El novillero extremeño, bullidor, logra un solitario trofeo en una tarde anodina.
Los jóvenes diestros mostraron ilusión pero les faltó la garra propia del torero que empieza.
Comenzó la feria del año del
centenario de Manolete. Una feria corta y que abrió página con una novillada
sin picadores. Se volvió al infame horario de hace unos años, lo que hace que
los festejos de la sensación que se alarguen en el tiempo, así de que concluyan
con la luz artificial como máxima protagonista. No hay que buscar culpables
concretos al resultado final de la novillada. El toreo está como está, y los
que se inician en la profesión de torero se miran demasiado en las figuras de
nuestra época. Y ya se sabe: bienaventurados los que me copian porque de ellos
serán todos mis defectos. Los que empiezan acusan demasiado los pecados del
toreo de hoy. Un toreo que, salvo alguna excepciones, difícilmente prende en el
ánimo de los espectadores.
Abrió plaza el cordobés José
Antonio Alcalde El Rubio, de nazareno
y oro. Un torero ya veterano en estas lides que volvía a repetir actuación ante
sus paisanos. Quedó inédito con el capote tras un inoportuno desarme. Brindó al
público su faena de muleta. La inició al natural resultando estos primeros
pasajes, algo embarullados y acelerados. Mejor con la diestra, donde tuvo la
virtud de la ligazón y el pecado de colocarse demasiado al hilo del pitón.
Fatal con los aceros. Estas oportunidades hay que rematarlas con la espada.
Pesado y espeso con el descabello, hasta trece golpes de verduguillo, hicieron
que algún trofeo no viajase hasta su esportón.
Carlos Jordán, de marino y oro,
recibió a su oponente con una larga cambiada de rodillas en el tercio. Quitó
Rocío Romero por tafalleras. Jordán brindó a Julio Benítez. Correcta la
actuación con la franela del toreo de Villanueva de Córdoba. Destacó sobre todo
una tanda con la derecha que tuvo buen trazo y ligazón. Lo intentó al natural
logrando algún muletazo suelto con buen sentido estético. Tal vez le faltó
arrebatarse para conectar con el tendido. Mató de una estocada y se le pidió
una oreja que la presidencia no concedió.
Valeroso recibo de capote dedicó
Rocío Romero, de grosella y oro, al novillo que le toco en suerte. Los lances
no tuvieron continuidad, pero alguno resulto largo y templado. Posiblemente de
lo mejor que se vio con el capote en tarde tan anodina. Brindó al matador de
toros José Luis Moreno. El trasteo de Rocío tuvo pasajes notables junto a otros
más grises, pero, aún así, la torero cordobesa mostró su evolución. Gustó sobre
todo su toreo relajado y desmayado con la diestra. Tras un pinchazo, cobró una
estocada corta baja que hizo que su enemigo doblara. El público le pidió una
oreja que la presidencia no otorgó debido a la colocación del estoque.
Alejandro Adame, de blanco y
plata, quiere parecerse a sus hermanos (Joselito y Luis David). El mexicano
mostró oficio, pero se perdió en una labor larga y tediosa, tanto que le sonó
un aviso antes de entrar a matar. Inédito con la capa quiso hacer una faena en
la que tomo demasiadas ventajas. Algún natural suelto y poco más. Mucha cáscara
y poco fruto.
Diego San Román, de grana y oro,
evidenció falta de oficio. Esta muy nuevo. Desperdició la oportunidad de torear
en una plaza de primera. Lo intentó todo y poco, o nada, le salió. Eso sí,
tiene una virtud que puede explotar, que no es otra que un innato sentido del
temple, pero aún le queda aprender mucho más.
El triunfador del festejo fue
Carlos Domínguez, de ciruela y oro, que saludó con el capote a su novillo con
dos faroles de rodillas para continuar con valerosos lances a pies juntos. La
faena resultó variada y desigual, pero enfibrada y mostrando las ganas que
siempre debe de mostrar un novillero que empieza. Tanto así, que el respetable
le pidió mayoritariamente un trofeo, después de un infame metisaca en los
bajos, que la presidencia concedió de forma benévola y excesiva para la categoría
de una plaza de primera.
PLAZA DE TOROS DE LOS CALIFAS DE CORDOBA
GANADERIA: Seis erales de Zalduendo.
De muy diferente presencia entre sí y de juego desigual.
NOVILLEROS: José Antonio
Alcalde 'EL RUBIO', ovación con saludos tras aviso. CARLOS JORDÁN, vuelta al ruedo tras petición. ROCIO ROMERO, vuelta al ruedo tras petición. ALEJANDRO ADAME, ovación con saludos tras aviso. DIEGO SAN ROMAN, ovación con saludos. CARLOS DOMINGUEZ, oreja. INCIDENCIAS. Primer festejo de abono de
la feria de Nuestra Señora de la Salud. Novillada sin picadores. Menos de un
cuarto de entrada en tarde calurosa.
El Día de Córdoba (26/05/2017)
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