7/28/2008

NO DEBEMOS DE DEJAR PASAR UNA.


El cariz que está tomando la fiesta de los toros comienza a ser preocupante. El fraude se extiende como una mancha de aceite. En épocas pasadas, el engaño principal que puede existir en torno a la corrida, el afeitado de los pitones de los toros, era denunciado, perseguido y sancionado. Ahora como todo en esta vida, no tiene importancia alguna. Vergonzoso pues. Tarde tras tarde y en cualquier plaza, incluso en las denominadas de primera categoría, los animales lidiados dejan mucho que desear en cuanto a la presentación de sus defensas. Defensas escasas, aparentemente astifinas, pero que al rozar con cualquier superficie dura, llámese tablas, peto o arena, se abren terminando como una brocha de afeitar haciéndose incluso la sangre presente en la mayoría de los casos.

¿Y el público que dice? Desgraciadamente nada. Salvo cuatro o cinco alzan la voz en corrillos y poco más. Todo da igual. Lo importante es rentabilizar el precio que se paga por un boleto, dando voces a la presidencia solicitando trofeos que al final de cuenta son solo despojos. La práctica totalidad de los asistentes a los festejos de hoy, desconocen que están pagando un espectáculo, que a la postre se le ofrece devaluado y degradado.

¿Y los medios que dicen? Tampoco mueven un dedo. No ponen el dedo en la llaga. Hacen la vista gorda, puede que las prebendas si alzan la voz se acaben. Lo mejor es callar, lo malo es que en petit comité lo reconocen. Lo malo es que no son capaces de decir esta boca es mía. Los de la tele, más de lo mismo. Mucho jalear y poco contar las verdades que saltan a la vista. Incluso toreros hoy comentaristas no dicen esta boca es mía. ¿También se les terminaría el ‘chupe’? Gracias a Dios, la mayoría de los blogs de internet, están denunciando el fraude y lo que es mejor están difundiendo de forma independiente todas las tropelías que se vienen haciendo en la actualidad en el mundo del toro. Internet puede convertirse, si no lo es ya, en un poderoso medio de comunicación. Rápido y de poco coste, la red puede ser la plataforma ideal para la denuncia de todo.

Y la autoridad ¿pondrá freno a todo esto? Mucho lo dudo. Demasiado aguantan y demasiado tragan. Pero en su mano está la clave de todo. Mostrarse inflexible en los reconocimientos y su se lidia alguna res presuntamente ‘humanizada’, pitones a análisis. Si en lugar de una docena de pitones al año, se analizaran trescientos, otro gallo cantaría. La justicia ha demostrado con la reciente sentencia de Huesca, que se está cometiendo un delito. Ahora lo que hace falta es perseguir a los delincuentes. Lo malo es que en la mayoría de los casos después de las trágalas de los reconocimientos, pocas ganas quedan de luchar.

7/22/2008

¿QUE PASA CON EL MUSEO TAURINO DE CORDOBA?


Una de las máximas aspiraciones de Córdoba, no es otra que convertirse en capital cultural de la cultura allá por 2016. Desde que fuera provincia de la Bética, hasta su etapa de mayor esplendor en la época del califato Omeya, Córdoba ha destacado en el mundo de la cultura. Aquí vieron la luz primera personajes destacados en la filosofía caso de Séneca, Averroes o Maimónides. En la poesía con Lucano, Juan de Mena o Luis de Góngora. También en la pintura con Antonio del Castillo o Romero de Torres. Y así pasando por todas y cada unas de las artes denominadas mayores, menores y del pensamiento. Córdoba por sí sola, tiene derecho a conseguir la capitalidad, pero ojo, no por lo que ha sido en la historia lo tiene todo conseguido. Hay que pelear por que la ciudad deje su mediocridad y que no se confunda la cultura con lo que podríamos denominar cultureta barata y demagoga.
Jaime de Armiñán en su novela ‘Juncal’, torero de ficción con una personalidad real, refleja lo que el mundo del toro significa para la cultura. En una charla de sobremesa, ‘Juncal’ el torero fracasado explica a la escritora germana Elsa Wunderly, que todo gira alrededor del mundo del toro. Que los músicos existen para inventar pasodobles a los toreros, que los poetas están para cantar a los toreros, los médicos para curar a los toreros, los arquitectos para construir plazas de toros, los pintores para pintar a los toreros y las mujeres para querer a los toreros. Quizás Armiñan exagerase en demasía, o tal vez no. Lo que sí es cierto y verdad es que la tauromaquia forma parte de nuestra cultura, como dejo claro García Lorca cuando afirmó que la fiesta de los toros era la fiesta más culta del mundo. Por eso Córdoba si quiere optar seriamente a esa capitalidad cultural, debe de poner en valor su Museo Taurino. Cerrado para una una reforma hace tres años y que aún permanece a la espera de ver terminada la misma. En él se guardan no solo reliquias, por llamarlas de alguna manera, de los toreros cordobeses, también interesantes fondos pictóricos y fotográficos para ver la evolución del mal llamado arte de Cúchares. Igualmente los amantes de la cabaña brava pueden seguir de manera clara, la evolución del toro en la historia, observando las cabezas de reses disecadas que en él se conservan. También se cuenta con una rica biblioteca en la que aficionados o no, podrán estudiar toda la historia del toreo. ¿Qué espera el Ayuntamiento para concluir las obras? ¿Acaso el museo taurino carece de importancia? Si queremos ser capital de la cultura, los toros deben de tener el sitio que le corresponde y el Museo Taurino es un buen escaparate. La mujer del Cesar además de serlo, debe de parecerlo.

LOS RELATOS DE RAFAEL EL VAQUERO



LAS QUERENCIAS DE LOS TOROS

El verano en Córdoba es de una crueldad desmesurada. Pocos son los que pasean por la ciudad cuando el astro rey se deja caer con justicia. Las calles son el preludio del infierno y solo las tabernas se convierten en unos oasis en mitad del desierto. Regresó del trabajo. El calor es intenso, el cuerpo pide algo fresco para mitigar la perdida de líquidos. No lo dudo, la taberna más cercana de casa se convierte en una improvisada estación de avituallamiento. Pocos son los parroquianos que a estas horas permanecen en el establecimiento, los que hay tienen como tema central de conversación la copa de Europa de fútbol. La pelota no me disgusta, pero tampoco me apasiona. Mi cordobesismo ha hecho que vea el fútbol con una filosofía distinta. Tantos y tantos fracasos y muy pocas alegrías me han dado el equipo de mi tierra, que hace que el fútbol no me interese poco más de lo que ocurre en el estadio ribereño. Pido mi cerveza helada como de costumbre y como de costumbre me siento apartado. Para oír sentencias con poco fundamento sobre el mundo de la ‘pelota’ siempre hay tiempo, así que mi única pretensión es saborear el vaso de cerveza para refrescarme. De pronto se abre el cortinaje que hay tras la puerta. La inconfundible silueta de Rafael se vislumbra al entrar. Viene ya un poco ‘cargado’, esta será su última parada en el día de hoy.

- Don Salvador, buenas y calurosas tardes ¿Qué hace por aquí con la que cae?

- Eso le digo yo Rafael, donde caminamos.

- A tomarme un último ‘medio’ y a casa hijo mío, en busca del gazpacho que es lo único que entra con estos calores.

- Siéntese usted aquí Rafael que en el mostrador están hablando de España y de fútbol y eso le gusta más bien poco.

- Hombre España si, para eso es mi tierra, pero al balón anda y que le den…Tanto tío en calzones corriendo detrás de una pelota. Que gracia le verán a eso.

Obviamente Rafael, el vaquero, odia el futbol. No puede ni verlo. En algunas ocasiones cuando en los canales de pago se programa algún partido de expectación, pasa corriendo por la puerta de la taberna y ni se asoma. En una de sus fobias, las otras me las callo porque no son políticamente correctas.

- Niño, sabes que leo la prensa con cierto retraso. El otro día vi en un periódico atrasado que al embarcar una corrida, un toro se desmando y se llevó p’ adelante la vida de un empleado de la finca.

- Es cierto Rafael, en una ganadería de la Sierra Norte de Sevilla. Un toro que no había manera de embarcalo, rompió una puerta y después de darle al susto al hijo del ganadero, se encontró con el guarda de la finca y se ensañó con él.

- Eso son las querencias. Si en la plaza durante se lidia la cogen, figúrate en el campo. Como le tomen gusto a un sitio, apañados estamos los que bregamos con ellos. A cualquier cosa le cogen querencia, a unos peñascos, a un chaparro a una linde, a un cerro, vamos a cualquier cosa que se les antoje. Vaya memoria que tienen.

- ¿Le habrá pasado alguna peripecia no Rafael?

- Muchas, pero recuerdo una que contaba mi tío Ángel de un suceso que ocurrió en casa del Marqués de los Castellones.

Ya lo tengo metido en el canasto. Algo interesante contara Rafael, mientras saborea el que dice es su último “medio” del día antes del gratificante gazpacho.

- Mi tío Ángel era empleado de la ganadería del Marqués de los Castellones, noble de Madrid que tenía una ganadería cruzada de ‘veraguas’ con sementales de Juan Vázquez, puros ‘vistahermosas’ a través de Arias de Saavedra y Núñez de Prado. Era como todas las ganaderías ‘cruzonas’. O muy dura o muy brava, aunque “El Guerra” la puso a la cabeza de las de entre su tiempo, viviendo una época de esplendor.

Carraspea como siempre, haciéndose de rogar. Pero cuando ve que pongo cara de impaciente, prosigue su relato.

- La ganadería pacía en ‘Cordoba la Vieja’ que hoy la tienen hecha ‘roalillos’ y en Villafranca, en una finca llamada ‘Los Cansinos’. Mi tío Ángel, ayudaba en una y en otra. Su falta de paciencia con los caballos y su ‘caracté’ brusco no le hacía ser santo de devoción de nadie. Había discutido con un compañero y el mayoral, el famoso picador Rafael Marquez ‘Mazzantini’ se lo llevo a ‘Los Cansinos’ a embarcar una corrida de toros para Castilla.

- Menudo tenía que ser su tío Rafael.

- Pues sí. Pero como conocía bien a los toros y sabía hacer su trabajo con celeridad ‘Mazzantini’ lo protegía cuando hacía alguna fechoría. Tanto es así que cuando se dedico a picar profesionalmente, mi tío tuvo que irse a trabajar a otra ganadería de la parte de Andújar, porque perdió a su principal protector.

- Bueno sigo, ya te contare donde terminó mi tío Angelito. Lo que contaba, la corrida estaba en un cerrado junto al cortijo. Contaba mi tío que era una señora corrida de toros. Muy seria, con arrobas y muchos pitones. No como los de hoy, que rozan algo y se abren. Cuernos duros como el diamante. Había dos jaboneros, un berrendo en negro, dos negros y un cárdeno.

- Capas muy dispares ¿no, Rafael?

Pues si, ya te he dicho los orígenes de la ganadería y tu sabes que los ‘veraguas’ si tienen alguna seña por fuera es la variedad de capas. Los toros tomaron los ‘gueyes’ y fueron saliendo del cerrado hacía una corraleta donde pasarían su última noche antes de partir para Castilla. Los viajes o bien se hacían a pie o bien se embarcaban en cajones que se montaban en unos carros donde se llevaban a los apeaderos y se montaban en los trenes. ‘Los Cansinos’ estaba muy cerca de la estación de tren que aún hoy se conserva. Bueno vamos al tema, lo que te contaba, los toros tomaron la piara de mansos y se encaminaban para el corral. El cárdeno que se llamaba, * había tomado querencia hacía la parte alta del cerrado, donde una portichuela le comunicaba con una mangá que conducía a otro cerrado mayor donde aquel animal había pasado muchos meses, recomponiéndose de un palizón que le habían pagado sus hermanos. Así que entre la querencia y las manías de toro pegado, sacar de allí al cárdeno no iba a ser tarea fácil. Una y otra vez los mansos intentaban arropar a los toros, siempre el cárdeno quedaba rezagado y cuando tenía ocasión salía de naja hacía lo más alto del cerrado buscando el portil por el que había entrado.

Los relatos de Rafael siempre mantienen el interés. Él como buen sabedor de ello interpreta a la perfección su papel de narrador, como si de un viejo romancero del siglo de oro se tratase. Tanto es así que algún parroquiano, ha dejado los fueras de juego, goles, tácticas y técnicas del deporte rey, y escuchan al veterano Rafael atónitos.

- Como no había manera, ‘Mazzantini’ determinó pasar a los cinco toros a la corraleta y dejar para el final al infrascrito cárdeno, para ver si calmándose y solo sin compañía de sus hermanos facilitaba la faena. Los cinco toros en menos de media hora habían pasado a la corraleta. Ahora había que ver si se decidía por fin a tomar los mansos sin problema alguno. A base de pedradas y golpes de piedra el toro, tomó la piara y salió del cerrado camino a la corraleta. Al tener que pasar prácticamente por la entrada del cortijo, mi tío Ángel se adelantó para advertir a los sirvientes y a los marqueses que se mantuviesen a cubierto, fuera a ser que el toro le diera de nuevo por salir hacía su querencia. Todos se metieron hacía dentro, bueno todos no, el cochero de la señora marquesa cometió la temeridad de ir al coche justo en el momento que los ‘gueyes’ pasaban arropando al toro hacía el corral. Uno de los mansos dio un respingo y el cárdeno vio la puerta abierta, por allí salió de naja hacía el campo de nuevo, con la mala suerte para el cochero que se lo encontró en el camino. Lo volteó a gran altura y al caer le metió el pitón en el pecho dejándolo prácticamente en el sitio. Luego se cebó con él y no lo dejaba. Ni los garrochazos que le propinaban mi tío Ángel y ‘Mazzantini’, ni las pedradas de los demás vaqueros pudieron hacer que el toro soltara a su presa. Al final se arrancó a un caballo y volvió a tomar camino hacía su querencia. El cuerpo del cochero ‘ensangrentao’ y ‘esfaratao’ era un drama. A la marquesa le dio un ataque de esos que ahora llamáis de ‘hesteria’ y su hijo estreno con buena fortuna un rifle que se había comprado en Italia, siendo el toro asesino el blanco, despenándolo de un certero tiro en ‘mitá los rizos del testú’.

- Malamente terminó la cosa Rafael.

- Ya te lo he dicho, cuando una bestia de estas coge una querencia hace falta mucha ‘pacencia’ para bregar con ellas y en muchas ocasiones el hombre no se sale con la suya. Ya te contare otro día las aventuras de otro toro querencioso de nombre ‘Camposolo’ de la ganadería del Marqués de Salas, que ahora voy en busca del gazpacho.

Salimos a la calle, el calor se ha hecho aún más agobiante. Dentro se sigue discutiendo de la selección, la copa, la federación y todos los entre bastidores del balón, que pese a quien le pese y a pesar de los últimos éxitos conseguidos, nunca tendrá la grandeza de nuestra sin par fiesta de los toros.

7/16/2008

BUENACARA, UN BRAVO DE VERDAD


Confieso que el encaste domecq no vuelve loco. Seguramente debido a la hegemonía que tiene en la actualidad y a la podredumbre que ha traído a la fiesta. Esta sangre ha acabado con otras que tenían mucho de lo que ella carece, casta. También pesa mucho en mi ánimo que la familia Domecq desbaratara una ganadería mítica, que llevo durante muchos años el estandarte de la sangre ‘vazqueña’ como era la del Duque de Veragua y que como los que me leen saben que es mi encaste preferido. Por eso este encaste al que muchos denominan el más bravo de la historia, yo diría el mas bobo, no es santo de mi devoción.

Pero lo cortés no quita lo valiente, y reconozco que de vez en cuando salen toros de esta sangre realmente bravos. Pero ojo, no toros tontos que se dejan dar ochenta muletazos, si no toros bravos y encastados de verdad. Paradójicamente no de esas ganaderías de moda, criadoras de toros artistas que se han extendido como un vertido de aceite en el agua, si no de las que tienen su origen en las ventas que hizo en vida Juan Pedro Domecq y Díez. El toro auténtico que buscó el ganadero jerezano y no el bobo y descastado que crían sus descendientes.

Pues el pasado lunes tuve la ocasión de ver uno de esos ‘juampedros’ antiguos, con esa bravura añeja y sólida. Pertenecía a la ganadería de los hermanos Sampedro. Se jugó en Montilla y casualmente en una corrida de rejones. Según me comentaron por ser hijo de un semental que se ha caracterizado por dar unas horribles caras. De nombre ‘Buenacara’, número 77, guarismo 5 y colorado de capa, salió con una exhalación de toriles, acudió presto a los cites y se estrelló de mala manera en la barrera. Del choque salió dando estertores, descordinado y con sangre en el hocico. Todos pensábamos que se había descerebrado. Aún así empezó a querer coger la cabalgadura no había quien lo parara. A pesar del encontronazo se fue viniendo arriba. ‘Buenacara’ fue una maquina de embestir. No paraba, lo mismo tras los caballos que de los capotes de los auxiliadores, donde metía la cabeza abajo y llegaba hasta donde nadie podía intuir. Jamás busco los adentros, todas sus embestidas lo eran para los medios, dando un juego realmente espectacular. Volvió a rematar en las tablas persiguiendo un capote mientras Moura Caetano cambiaba de montura. Lo hizo de forma tan violenta que esta vez se partió el cuerno derecho por la cepa. Pero tampoco lo acusó. Al final murió de un certero rejón y una presidencia con sensibilidad le premió con la vuelta al ruedo. Hecho poco usual en un ‘gaché’ de pueblo y en una corrida de rejones. Si los 'domecqs' salieran todos así otro gallo cantaría a la fiesta y desde luego los aficionados tendrían otro concepto de esta sangre.

7/09/2008

UNA DE ESCUELAS TAURINAS

Muy a pesar de lo que diga ese anti taurino confeso que es Manuel Vicent, a mí me emociona más un natural largo y templado, que un golpe de raqueta de Rafael Nadal. Por eso la tarde del pasado domingo, en lugar de sintonizar el tenis como recomienda el iconoclasta Vicent, me puse a ver ‘la nuestra’ con objeto de ver las evoluciones de los aspirantes de las Escuelas Taurinas de Andalucía. Como se ha convertido en habitual de estas retransmisiones, la pizpireta locutora que se ocupa de las labores de callejón, se encontraba en el patio de caballos. Allí como es habitual se encontraba enredando más que entrevistando a los noveles. Llega el turno del representante de la Escuela Taurina de Ronda y saltó la primera sorpresa. De nuevo el célebre ‘Jonhy de Ronda’ en la pequeña pantalla. Por tercera vez consecutiva y tras dos finales inmerecidas en anteriores ediciones, tiene como propósito serio y deliberado el ser el triunfador en la presente edición. Esto no es serio, como si de un ‘Platanito’ moderno se tratara, con todos los respetos para Blas Romero, el aspirante de Ronda vuelve a la carga. Qué bases regularan este certamen, en que se permite a un doble finalista de ediciones previas volver a participar cerrando así el paso a otros alumnos más nuevos y que de seguro traen otro aire más fresco. No hay nadie que le diga a este hombre: ‘Mire usted, deje paso a sus compañeros, ya lo ha intentado sin éxito y está usted muy visto. Pero por desgracia no acaba ahí la cosa. Otro detalle no paso desapercibido para el que esto escribe. Sabido es por todos, que esas novilladas son organizadas por la Fundación Andaluza de Tauromaquia y la Asociación Andaluza de Escuelas Taurinas ‘Pedro Romero’ con el apoyo económico de la Junta de Andalucía y de Canal Sur TV, es decir con dinero de todos los andaluces. Pues muy bien, la otra sorpresa no era otra que en esta edición se ha dado entrada a otros aspirantes en representación de otras escuelas de fuera de nuestra región. Qué es lo que está ocurriendo ¿que de las veintiuna escuelas taurinas federadas de Andalucía no hay chavales suficientes para torear este certamen? A que obedecen estas invitaciones en la presente edición. A intercambios se argumentará desde la Asociación. Tu pones los de fuera y los de fuera ponen a los de aquí. Lo malo es que viendo el caso apuntado del alumno ya especializado de Ronda, a estos posibles intercambios acudirán los ‘recomendados’ de los que ocupen cargos en la directiva de la Asociación.

7/01/2008

Y LOS MARTES...CAPOTAZOS SUELTOS





La tragedia siempre está invitada en la fiesta de los toros. Ya sea en plaza de capital, provincia o talanquera en mitad de un barbecho, la tragedia siempre ocupa su localidad. Permanece en silencio tratando de pasar desapercibida hasta que tiene ocasión de hacerse presente. Días pasados había ocupado su localidad sigilosa en la madrileña plaza de Torrejón de Ardoz. Nadie había notado su presencia cuando en el tercio de banderillas del quinto novillo quiso ser la protagonista. Adrian Gómez, tercero de la cuadrilla de El Fundi y que esa tarde lo hacía a las ordenes del modesto novillero Miguel Luque, fue dramáticamente volteado quedando inerte e inmóvil sobre el albero. El fantasma de Nimeño, Robles o Bienvenida planeo en el ánimo de los asistentes. Pronto todos los presagios se hacían realidad. Fractura de tres vertebras y la medula seccionada de forma irreversible. Resultado una tetraplejia que ha acabado con un torero y ha imposibilitado a un hombre para el resto de su vida. La tragedia mostró su cara descarnada y verdadera, porque la tragedia no es un hombre emborrizado de sangre y arena como algunos pretenden hacernos ver en el papel cuché. Es mucho más seria y dramática.

Haciendo hilo a la triste noticia anterior, hay que hacer reseña de los desafortunados comentarios hechos en los foros de un conocido portal taurino de internet. Aquellos que se autodenominan defensores de los derechos de los animales, han demostrado tener pocos principios morales y éticos, pues no entra en cabeza civilizada alguna el mostrar alegría por tan horrible y desafortunado accidente. Ellos solitos se están autodefiniendo. El respeto que hasta ahora se está mostrando por el mundo del toro hacía ellos, que no indiferencia, se les puede volver en contra. Quizá sea lo que buscan para alcanzar una notoriedad que con vehemencia e integridad jamás podrán lograr. Todos estamos en nuestro derecho de defender nuestras ideas y principios, pero no demostrando tanta bajeza rayana en lo despreciable.

La mayor grandeza de la fiesta es su integridad y con ella viene aparejada la verdad. Últimamente existe una corriente de aficionados y prensa que reclama una fiesta de estas características. Pero es predicar en el desierto. Por mucho que de denuncie, se reclame y se digan las verdades del barquero, el fraude está muy enquistado en el corazón de la fiesta de los toros. Tanto que en plazas y ferias menores pasan cosas a veces imprevisibles. Tanto es así que en la pasada feria de Algeciras, Victorino Martín, que en otras plazas es paradigma de integridad, se permitió el lujo de enviar una corrida que dejo mucho de desear precisamente en eso, en integridad. La prueba, la foto que ilustra esta columna hoy.

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