Cuando somos niños es cuando con más
facilidad nos impresiona algo. Tengo de mi niñez algunos recuerdos vagos, que a
la postre me han marcado bastante. También como aficionado al mundo de los
toros. Aún recuerdo aquel hombre enjuto, de facciones angulosas que a caballo partía
plaza en Córdoba. Fue en el festival conmemorativo del XXV aniversario de la muerte
de Manolete. Los mayores hablaban de él con particular devoción y admiración.
Era alguien que había convivido con el mito muerto en Linares. Aquello llamo
poderosamente mi atención. Pregunte a mi padre, y como otras tantas veces me
aclaró todo. Se trataba de Álvaro Domecq y Díez, rejoneador contemporáneo del
IV Califa, que se había prestado, pese a estar retirado, para actuar en el festival homenaje al amigo desaparecido.
Con el tiempo, ya siendo adolescente,
descubrí al autentico pilar de la fiesta. El toro de lidia. Empecé a
interesarme primero por las ganaderías, luego por los ganaderos, después por los encastes y
poco a poco, me convertí en un “loco” del toro y del campo bravo. Me llamaba la atención la formación de las vacadas que se lidiaban y sobre todo, lo que rodeaba la cría del ganado
bravo. Como aficionado volqué toda mi visión en el toro, lo que hacía que
cuando me sentaba en los tendidos o gradas de Los Califas, anotase pesos e
hiciese breves reseñas en los reversos de las entradas del juego de las reses.
Fue entonces, al descubrir los
entresijos de la génesis de las ganaderías, cuando vi que la que era propiedad
de aquel caballero enjuto y de aristocrático porte y que tanto había llamado mi
atención de niño, era una creación propia. Alquimista de la bravura, Álvaro
Domecq forjó un toro a su imagen y semejanza. Enigmático, hondo, bien
construido y sobre todo bravo. Partió de lo que compro junto a Manuel Camacho a
Curro Chica, sangre vazqueña a través de Veragua-Braganza; que posteriormente
aumentó con otro lote de reses adquiridas a Carlos Núñez de donde nació el toro
“Lancero” que fue el que hizo y dio carácter a la ganadería, así como otros
toros de la ganadería de su hermano Juan Pedro, “Desgreñado” y “Gusarapo”.
Amalgama de sangres que permitieron la creación de un toro único. Toros bravos
que escribieron páginas notables en la historia del toreo.
Todos los años me apuntaba a la corrida
de Torrestrella, juntaba el dinero que costaba una entrada en el tendido 6, y
siempre que lidiaba acudía puntual a la cita. Vi la lidia del bravísimo “Bengala”,
un toro bravo de verdad, tan bravo que a la presidencia se le olvidó sacar el pañuelo
azul. Luego tras un desencuentro con los veterinarios de la plaza y los cambios
de empresa dejo de lidiar en el coso de Ciudad Jardín, lo que no era excusa
para que siguiera las evoluciones de la ganadería. Hace dos años volvió. Lidió
una interesante corrida y un toro excepcional “Tonto”, que acaparó todos los
premios de la feria. También se jugó otro toro cumbre, “Salmonete”, lidiado
como sobrero que permitió a José Luis Moreno soñar el toreo. El año pasado
también lidió otra corrida interesante que no fue aprovechada por la terna.
Este año ha vuelto por sus fueros. La
primera en la frente. En Zaragoza, en su tradicional ya corrida concurso, un
toro criado en “Los Alburejos” se ha llevado el premio. “Infeliz”, número 58,
hijo de la vaca de igual nombre y del semental “Pescadilla”, demostró que la
vacada que forjara Álvaro Domecq es una ganadería que puede aportar mucho a la
fiesta. Toro bravo en los tres tercios y que puso patente que la lidia total es
posible en la fiesta de los toros del siglo XXI.
Hoy ha lidiado en Sevilla. Toros
interesantes, dos de alta nota, y que con otra climatología y porque no decirlo
en otras manos, hubiese lucido mucho más de lo que ha hecho. Sin lugar a dudas
hubiese sido una gran tarde de toros. La pregunta o reflexión viene ahora. ¿Por
qué las figuras que tanto predicamento tienen por el encaste familiar, están
dando de lado a “Torrestrella”? La respuesta obviamente la tienen ellos. Solo
puedo apuntar que “Torrestrella” cría un toro bravo que puede poner en
evidencia las carencias de los que se ponen delante, pues el toro bravo y con poder, es el que pone a cada cual en el sitio que debe de ocupar en esta fiesta tan nuestra.
*El video corresponde al tercio de varas del toro "Infeliz", de la ganadería de "Torrestrella", ganador del premio al toro más bravo de la tradicional corrida concurso de Zaragoza.
Estupendo tercio de varas p0quisimos se ven así, gracias por poner el vídeo; y magnifico relato-Opinión lleno de afición y torería.
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