He de confesar que el trabajo del despacho me consume. El trabajo de oficina a pesar de lo que muchos puedan pensar es odioso. Rutinario, aburrido, mecánico y de mucha presión por parte del cliente, que siempre lleva la razón aunque no la lleve, el día a día de un despacho profesional es una maquina de fabricar esa enfermedad moderna llamada stress. Llegaron las merecidas vacaciones. En contra de lo habitual a mi no me recompone ni la playa ni el turismo. Mis neuronas se reactivas con el campo bravo. Por eso cuando estoy que echo humo busco el sosiego de la dehesa. Ayer, gracias a mis amigos los hermanos De la Puerta García-Corona pase una jornada realmente gratificante. Para alguien acostumbrado al sedentarismo, a la fría pantalla de un ordenador y sobre todo a la presión mencionada con anterioridad, un día de faena junto al toro es la mejor medicina. Apartado de reses para un tentadero de verdad y sin cuentos, comida campera, repaso y reparto de pienso a las vacas, repaso a las corridas próximas a lidiar en Baeza y Calahorra, así como un tentadero a la antigua fueron gratificantes. El espíritu y el cuerpo se recuperaron con creces. Solo falto ese climax final de haber dado algún muletazo, pero las puntas asustan. Me pido ser figura del toreo para no verlas. En casa de mis amigos los Puerta se ven, y vaya puntas.
Holaaaaaa
ResponderEliminarme llamo Jorge y he creado dos Blogs uno sobre J.J.Padilla( http://laspatillasdepadilla.blogspot.com/)y otro Sobre Miguel angel Perera(http://pereraarteydeleite.blogspot.com/)
Os escribo por si quereis pasaros y decirme que os parece
Un saludo y muy guapo el Blog Os agrego
Si el tiempo no lo impide la corrida de Calahorra la veré el próximo día 31 desde algún tendido de la plaza de ese gran pueblo riojano. ¿Irás?
ResponderEliminarCalahorra me pilla lejos, muy lejos. Me conformare con la de Baeza. Ambas son muy parejas y bonitas. Toros bajos, musculados y bien hechos. Muy en la línea de 'parladé'. Por desgracia ningún 'braganza'. Si 'Ranchero' liga de la forma apetecida no es de extrañar que pronto vuelvan los añejos jaboneros a las corridas de toros.
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