9/28/2015

PUERTA GRANDE PARA HERNÁNDEZ EN UNA TARDE DE EMOCIONES (Crónica de la última de Pozoblanco)


GANADERÍA: Dos toros de La Castilleja para rejones, reglamentariamente despuntados, y de juego desigual; y cuatro para lidia ordinaria con los hierros de La Reina, en 2º y 6º lugar; y El Tajo, corridos en 3º y 5º lugar. Los cuatro estuvieron bien en líneas generales, bajando el 3º, que fue protestado. Su juego resultó pobre y descastados pero nobles en la muleta. El jugado en último lugar fue el más enrazado. TOREROS: Leonardo Hernández (rejoneador). Oreja y oreja. Manuel Escribano (azul turquesa y oro). Ovación con saludos y ovación con saludos.Iván Fandiño (calabaza y oro). Ovación con saludos y oreja tras aviso. INCIDENCIAS:Plaza de toros de Pozoblanco. Segunda corrida mixta con motivo de la Feria en honor de Nuestra Señora de las Mercedes. Menos de media entrada en tarde de nubes y claros donde la lluvia se hizo presente durante la lidia del quinto de la tarde. El rejoneador Leonardo Hernández salió a hombros por la Puerta del Gallo al finalizar el festejo.
 

El toro es el gran protagonista de la fiesta. Sobre él debe girar todo el ceremonial de este ancestral ritual. Por eso, siempre se dice por activa y por pasiva que cuando el toro falla, todo se desmorona. En estos tiempos que nos ha tocado vivir, el toro sufre una evolución hacía una bondad infinita, para dar mayor lucimiento a la labor del torero. Cuando un animal reúne las condiciones buscadas con la selección, todo es aparente, está lleno de estética, de belleza, pero obviamente la profundidad y el sentido trágico del toreo, está prácticamente diluido. Es lo que se ha venido en llamar: El toreo moderno. Pero hoy en día todavía se demanda otro toreo más cercano a los valores tradicionales. Esto da lugar a que todavía exista una corriente que trata de alejarse de la monotonía y que corre paralelo a esta tauromaquia moderna. Existen en el escalafón toreros que no dudan en enfrentarse a ganaderías que todavía seleccionan con criterios tenidos hoy por anacrónicos, para decir que ellos también son válidos en esta tauromaquia de hoy. Lo malo es que cuando comienzan a ser reconocidos, no dudan en caer en la tentación de acartelarse con el toro de hoy, quedando en evidencia, que ante ellos, son incapaces de hacer sentir las emociones que les llevaron un día salir del ostracismo. 

Precisamente eso es lo que ocurrió ayer tarde en Pozoblanco. En el cartel dos toreros curtidos en mil batallas. Dos toreros que lucharon a sangre y fuego para ocupar lugares de privilegio en el escalafón y estar presentes en muchas ferias y carteles. Toreros que emocionan con el toro enrazado, pero que delante del toro soso de hoy, se convierten en espadas de una vulgaridad paralela a otros que tuvieron más fortuna que ellos.



Manuel Escribano ha hecho una campaña rotunda. Importante. Ayer se vio a un torero distinto. Incapaz de emocionar ante dos toros que no tuvieron nada más que fachada. En su primero estuvo correcto con el capote y banderillas, para luego cuajar un trasteo voluntarioso que no pasó de discreto ante un toro huérfano de raza. Lo intentó aquí y allá, pero el animal terminó buscando el terreno de toriles y todo quedo en la nada. En el segundo de su lote, volvió a estar solvente y correcto. Muy alejado del tono que suele mantener ante reses de otras cualidades. Discreto debut y paso de Manuel Escribano por la plaza de Pozoblanco. Sin toros y sin enemigo, no cabe nada más que estar solvente y punto final. 


Iván Fandiño tuvo la mejor actuación. Fue en el último de la tarde cuando el de Orduña sí estuvo a la altura de lo esperado. Vibrantes lances a la verónica que fueron muy jaleados por la concurrencia. Con la tela roja cuajó una faena, que inició con un pase cambiado en los medios, que tuvo mucha firmeza. Fandiño pisó el terreno que su oponente le pedía e hilvanó tandas importantes con ambas manos, templando la encastada embestida de un animal que no permitía fallos ni dudas. El tendido se emocionó y se puso a favor del espada vizcaíno. La verdad y la emoción fueron los avales fundamentales. Entregado por completo en la faena, sufrió una fea cogida en el remate de una de las series, quedando inerte en el suelo. Todo quedo en un susto. Volvió a la cara del toro y brindó otra buena serie con la diestra. Tras unas manoletinas falló con la espada y lo que pudo ser un triunfo de peso, quedó en un solo trofeo, pero la emoción y el recuerdo siempre estarán presentes. En su primero se encontró con un toro protestado y chico, con el que anduvo resuelto conformando una faena basada en el oficio y la técnica, muy por encima de las condiciones de un toro que solo se tapaba por su cornamenta.



Leonardo Hernández mató dos toros y logró abrir la puerta grande. Sus actuaciones tuvieron buena monta y vibración. Hernández conecta fácilmente con los tendidos. Cierto es que el joven rejoneador, aunque ya con años de alternativa, tiene una magnifica cuadra y trata siempre de hacer un toreo ortodoxo y clásico. Desigual al clavar y algunas pasadas en falso, hicieron que su labor, en ambos toros, fuese redonda. No obstante sus actuaciones tuvieron el poso bastante para, tras culminar de forma acertada con los aceros, cortar una oreja en cada toro y abrir la puerta del Gallo en una feria que terminó con luces y sombras.




UNA TARDE DE RECUERDOS EN POZOBLANCO

A pesar del resultado de trofeos, el toreo brilló por su ausencia debido a las carencias de una terna que no supo sacar partido de sus buenos oponentes.

GANADERÍA: DOS toros de "La Castilleja" para rejones, reglamentariamente despuntados, y de buen juego; y cuatro para lidia ordinaria de "Alcurrucén", el jugado en 5º lugar como sustituto de uno que fue devuelto. Terciados de presentación y de buen juego en la muleta, destacando los jugados en tercer, quinto y sexto lugar. TOREROS: Fermín Bohórquez (rejoneador). Silencio y vuelta al ruedo por su cuenta. Manuel Jesús "El Cid". Silencio tras aviso y oreja tras aviso. David Fandila "El Fandi". Oreja con petición de la segunda y oreja tras aviso. INCIDENCIAS: Plaza de toros de Pozoblanco. Corrida mixta con motivo de la Feria en honor de Nuestra Señora de las Mercedes. Media entrada en tarde de nubosa y agradable temperatura. Antes de comenzar el festejo se guardó un minuto de silencio en memoria de Francisco Rivera "Paquirri" en el XXXI aniversario de su cogida mortal en esta plaza. David Fandila "El Fandi" salió a hombros por la Puerta del Gallo. 
Pozoblanco forma parte de la historia del toreo. Siempre fue una plaza que ponía, junto a Montoro, el broche de oro a la temporada taurina en la provincia de Córdoba. Una plaza que celebraba una feria agradable y con un marcado carácter popular. Muchos figuras pisaron la arena del coso de los Llanos. Era un lugar amable donde solían disfrutar antes de afrontar los últimos compromisos en Zaragoza y Jaén. Desgraciadamente Pozoblanco fue testigo de la cara más dura de la fiesta.
 Parece que fue ayer, pero han pasado 31 años desde que un astifino y terciado toro, con el hierro de Sayalero y Bandrés, hiriese mortalmente a Francisco Rivera Paquirri en la arena. Pozoblanco dejó de ser una feria amable entre la torería, para pasar a ser un lugar recordado por haber sido el escenario del drama desnudo de la fiesta de toros, como es la muerte. 
Pozoblanco ha conformado para esta edición, una feria con dos festejos con el formato de moda. Un rejoneador y dos espadas de a píe. Ayer partieron plaza, el jerezano Fermín Bohórquez en esta su temporada de despedida; El Cid que sustituía a un lesionado Castella y el omnipresente -¿hasta cuándo?- David Fandila El Fandi. No fue una tarde redonda. Tuvo algunos detalles, pero poco más. Detalles tan nimios, que fueron nublados por la mediocridad, por la vulgaridad y por el insuficiencia del toreo viciado de hoy. Tarde por tanto de grises sobre claros.

Fermín Bohórquez pasó por Pozoblanco sin pena ni gloria. El caballero jerezano no estuvo a la altura de su dos oponentes de La Castilleja. Su rejoneo, a pesar de buscar siempre el clasicismo y la ortodoxia, careció de la brillantez que le llevó a ser un referente en el escalafón del toreo a caballo. Ayer lo intentó, pero no obtuvo el éxito buscado. Todo quedó a medias, sin rematar y, lo que es peor, con una desconexión total con el tendido. Cierto es, que el rejoneo de hoy camina por unos derroteros muy alejados de los conceptos de este Bohórquez que está diciendo adiós. Destacó en los pares a dos manos y en la fidelidad a su concepto, poco más. Triste ver cómo tras dar muerte a su segundo trataba de conseguir la complacencia de un tendido que solo acertó a aplaudirle quizás por el recuerdo de otra época, donde con sus primos los Domecq, sí se encontraba en plena comunión con el público. 

El Cid sustituía al anunciado Castella y no respondió a las expectativas que la llevaron a cubrir la vacante del francés. El torero de Salteras cuajó dos trasteos inconexos, demasiado irregulares y en ocasiones sin entender lo que sus oponentes le pedían. Mejor en su segundo, un bravo toro que solo pedía mando y templanza, cosas que solo consiguió El Cid en contadas ocasiones. No obstante, cuajó tandas donde algunos muletazos tuvieron el sello del toreo que llevo al torero sevillano al triunfo temporadas atrás. La pena fue que esos momentos quedaron difuminados por no acertar con distancias acertadas, resultando los muletazos atropellados e incluso en ocasiones deslavazados y vulgares. La faena a su primero resultó aún más anárquica en forma y fondo. La desigualdad fue tónica general en la actuación del de Salteras. Para ser fiel a la memoria, la espada volvió a ser su talón de Aquiles, recetando dos estocadas haciendo guardia a su primero y pinchar a su segundo. El Cid fue ayer en Pozoblanco solo un recuerdo de lo que fue. 


El Fandi puede ser uno de los toreros más honrados del escalafón. Hace todo lo que sabe. No se deja nada atrás. Siempre fiel a su público y a su concepto del toreo. El de Granada nunca defrauda a los espectadores que acuden a la plaza a verle. No es un virtuoso con el capote, aunque lo maneja mejor que en sus comienzos; no es un ortodoxo rehiletero, pues basa el segundo tercio en sus portentosas facultades físicas; y con la tela roja no pasa de ser un vulgar muletero. Eso sí, se entrega todas las tardes a más no poder para contentar a la parroquia y eso es siempre de agradecer. Analizar su actuación de ayer, es más de lo mismo. Se encontró con dos buenos oponentes a los que hizo lo que sabe y lo que puede. Poco más. Es destacable su entrega. Su segundo, en otras manos, hubiese sido un toro de lío. El Fandi no supo dar tiempos, ni estructura a un trasteo que resultó una sucesión de trapazos inconexos entre si, sin fondo y sin forma. Lo dicho. Su honradez es su principal virtud.

9/24/2015

CAMBIO EN LA FERIA DE POZOBLANCO


Tras las lesiones producidas en la plaza de toros de LA RIBERA de Logroño, Sebastián Castella causa baja en Pozoblanco el próximo sábado y corta la temporada europea.

Ante esta tesitura Jorge Buendía anuncia que será  Manuel Jesús "El Cid" quien sustituya al torero francés.

De esta forma en el coso de la capital del Valle de los Pedroches, el cartel de este sábado día 26 de Septiembre queda configurado con reses de LA castilleja para Fermín Bohórquez y de Alcurrucen para El Cid y El Fandi


El cartel del domingo 27 permanece inalterado con toros de La Castilleja para Leomardo Hernández a caballo y Manuel Escribano e Iván Fandiño ante reses de El Tajo y la Reina

9/20/2015

PREDICAR EN EL DESIERTO.


De alguna manera hay que hacer comprender al público que va a las plazas que este tipo de corridas, las llamadas toristas, también forman parte del toreo en toda su esencia

De poco, o nada, sirve defender la cara más tradicional de la fiesta de toros. No ya su particular idiosincrasia, sus valores antropológicos, culturales o artísticos, sino su versión más pura y ortodoxa. Una fiesta en la que el toro, asiento fundamental de ella, debe recuperar su pujanza, su casta, su peligro y su integridad, para que el dinamismo en la lidia gane protagonismo ante lo previsible y cotidiano. El tratar de evolucionar, algunos hablan de involución, hacía un nuevo modelo, donde el toro vuelva a ser el protagonista, no es más que una causa que se antoja perdida. De nada sirve a los aficionados que la reclaman como la panacea para el resurgir definitivo, ni tampoco a un sector, cada vez más minoritario, de la prensa defensora de tal concepto. Es predicar en un desierto donde nadie escucha y los pocos que lo hacen, al final terminan desengañados. 

Este tipo de aficionado quedará solo ante el modelo que se impone. Será como Simón, el del desierto, aquel que retrató Buñuel en solitario en lo alto de su columna. Será la nota discordante ante una fiesta amable, donde primará lo mediocre y superficial sobre la verdad, la emoción y la tragedia. Al final quedará solo, o se verá obligado tal vez, a engrosar las filas de los seguidores de esta nueva versión del toreo que cada vez está más presente en los ruedos.

Mucho se habla de la falta de cultura taurina del nuevo espectador. La juventud que acude a las plazas es hija de esta nueva fiesta. En sus gustos prima el triunfalismo, los trofeos, el torero mediático y, sobre todo, la poca importancia del toro al que apenas valoran. Cantan los pares de El Fandi como si fuese Gaona, hablan del poder de El Juli sin saber quiénes fueron Marcial Lalanda o Domingo Ortega y aplauden las estocadas de Manzanares desconociendo la figura de Rafael Ortega. Hablar de toros con ellos es comprobar sus carencias y su desconocimiento. Esto hace que sean fáciles de manipular por el sistema imperante que mueve los entre bastidores de la tauromaquia. Son ellos los que acuden a las plazas las tardes de relumbrón para presenciar la fiesta al uso donde la verdad brilla por su ausencia. Por contra, defenestran todo lo que no defiende el sistema. Se escudan en que los encastes en peligro de extinción son minoritarios porque no embisten; al toro encastado lo califican como morucho y a los toreros que a ellos se enfrentan no sólo los ignoran, sino que les restan la importancia que tienen al enfrentarse a un toro muy alejado del que lidian los figuras; y, lo que es peor aún, no acuden a la plaza las tardes donde no están acartelados sus toreros de cabecera con el medio toro de las ganaderías plegadas a sus intereses. 

Es predicar como los anacoretas. Los que propugnan otra fiesta distinta son tomados por locos como aquellos. El ejemplo gráfico se ha vivido recientemente en nuestra provincia. De poco ha servido la lucha de aquellos que pedían toros-toros y toreros "machos" que los mataran. El fiasco fue mayúsculo muy a pesar de la promoción y difusión de un cartel inédito por estos predios, pero con interés más que suficiente para que la plaza de toros de Priego de Córdoba hubiera tenido una entrada de reventón. 

Los "albaserradas" de Adolfo Martín no fueron reclamo bastante para un público que prefirió el toro "domecticado" de José Luis Marca. Un público que acudió en masa para ver los caballazos de Hermoso de Mendoza, el destoreo, una vez más, de El Fandi y la previsibilidad de Castella. Un público que se perdió el toreo macizo de un López Chavés, la añeja puesta en escena de Javier Castaño y la frescura de un Manuel Escribano curtido en mil batallas. Un público que aplaudió lo cotidiano, pero que se ausentó el día donde la lidia tuvo un dinamismo sin tiempos muertos, ni lugar tampoco para la distracción. Los que no fueron se lo perdieron, aunque dos días antes sí gustaron del moderno concepto de la tauromaquia. 


Priego de Córdoba fue un ejemplo cercano, pero es preocupante que el gran público se aleje de la pluralidad y diversidad de la fiesta. De alguna manera hay que hacer comprender que este tipo de corridas también forman parte del toreo. Hay que verlas como algo habitual y desterrar de una vez la división entre los mal llamados festejos toristas y toreristas. Causa perdida. Es como el Simón de Buñuel. Seguiremos en lo alto de la columna, predicando para convertir a los fieles, o esperando la tentación del demonio para convertirnos en nuevos creyentes de lo que se ha venido a denominar Tauromaquia 2.0. La fiesta incruenta sin suerte de varas, ni muerte. Como se ha visto esta semana en Albacete, donde un Juli retorcido "salvó" la vida a un manso en el caballo y tontorrón en el tercio final. Son los conceptos que nos quieren imponer. El demonio que nos quiere engañar a los que seguimos predicando la verdad, aunque sea en el desierto.

9/17/2015

PROXIMO CARTEL PARA LA FERIA DE MONTORO


La empresa taurina Campo Bravo ha hecho público, mediante nota de prensa remitida a los medios, del cartel que conformará la corrida de toros que se celebrará en Montoro con motivo de la feria en honor de Nuestra Señora del Rosario.

El festejo tendrá lugar el día 11 de octubre, a las 5 de la tarde, y se lidiarán toros de la prestigiosa ganadería de FUENTE YMBRO, propiedad del cordobés Ricardo Gallardo, que serán lidiados y estoqueados por:

Juan Serrano FINITO DE CORDOBA.
 Juan José PADILLA y
David Fandila EL FANDI.


Con este festejo, CAMPO BRAVO dará por concluida su temporada taurina 2015 y posiblemente ponga el broche final a la temporada taurina en Córdoba y provincia.

9/13/2015

TARDE TRIUNFAL, AUNQUE CON DUDAS: ¿BOTELLA MEDIO LLENA O MEDIO VACIA? (Crónica corrida en Belmez)


Volvieron los toros a Bélmez. Fueron años de sequia, con el único oasis de la tradicional becerrada de las escuelas taurinas de la Fundación Pedro Romero con Canal Sur como testigo. Volvieron los toros tras el año del centenario, que quedó sin tarta de cumpleaños por motivos meramente económicos. Volvían los toros a Bélmez y lo hicieron con un sabor agridulce. Sí, pero no. Hubo cosas positivas que invitan a la ilusión. Sin embargo hubo otras que no cumplieron las expectativas. El público no acudió como era de esperar, y eso que los precios eras más que asequibles. Los toros, aunque de encaste minoritario e interesante, dejaron mucho que desear, sobre todo en presentación y fuerza. Los toreros estuvieron dispuestos y cortaron trofeos, y eso que no tuvieron actuaciones rotundas que levantaran a los asistentes de sus asientos. Sí, pero no. La botella medio llena, o medio vacía, según como se mire. Lo positivo, eso sí, es que los toros volvieron a Bélmez.

Abría cartel Curro Díaz, vestido de espuma de mar y oro. No vamos a descubrir ahora al fino torero de Linares. Un torero de culto por cierto sector de la afición. Un torero elegante, revestido de una estética que hace que su toreo sea de gran belleza. Curro Díaz hizo el paseo y con muy poquito abrió la puerta grande de la plaza. No es que estuviera mal, que no lo estuvo, pero tampoco cuajó dos trasteos para ser recordados y conservados en la memoria. Todo lo que hizo, estuvo aderezado con la elegancia, con el empaque, con la estética, pero ay, qué poca profundidad tuvieron sus dos faenas de muleta. Abuso del toreo en línea recta, que pudo tener la excusa de no quebrantar mucho a sus enemigos por su falta de fuerzas, así como falta de ajuste. Eso sí, cuando el torero encaja los riñones y mete el mentón en el pecho, lo que realiza a sus oponentes parece ser mejor de lo que realmente es. Su facilidad con los aceros, pese a atravesar a su primero, le sirvió para abrir la puerta grande.

David Galván, de azul celeste y oro, es un torero nuevo que tiene, taurinamente hablando, la hierba en la boca. Voluntarioso y queriendo demostrar su valía durante toda la tarde. Variado con el capote, tanto en los lances de recibo, como en quites, lo que le hace conectar fácil con el tendido. Con la tela roja hace un toreo que quiere ser puro y ortodoxo. Su voluntad y juventud hace que unas veces le salga, y otras, no. Sus faenas resultaron intensas precisamente por sus ganas, pero resultaron anacrónicas e irrregulares. Lo mismo cuajó tandas donde el temple, las distancias y las formas fueron acertadas, como en otras ocasiones los muletazos resultaron embarullados y tropezados. Las ganas, cosas de la juventud y querer triunfar a toda costa, le traicionan y hacen que su toreo no tenga unidad. No obstante es un valor que tiene crédito, pues a poco que gane oficio y poso, será un torero para tener muy en cuenta de cara a la renovación del escalafón.

Juan Ortega, grana y oro su terno, afianza sus formas en este su primer año como matador de toros. Manejó el capote con soltura -a la postre los lances a su primero resultaron los mejores de la tarde-; cadencia y temple fue su tarjeta de presentación con el percal. Con la muleta apuntó un toreo clásico, pulcro, con oficio y no carente de personalidad. Lo malo es que el espada cordobés de adopción, sorteó el lote más deslucido y su actuación, a pesar de lo que pretende, no termino de remontar vuelo durante toda la tarde. Detalles, eso sí, en sus dos toros, que invitan a volver a verlo con animales de mejor condición, porque a poco que tenga frente un animal más apropiado para el lucimiento, su toreo se desarrollara con la calidad que parece atesorar. El mal uso del acero en su primero, le privo de acompañar a sus compañeros en la salida final a hombros.

Al final los que fueron salieron contentos. El espectáculo, aunque con matices, invita a pensar que Bélmez puede ser una plaza recuperable para los toros en Córdoba. Su afición, sus peñas y sus gentes lo merecen, pero ojo, la empresa será dura, porque a pesar de la tarde exitosa de ayer, no sabemos aún si la botella está medio llena o medio vacía.
Ganadería: Seis toros de Jodar y Ruchena, terciados los seis, cinqueños y pobres de pitones. Su juego resulto noble para el último tercio, aunque carecieron de fuerza. TOREROS: Curro Díaz.  Oreja y dos orejas. David Galván. Dos orejas y dos orejas con petición de rabo. Juan Ortega. Ovación con saludos y oreja. INCIDENCIAS: Plaza de toros de Bélmez. Corrida de toros con motivo de la feria en honor de Nuestra Señora de los Remedios. Menos de media entrada en tarde de agradable temperatura. Al finalizar el festejo Curro Díaz y David Galván abandonaron la plaza a hombros por la puerta grande.

El Día de Córdoba (13/09/2015)


9/10/2015

LOS TOROS VUELVEN A BELMEZ


Curro Díaz, David Galván y Juan Ortega, quien a última hora sustituirá al lesionado Antonio Ferrera, harán el paseíllo en el centenario coso, ante toros de Jodar y Ruchena.

Tras unos años de ausencia de festejos mayores, de los menores económicos hubo gracias a las escuelas taurinas, los toros, o sea en formato de corrida, vuelven a Bélmez. Atrás quedó también el centenario de la plaza, que no tuvo unos actos acordes a la efeméride y donde paradójicamente el broche a la misma, una corrida de relumbrón, quedó postergada debido a la situación económica del consistorio. Tampoco hubo ningún empresario con tintes románticos, dispuesto a todo, para organizar un festejo conmemorativo, puesto que cien años no se cumplen, si es que llegan a cumplirse, nada más que una vez.

Los toros vuelven a Bélmez el próximo sábado, de manos de una empresa joven como es "Toros Santamarina", que como cabeza visible tiene a Enrique Cabello "Santamarina". El empresario ha apostado por Bélmez, una plaza en horas bajas,  porque se trata de "una plaza que me gustaría que  recuperase la afición y yo creo que haciendo un planteamiento serio, una gestión seria y bien hecha, los aficionados deben de responder".

El cartel está formado por toros de la ganadería de "Jodar y Ruchena", de un encaste marginado como es el "hidalgo-barquero", aliciente para los denominados aficionados toristas,  que serán lidiados por Curro Díaz, David Galván y Juan Ortega, que sustituye al anunciado Antonio Ferrera, quien aún se recupera de una lesión de codo que le va a llevar a pasar la presente temporada prácticamente en blanco. La combinación reúne alicientes suficientes para que el público acuda a la plaza, tales como la actuación de un torero estilista como el linarense Curro Díaz, que lleva una campaña donde está ratificando su clase, un valor emergente caso de David Galván, que lucha por abrirse hueco en las ferias, como también trata el espada tan vinculado a Córdoba, no hay que olvidar de fue alumno de la Escuela Taurina del Circulo Taurino de Córdoba, Juan Ortega, que sin lugar a dudas arrastrará seguidores desde Sevilla, Córdoba y Jaén.

Combinación que según el empresario "ha sido bien recibida, de todos modos, como el todo el mundo sabe, se ha hecho todo un poquito a última hora porque al cambiar de alcaldía también, no ha dado tiempo para mucho más".  La afición belmezana siempre ha sido abanderada del toro integro y encastado por lo se ha buscado una encierro distinto a lo que se lidia habitualmente en este tipo de plazas. Enrique Cabello sobre la corrida dice "creo que es una corrida que está bien presentada para lo que es una plaza como Bélmez, que es una plaza de tercera, habrá habido más chicas, me imagino, y más grandes también, pero yo creo que es una corrida que está bien presentada y puede tener aceptación."

Uno de los grandes retos es volver a llenar los tendidos del coso tras los años de sequia, donde los festejos que se dieron fueron con invitación gratuita, por lo que es toda una incógnita la respuesta del público. No obstante el representante de la empresa afirma que "las expectativas hasta ahora mismo son buenas, porque  la venta anticipada, la gente la verdad es que  está respondiendo, teniendo en cuenta que Bélmez solo tiene 3300 habitantes, estamos hablando de una localidad que es pequeña". Igualmente también se espera que otras localidades del valle del Guadiato se sumen a la vuelta de los toros a Bélmez.





9/07/2015

LA SABIDURÍA Y LA ESCOBA


Continua la fiesta en la comarca subbetica cordobesa. La fiesta en España, por lo menos hasta el día de hoy, está unida a la tauromaquia. Cabra celebra su feria en honor a su patrona, y un año más, los toros han formado parte de la celebración. Antaño, al tratarse del único espectáculo de masas del país, las plazas registraban buenas entradas, los tendidos se llenaban, las empresas ganaban dinero y todos tan contentos. Hoy las tornas han cambiado. Los toros son una oferta más de ocio que compite con otras, que al día de hoy, tienen más predicamento entre el gran público, y además son hasta mucho más económicas. La actual empresa lleva dos años trabajando en Cabra. Hasta ahora las cosas se estaban salvando, pero lo de ayer fue realmente triste. El público opto por quedarse en la feria, o quién sabe, en su casa sentado cómodamente en el salón. ¿Qué ocurre para que el público huya de los tendidos de las plazas? ¿Los altos precios? ¿La lidia monótona de hoy? ¿La falta de emoción? ¿O la falta de sensación de tragedia y épica? La respuesta es difícil, quizá sea un poco de todo, pero es digno de estudio que con un cartel semejante, hace unos meses abarrotasen los escaños de la centenaria plaza, y ayer no registrase más de un tercio de su aforo.

El buen momento por el que atraviesa el toreo ecuestre, ha puesto de moda las corridas mixtas. En ellas una figura del rejoneo, alterna con dos toreros de a píe. Sin llegar, eso si, a las épocas pretéritas, del hoy tan denostado, don Antonio Cañero, quien llegara a sortear los toros incluso con los alternantes en lidia ordinaria. Ayer en Cabra le tocó abrir plaza al luso-sevillano Diego Ventura, quien disputa el cetro del toreo a caballo, al gran innovador y revolucionario, Pablo Hermoso de Mendoza. Rivalidad a parte, destacar a Ventura como un torero a caballo muy particular. Su toreo aúna la ortodoxia, y dicen, que la heterodoxia, complicado maridaje. Lo cierto es que Diego Ventura conecta muy fácilmente con los tendidos, ya sea, por su toreo puro y clásico, como por sus gestos arrebatador al rematar las suertes. Su primero se lastimo y a pesar de intentarlo, solo pudo estar con el toro a medias. Destacó con "Roneo" y "Distinto". Un pinchazo y un rejonazo certero le hicieron cortar una merecida oreja. Su segundo fue en animal bruto que embestía a arreones. Con el Ventura anduvo sobrado a lomos de "Nazarí" con el que destacó en banderillas. Paradójicamente remató su labor de nuevo a lomos de "Remate", pero en esta ocasión los aceros le privaron de un premio mayor.

Enrique Ponce está celebrando sus bodas de plata como matador de toros. Veinticinco años en la brecha, y también, porque no decirlo, muchos de ellos con todo el peso de la púrpura sobre sus hombros. El valenciano está viviendo su segunda juventud, eso sí, con la solera y el poso que dan los años sin interrupción alguna en la profesión.  Siempre se ha criticado su aparente facilidad, su solvencia ante el toro, o su poco ajuste con los toros. Lo cierto es que Enrique Ponce es una figura del toreo porque se lo ha ganado a pulso. Un torero sin trampas, ni tampoco cartón. Un torero dominador y no exento de buen gusto, en la más tradicional linea "gallista", así es y así lo demostró en la tarde de ayer. Buena su labor en conjunto. En su primero destacó ya en los lances de recibo. Con la tela roja fue estructurando una faena elegante que gustó al público. Pulcritud, medida y buen gusto fue la tónica. A pesar de pinchar antes de cobrar una certera estocada paseo las dos orejas. En su segundo, un animal que manseó durante toda la lidia, tiro de toreo dominador para hilvanarle una faena imposible, en la que impidió que el animal dejase se embestir. Una oreja, que pudieron ser dos de no pinchar, por una faena inteligente de todo un maestro del toreo por el que parece no pasar los años.

En la jerga taurina, cuando un torero nuevo aparecía deslumbrando con sus formas frescas y a la vez clásicas, se decía que venía con la escoba. Así se habló de muchos. Se cuenta, así lo corroboran las hemerotecas, que Manolete tras ver de becerrista a Luis Miguel Dominguín en Albacete, le comentó a su padre "el nene trae muy mala leche, este viene con la escoba". Hoy pocos son los que vienen, o pueden, salir a barrer el escalafón. José Garrido es uno de ellos. Un torero muy nuevo, pero que trae, como se ha dicho siempre, la escoba debajo del brazo. Ahora será el sistema imperante quien tenga la última palabra, pero condiciones no le faltan. Gustó Garrido, y mucho. Su toreo tiene elegancia, como mostró en los lances de recibo a su primero. También tiene una cabeza privilegiada. Una muestra fue como fue afianzando al primero de su lote en los primeros compases de la faena para torearlo a placer. Una vez dominado, piso terrenos comprometidos ejecutando un toreo de parón que caló en los tendidos. Dos orejas tras una estocada. Igual premio obtuvo en su segundo por otra labor en la que primo la inteligencia. Valiente con el capote, una larga cambiada de rodillas y tres faroles de hinojos fue su carta presentación. Con la muleta volvió a demostrar que es un torero a tener en cuenta.


Ganadería: Dos toros de José Benítez Cubero, el corrido en cuatro lugar con el hierro de Pallarés, para rejones, reglamentariamente despuntados, y de buen juego; y cuatro para lidia ordinaria de Albarreal. Terciados de presentación y de  juego desigual. TOREROS: Diego Ventura (rejoneador). Una oreja y ovación con saludos tras petición.  Enrique Ponce. Dos orejas y oreja. José Garrido. Dos orejas y dos orejas. INCIDENCIAS: Plaza de toros de Cabra. Corrida mixta con motivo de la Feria en honor de Nuestra Señora de la Sierra. Dos tercios de entrada en tarde nublada y tormentosa. Enrique Ponce y José Garrido abandonaron la plaza en hombros. 


9/06/2015

LOS ALBASERRADAS DE ADOLFO MARTIN NO DEFRAUDARON EN PRIEGO DE CORDOBA

La fiesta se sustenta en el toro. Sin el toro la fiesta es inviable. Bueno, al menos con los conceptos tradicionales, pues en estos tiempos que vivimos, se celebra una fiesta de toros carente de ellos. Sale el toro, eso sí, ayuno de fuerza, de casta, de bravura y encima con un carácter muy homogéneo. Su comportamiento hace que lo que ocurre tarde tras tarde sea muy previsible, por lo que la fiesta pierde su factor de sorpresa que la haría mucho más atrayente para el gran público, y porque no decirlo, para muchos aficionados. Por eso, cuando se programa una corrida, como la de ayer en Priego, en la que lo que se ofrece es muy distinto a lo cotidiano, se acude a la plaza con la incógnita de no saber lo que puede suceder. Siempre hay que esperar hasta el final para hacer balance, positivo o negativo, de lo que se ha visto. Para muchos será algo positivo y distinto, para otros es la muestra de un toreo anacrónico para la época que vivimos. En la variedad está el gusto, y con ello el futuro de una fiesta que precisa más que nunca esa incógnita que tiene este tipo de corridas, mal calificadas, por cierto de toristas. Los ‘albaserradas’ de Adolfo Martín no defraudaron a nadie. Lástima del público que dejo de acudir a la plaza, pues su juego fue variado y con toros que propiciaron el éxito de los alternantes.
López Chaves muletea a su primero
Abrió cartel Domingo López Cháves, que sustituía a anunciado Ferrera quien sigue convaleciente de su lesión de hombro. Recibió a su primero con una larga cambiada en el tercio, para luego salirse toreando hacía fuera con valerosos lances a la verónica, El toro acudió alegre al caballo desde la segunda raya en el tercio de varas, empujando con clase en el peto. El matador, que lucía un terno caldera y oro, brindó al público y cuajó un trasteo de menos a más, donde la firmeza fue su principal aval. Mejor con la diestra, al natural bajó de intensidad la faena, donde los muletazos tuvieron largura y calidad. Un pinchazo precedió a la estocada final que basto para pasear una oreja. En su segundo volvió a estar correcto con el percal. El toro, que se arrancó con alegría al caballo en el tercio de varas, tuvo calidad, pero el torero de Ledesma no acabo de centrarse, ni tampoco entender a su oponente. El trasteo resultó demasiado irregular y nunca acabo de romper. Media estocada le sirvió para cortar una oreja que le abrió la puerta grande.
Estampa añeja de Castaño con la montera puesta
Javier Castaño es un torero de tintes añejos. Cuajado en corridas cuajadas y duras, anduvo en el ruedo de Priego, sobrado y con mucha solvencia. No pudo lucir con el capote en su primero, un toro que tras cumplir en varas, destapó unas embestidas de notable calidad. Castaño, vestido de malva y oro, anduvo con el muy firme, logrando hacer una faena de intensidad. Destacó en el toreo al natural con muletazos al ralentí. Cobró una estocada que le valió para cortar dos merecidas orejas. Su segundo fue un animal que tuvo como virtud principal la dulzura. Trasteo con la montera calada en una añeja estampa. Trazó una faena correcta, donde destacó con la mano diestra. De nuevo el temple y la firmeza se hicieron patentes en la tauromaquia de Castaño. La espada le jugo una mala pasada, pues tras un pinchazo, descordó al toro y lo que pudo ser un triunfo rotundo, quedó en una ovación a la que saludó desde el tercio.
Escribano cortó las dos orejas de su primero
Manuel Escribano, de celeste y oro, vive un momento interesante. Al igual que sus compañeros de terna, el de Gerena se ha hecho torero con este tipo de corridas. Ni decir tiene que Escribano estuvo solvente y variado durante toda la tarde. Recibió a su primero con una larga cambiada en el tercio para luego torear con gusto a la verónica. Banderilleó con soltura haciendo las delicias del respetable. La faena tuvo garra y buena concepción. Muleteó con gusto por ambos pitones destacando sobre todo con la mano izquierda. Certera estocada que a la postre le sirvió para cortar dos orejas. En su segundo, en pleno aguacero, volvió a hincar las rodillas en tierra para recibirlo con una larga cambiada. Lo banderilleó como tiene acostumbrado, destacando el denominado par de Calafía que inmortalizara el torero azteca “El Pana”. Brindó a matador de toros retirado Manuel Rodríguez para en los medios enjaretar un trasteo que tuvo como principal virtud el dominio para impedir que el toro terminase rajado en tablas, donde hizo amago en mas de una ocasión de buscar refugio. Dos pinchazos y una estocada bastaron para entregar a su oponente a las mulas. Su labor fue premiada con algunas palmas.
Esto fue lo que dio de sí el festejo que cerraba la feria de Priego, sobre el que cabe preguntarse por la poca asistencia de público. Puede ser que este tipo de corridas no tenga la demanda que se requiere, pero lo cierto y verdad, es que con ellos pocos se aburren. Los que se quedaron en casa, se lo perdieron.

Ganadería: Seis toros de Adolfo Martín, bien presentados y de variado juego destacando 2º, 3º y 4º. TOREROS: Domingo López Cháves. Oreja y oreja.  Javier Castaño. Dos orejas y saludos desde el tercio. Manuel Escribano. Dos orejas y palmas. INCIDENCIAS: Plaza de toros de Priego de Córdoba. Corrida de toros, segundo festejo de abono, con motivo de la Feria Real. Menos de media entrada en tarde desapacible y lluviosa. Ángel Otero de la cuadrilla de Castaño, saludó tras banderillear al quinto. Al finalizar el festejo los tres matadores abandonaron el coso a hombros.