8/11/2011
EL SEPTIEMBRE TAURINO EN CORDOBA
La plaza de toros de Córdoba siempre ha sido una plaza de temporada. Ahí están las hemerotecas y la historia para corroborarlo. Hoy simplemente es una plaza más. Sin importancia alguna en el mundo del toro y donde todo su abono se reduce a una semana del mes de mayo cada vez más en recesión. De hecho sus actuales empresarios, la casa Chopera, ya está sopesando la reducción de un festejo más en la próxima feria de 2012.
En el recuerdo quedaron fechas como el día de San José, hoy laborable en nuestra región, el Domingo de Resurrección, el Corpus, el día de Santiago y la recordada feria de septiembre.
Fue en 1979 cuando el consistorio municipal regido por el denominado Califa Rojo, o sea Julio Anguita, certificó la defunción del mini ciclo septembrino por considerarlo obsoleto y fuera de lugar, intentando por todos los medios potenciar la Velá en honor de la copatrona de la ciudad, Nuestra Señora de la Fuensanta, cosa que no se consiguió por mezclar churras con merinas. Decir que en 1979, último año que se celebró la feria de septiembre, la empresa Valencia, que entonces regia el coso califal, programó una novillada con picadores en la que intervinieron el valenciano Andrés Blanco, Mario Triana y el hoy gran subalterno cordobés Antonio Tejero, quienes se enfrentaron a utreros de Salvador Guardiola.
Al año siguiente, primero de la feria de la Fuensanta, los hermanos Camará que ese mismo año se habían convertido en los empresarios de Los Califas y aprovechando el gran tirón de su poderdante Vicente Ruiz “El Soro”, prepararon dos novilladas picadas en las que intervinó el valenciano. La primera el día 7 de septiembre con novillos de Manolo González, que fueron estoqueados por Pepe Luis Vázquez, El Soro y el hijo del ganadero, Manolito González. La segunda fecha, el día 8 festividad de la Fuensanta, ante novillos de “El Torero”, de nuevo El Soro, Antonio Tejero y el algecireño Pedro Castillo.
La feria de la Fuensanta no llego nunca a cuajar. Cuando se ha programado algo en septiembre ha sido en fechas más cercanas a lo que fuera feria de septiembre que en otras más cercanas al día de la Virgen. Los últimos empresarios que hicieron el esfuerzo fueron Martín Galvez y Curro Conde, que aprovechando el “boom” finitista de los primeros años de la década de los noventa, le echaron valor al asunto y durante su gestión en Córdoba si hicieron lo indecible por recuperar las fechas septembrinas. De hecho se programó en 1993 una corrida inminentemente cordobesa donde estuvieron acartelados, el hoy empresario Fermin Vioque, Rafael González “Chiquilin” y el recién alternativado por aquellas fechas Paco Aguilera, que aunque nacido en Sabadell era reconocido como de Priego de Córdoba. Desde entonces poca cosa. O mejor dicho nada de nada. Septiembre pasa en lo taurino en blanco y quien quiera toros, ahí tiene Priego, Cabra, Lucena o Pozoblanco.
Tiene interés el actual ayuntamiento de potenciar la Velá de la Fuensanta. Bien haría en pedir a la Sociedad Propietaria y empresa su colaboración. Los toros siempre han sido parte de una feria que medio se precie. Un cartel con sello cordobés, en espadas y ganaderías, no sería mal visto. Tampoco un ciclo de novilladas al estilo del extinto de Montilla. El ayuntamiento, empresa, propietarios y afición tienen la última palabra para recuperar una fecha clásica en el calendario taurino cordobés.
Foto Manolo Osuna. Terna de la corrida celebrada en Córdoba en septiembre de 1993
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