OREJAS DE MUY DISTINTO PESO PARA SALVADOR CORTES Y EL FANDI.
Ganadería. Seis toros de Juan Pedro Domecq, correctos de presentación y de buen juego en líneas generales, aunque a todos les faltó un punto de raza. Sobresalieron 3°y 5°.
Toreros.
RIVERA ORDOÑEZ (verde esperanza y oro). Pinchazo y estocada corta (silencio); y dos pinchazos y descabello (silencio).
El FANDI (corinto y oro). Pinchazo y oro (ovación con saludos tras petición); y estocada trasera (oreja).
SALVADOR CORTES (azul pavo real y oro). Estocada (oreja); y dos pinchazos y seis descabellos (silencio tras aviso).
Incidencias. Sexto festejo de Feria. Menos de media entrada en tarde de agradable temperatura. Antes de la corrida se guardo un minuto de silencio en memoria de José Luis de Córdoba.
La tarde de ayer de seguro que no pasará a los anales del toreo cordobés. El cartel anunciado, en sí, tenia poco fundamento para el aficionado, porlo que en los tendidos se congrego un público muy heterogéneo, muy predispuesto al aplauso facil y, sobre todo, a aclamar cualquier cosa. Con decir que se, jalearon telonazos por alto, pares de banderillas al hilo del pitón y muletazos enganchados con olés, ya es decir bastante. Para colmo de males, se volvió a pedir música a destiempo y cuando la ocasión no era la más propicia para que la banda del popular Cani arrancara a tocar.
Abrió plaza Rivera Ordoñez, cuya inclusión en los carretes de todas las ferias comienza a ser un misterio. Torero vulgar, falto de sitio y que año tras año no suele faltar en casi todas las plazas del territorio nacional. En su primero, toro que nunca le planteó problema alguno, quedó inédito con el capote. Con la muleta, planteó una faena en la que la colocación nunca fue la correcta. Siempre al hilo del pitón y vaciando la embestida hacia afuera.
A su segundo, un precioso jabonero, que manseó en los dos primeros tercios, la planteó un trasteo basado en los mismos fundamentos técnicos. Despegado y movido, pasó con la muleta al juampedro logrando poner de acuerdo a los espectadores y aficionados, pues ni unos ni otros se conmovieron con tan pobre actuación.
El Fandi vino a lo suyo. Es decir, a desarrollar sus portentosas facultades físicas y poco más. Discreto con los palos en su primero, si cuajó un espectacular tercio de banderillas en el segundo. Con la muleta, como todos los matadores rehileteros baja una enormidad, y eso que tuvo uno de los dos toros de la tarde. Su segundo, un animal que pedía distancia y tiempos muertos, pronto lo agobió recortando terrenos para construir una faena correcta pero que nunca tuvo consistencia para las dos orejas que el publico pidió y que la presidencia con justicia no concedió.
Salvador Cortés hizo lo más torero de la tarde. En su primero, al que lanceó de forma desigual, le enjaretó una faena que tuvo más profundidad con la mano derecha. Los muletazos surgieron limpios y templados. Bajó el tono al intentar el torero al natural, pues el toro por ese pitón tenía menos recorrido, pelo rapido volvió a la mano derecha para que la faena retomara el tono inicial. Mató rápido v cortó una oreja que, si la comparamos con la que obtuvo El Fandi, tuvo mucho más peso.
No estuvo en el mismo son con su segundo, un animal noble que solo precisaba toques precisos para que fuera hacia delante.
Publicada en el diario "El Día de Córdoba", el 25 de mayo de 2007
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