas,
mejores en los tendidos de sol que en los de sombra, según informaba la prensa
local de la época. La misma que tachó al ganado lidiado de chico y de pobre
presentación, nada nuevo bajo el sol, destacando algún toro suelto de Miura y
el encierro variopinto de capas, entonces de casta Vazqueña, de Pérez de la
Concha.
Detalles curiosos de aquella feria fueron que por vez
primera se pintara una línea en la arena para marcar los terrenos en el tercio
de varas. También que un toro de la primera corrida, de la vacada de Contreras,
fuera devuelto por chico, y lidiado, días después, fuera de programa en la
novillada. De tal cometido se encargó Enrique Bejarano Sánchez, que tampoco le
dio muerte, ya que sufrió un desvanecimiento cuando se disponía a descabellarlo
con el ruedo plagado de público, teniendo el toro que ser devuelto al corral
ante un escándalo mayúsculo. En la corrida de Pérez de la Concha fue devuelto
por chico, la historia no ha cambiado, el segundo del lote de Joselito. Ante la
posibilidad de reintegrarlo a chiqueros, el matador se comprometió a darle
lidia para después matar el sobrero consiguiendo con el devuelto una faena tan
meritoria que el público de olvidó del tamaño del animal, premiándola con las
dos orejas del mismo.
Manuel Rodríguez "Manolete" (padre) |
Aunque Joselito fue el gran triunfador de la feria, destacó
también la actuación de Manolete, padre. Andaría doña Angustias en la etapa
final de su embarazo, cuando su segundo marido, había enviudado de
Lagartijo-chico, partía plaza, vestido de azul y oro, en Los Tejares. La prensa
local de la época, Diario de
Córdoba y El Defensor de Córdoba, a
través de sus críticos, De Lis y Poli, gallista radical el primero y belmontista hasta la médula el segundo, nos cuenta
que Manolete estuvo a la altura de una figura del toreo. Dos faenas solventes y
de buen gusto para el público. Manolete recibió una oreja en su primero . Poli
en El Defensor de Córdoba escribió de él: "De los
espadas, respecto a Manolete, el mismo de siempre buen torero pero no quiere
ocupar el lugar que le corresponde entre tanto 'maleta'". La desidia y la
abulia eran características de Manolete, padre, causa de que no pasase a la
historia como una figura del toreo, lugar que si ocupó quien nació un mes
después, elevando el apodo heredado a la cúspide de la historia .
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si tu comentario es antitaurino estás perdiendo el tiempo: vete a un blog antitaurino e intenta ponerlo allí, porque aquí será rechazado. Si tu intención es insultar o faltar al respeto a alguien, también estás perdiendo el tiempo. Por fin, si no puedes identificarte de alguna forma tampoco podrás escribir aquí. Gracias por tu comprensión.