11/29/2009

LA CRISIS DE LOS ENCASTES MINORITARIOS


Uno de los últimos post de esta bitácora que ha tenido más debate, ha sido el titulado “Reflexiones en torno al indulto andaluz”. En él trate muy pormenorizadamente de los incumplimientos al vigente reglamento andaluz. En concreto en el último indulto ocurrido en nuestra región, acontecido en Ubrique en una de las últimas corridas de la temporada. Testigos presenciales del hecho dejaron su comentario, curiosamente todos estaban de acuerdo. Lo que allí pasó fue todo un despropósito y una ofensa a todos los que defendemos la verdad y pureza de la fiesta de los toros. Incluso el ‘padre’ del reglamento andaluz, nuestro querido amigo José Antonio Soriano, manifestó que suscribía, aunque con matices, referida entrada. También el amigo Lorenzo Ruiz dejo su opinión y me preguntaba el motivo porque el que antes defendíamos, cuando no estaba legislado, el indulto en plazas menores, y ahora poníamos el grito en el cielo. Le conteste al amigo Lorenzo, que ya le explicaría los motivos, y que trataría de hacer ver la gran diferencia entre el frustrado ‘indulto’ de Montoro y el que se produjo en Ubrique no hace tantas fechas.
Ya en 2004 cuando analice lo que paso en Montoro, deje en la revista “La Montera” mi opinión. Clara y rotunda. Reglamento en mano el indulto en Montoro hubiera sido una flagrante irregularidad. El Reglamento nacional de 1992 era claro. En su artículo 82 señalaba lo siguiente: “el indulto será permitido en cosos de primera y segunda categoría, cuando se corra una res que destaque por su excelente trapío e inmejorable comportamiento en todas las fases de la lidia, cuando sea solicitado por el público, espada de turno y esté de acuerdo el ganadero o representante de la vacada”. Esta tarde público, espada y mayoral estaban de acuerdo. Solo la legislación, a la que se aferró la presidencia, no permitió el suceso. ¿Fue aquello justo? Sin lugar a dudas, no. Entonces defendí que lo mejor hubiera sido perdonar a tan bravo animal. Hoy me reafirmo. Y lo sustento en lo que argumente entonces. Los encastes minoritarios o que se encuentran en bajos momentos, no deben de medirse con el mismo rasero que los que dominan la cabaña brava. No podemos exigir lo mismo a un 'veragua' de Prieto de la Cal, que a un 'domecq' de Jandilla. Aquel toro de Montoro pertenecía a la vacada de Juan Pérez-Tabernero Martín y estaba encastado en “atanasio”. La sangre de ‘atanasia’ estaba en declive. La ganadería matriz, Herederos de Atanasio Fernández, había desaparecido de los grandes ciclos feriales. Las satélites venden las camadas enteras a las grandes casas empresariales que las colocan de cualquier manera en plazas de poca categoría en carteles donde están los toreros que ellas mismas apoderan. Son ganaderías que sobreviven y vegetan. Ganaderías con pasado, con pobre presente y desgraciadamente con un futuro incierto. Tanto que estos días veo en la blogosfera taurina que tres vacadas, con solera e historia y únicas en su encaste, del campo charro, tienen encima la espada de Damocles y están a punto de desaparecer. La de Clairac, que sostiene los pocos ‘gámeros-civicos’ que quedan en el campo bravo, está en venta. La de Sánchez Fabrés, casa de los ‘coquillas’, por culpa de la sanidad está a punto de acabar en el matadero y la de los Herederos de Atanasio Fernández, también está a punto de ser reducida drásticamente y dedicada la explotación ganadera de “Campocerrado” a otro tipo de ganadería más rentable económicamente. Por eso hay que ser condescendiente con todas estas ganaderías que por desgracia sustentan la variabilidad de la sangre brava. Por esto hay que medirlas con otro rasero que a las de la factoría ‘bodeguera’ como las llamo Navalón, que tienen asegurada su supervivencia mientras que en el toreo no se produzca la ansiada 'contrarreforma'. Con la desaparición de vacadas como estas, perdemos todos y lo malo es que al ser ganaderías ‘exclusivas’ se pierden para siempre.
¡Qué bien le hubiera venido al encaste ‘atanasio’ el toro “Langosto” de Montoro!

FOTO: Finito de Córdoba torea a "Langosto" en Montoro. Vean donde lleva el animal el morro. (Fidel Arroyo)

11/25/2009

DE RAFAEL ROSA A FINITO DE CORDOBA


Recibo vía mail una carta de agradecimiento. Se dice que en esta vida, es de bien nacido el ser agradecido, y Rafael Rosa ha demostrado que lo es. Tras tres temporadas a las ordenes de Juan Serrano "Finito de Córdoba", el buen subalterno cordobés estará enrolado en la próxima en la cuadrilla de Rivera Ordoñez. Aunque ya se ha difundido en otros medios, la transcribimos a continuación en su integridad.

GRACIAS MAESTRO

No es lo mío el ponerme a lidiar con un folio en blanco tratando de exponer palabras que expresen mis ideas o definan mis sentimientos. Es más, me es difícil recordar la última vez que lo hice. Pero hoy, en este momento, creo que merece la pena el intento.

Como ya conoce la afición taurina en general, y la cordobesa en particular, ya que ha sido publicado en varios medios nacionales y provinciales, la próxima temporada dejo de estar vinculado a la cuadrilla de Juan Serrano “Finito de Córdoba” para formar parte de la de Francisco Rivera Ordóñez, en una decisión de esas que un profesional debe tomar a lo largo de su trayectoria, y que sin duda alguna afronto con la ilusión de seguir creciendo y amando esta profesión a la que dedico por entero mi vida desde hace muchos años. No obstante, no es esta decisión ni sus motivos la razón por la que me he decidido a escribir, aunque quizá sobren las explicaciones si quien esté leyendo este escrito llega al final del mismo.

Hoy, mis sentimientos me llevan a expresar un profundo agradecimiento, tanto personal como profesional, al maestro Finito de Córdoba, después de tres años a su lado en los que no he podido dejar de sumar y sumar aspectos positivos y argumentos de peso para seguir admirándolo más aún como torero, algo que ya hacía antes de estar a sus órdenes, y también como persona, al haber podido disfrutar de su cercanía.

En lo profesional, estar al lado del maestro Fino ha sido lo mejor que me ha pasado hasta el momento en mi trayectoria. Tres años de aprendizaje, de continuo y enriquecedor aprendizaje, tres años de incesante crecimiento, tres años de privilegio absoluto al poder contemplar tan de cerca a un torero tan grande como El Fino, desde la intimidad de innumerables tentaderos, en los que faltan palabras para describir la dimensión del maestro en el campo, hasta esas grandes tardes en las que verle cuajar un toro hacía que por momentos te olvidases de la presión de estar en plena faena y de que tu maestro se jugaba la vida en el ruedo. Pasando también, como no, por infinidad de detalles, casi siempre desapercibidos para la mayoría de la gente, pero muy enriquecedores profesional y artísticamente para los que teníamos el privilegio de vivirlo de cerca. Sin olvidar, como no, el enorme placer y la gran satisfacción que ha sido el compartir experiencias y vida con Juan Montiel y Jaime Padilla, así como con el resto de mis compañeros de cuadrilla en estos tres años, picadores, mozo de espadas, ayuda, y chofer, a los que no puedo más que mostrarle mi gratitud y mi amistad.

Pero más allá de lo profesional, como decía antes, está el plano personal, tan desconocido para muchos, y a veces dotado de tan poca importancia. Aquí, en lo personal, sólo me sale una palabra: “GRACIAS”. Gracias por un trato más que amable y considerado, por un interés y una cercanía que jamás pensé que podría tener por parte de una gran figura del toreo. Gracias por una confianza máxima en mis posibilidades, también en mis puntos de vista y en mis opiniones, cuando hacían falta. Gracias por ser así, amante de tu tierra cordobesa, que también es la mía. Grandioso en la plaza, y espléndido fuera de ella.

Quizá sea, y es una bonita casualidad, la tarde del 11 de octubre en Montoro, la que resuma este sentir que he querido expresar. Una tarde en la que el maestro Finito de Córdoba demostró esa gran dimensión artística y torera que muy pocos atesoran, y en la que tuve el honor de que desorejara al hasta el momento último toro lidiado por mí a su órdenes, dando una lección de torería. Una tarde en la que volvió a mostrar su grandeza personal, brindándonos a mi compañero Jaime Padilla y a mí, ese último toro de la temporada, a modo de despedida y agradecimiento. Y una tarde en la que me quedará el recuerdo imborrable de haberlo llevado en hombros, triunfante, por que así era el colofón perfecto que yo deseaba, el broche de oro a tres años inolvidables.

Y me quedará, sin lugar a dudas, un pensamiento claro y conciso, de absoluto convencimiento. La satisfacción de haber estado al lado de quien es uno de los mejores toreros que ha dado mi tierra, su futuro VI Califa, y una persona cabal, sincera y honesta, de tanta clase como la que ha demostrado y seguirá demostrando en los ruedos.

Gracias maestro, de todo corazón.

Rafael Rosa.

Foto: Rafael Rosa lleva en hombros a Finito de Córdoba la última tarde que actuó a sus ordenes. Junto a ellos Jaime Padilla

REFLEXIONES DESDE LA CAMA


Menuda voltereta me ha dado el cambio de clima. En Córdoba, como es norma habitual, pasamos del calor al frío, o viceversa, en menos que se persigna un cura loco. Lo normal es caer con un catarro de esos que una foca polar no lo sufre ni en sueños. Hoy ya estoy un poco mejor y el cuerpo, que no la mente, se recupera del 'encontronazo'. Desgraciadamente el mal estado físico me impidió el lunes acompañar a la empresaria Celia Jurado en el funeral de su padre. Mi pesar desde estas líneas a ella y a toda la familia Jurado Olid. Tampoco he podido salir al campo. Un reportaje en una ganadería de esas que me gustan, ha quedado en momentáneo suspenso. Menos mal que los toros seguirán en la dehesa y con las lluvias que se avecinan, el campo saldrá mas bonito en las fotos. Tema y reportaje seguro para la semana próxima. También habrá historieta a cargo del vaquero Rafael. Me lo encontré en el ambulatorio, como dice él, y me contó una cosa que les va a gustar. La historia de un toro indultado que jamás padreó en su casa. Por cierto, Rafael se cura los catarros con brandy y miel, eso del 'petacetamol' con él no va. La cama ha dado que pensar que todo va a seguir igual. Nada se mueve. La empresa de Madrid ha defenestrado a Florito. No entiendo la figura del 'veedor'. Ni de empresa, ni de toreros. A la plaza debe de ir el toro que el ganadero quiera. Sin intermediarios, ni comisionistas. Si se equivoca, solo de él sera la culpa y podrá pagar su penitencia. Desgraciadamente hoy los ganaderos están dominados por este nuevo gremio, que sin exponer los alamares, aunque algunos los expusieron, están ganando un buen dinero. Nuevo gremio que es, presuntamente, el más humanizador de todos. Los ganaderos con tal de quitar bocas de la pesebrera, tragan y tragan. Si ellos mandaran otro gallo nos cantaría. Menos mal que nos quedan cuatro locos románticos que se resisten al 'sistema'. Son la esperanza, eso si no se cansan porque como se aburran se acabo. Leo en el blog de Sánchez López que en el campo charro, alguien se ha cansado. Lo de Clairac, se vende. ¿Tanto trabajo costaría dar protagonismo al toro y al que lo cría?

XI CERTAMEN NACIONAL DE FOTOGRAFIA TAURINA MEMORIAL LADISLAO RODRIGUEZ BENITEZ "LADIS"

11/20/2009

JOSE LUIS MORENO GANADOR DEL II CERVATILLO TAURINO


El matador de toros cordobés José Luis Moreno recogió en el día de ayer en el transcurso de una cena a la que asistieron miembros de la prensa taurina cordobesa, el II Cervatillo Taurino. Este trofeo instituido por los restaurantes “Casa Rubio” y “Casa Pepe El de la Juderia”, premia al hecho más destacado de la temporada cordobesa. En esta segunda edición, como ha quedado dicho, el premio ha ido a parar a las manos de José Luis Moreno, quien ha realizado una corta y a la vez intensísima temporada. Los meritos que más han pesado en tal concesión, han sido su rotundo triunfo en la corrida de toros celebrada el día 26 de mayo, en el ciclo ferial de la Feria de la Salud de Córdoba. Esa tarde compartió cartel con Juan Serrano “Finito de Córdoba” y José Tomás, estoqueando toros de “Las Ramblas”, cortando un total de tres orejas y mostrando solvencia, torería, buen gusto, valor y ganas, reclamando así un sitio que se le ha venido negando en temporadas anteriores. También peso en el fallo del jurado, la gesta de anunciarse el día 26 de septiembre en la plaza de toros de Pozoblanco para matar en solitario una corrida de Victorino Martín. Gesto que a la postre resultó triunfal para el buen torero cordobés.
El jurado presidido por el restaurador Miguel Cabezas, ha estado integrado por Chila López (ABC Córdoba), Francisco Javier Domínguez (El Día de Córdoba), Angel Mendieta (aficionado y articulista taurino), Celso Ortíz (cirujano jefe de la Plaza de Toros de Lucena) y Alejandro Rodríguez Galán (Revista La Montera).

11/18/2009

HIDALGO BARQUERO, CASTA MESTIZA


HIDALGO BARQUERO. Casta mestiza.

Introducción.

En la historia de la tauromaquia han sido varios los ministros de la Iglesia que ejercieron como ganaderos de reses bravas. No olvide-mos que la Iglesia, a través del diezmo, se hacía con las cabezas con las que los ganaderos contribuían al sostenimiento de la misma. De esa manera, varias ordenes religiosas, se hicieron con un gran número de reses. Pronto comenzaron a ser requeridas para provisionar de ganado los festejos taurinos de la época. De esa forma las vacadas formadas por los Cartujos de Jerez y Sevilla, los Jesuitas de la capital hispalense, los Trinitarios de Carmona, los Dominicos de Jerez y de otras muchas casas conventuales, alcanzaron gran renombre por el espectáculo que ofrecían los toros por ellos criados.
Al igual que estas casas monásticas fueron varios los sacerdotes que criaron, con mas o menos fortuna, toros de lidia. Desde Don Juan Escudero Valero, Capellán del Marqués de Santacara y Comisario de la Santa Inquisición, quien ya en 1701, existe constancia de su actividad ganadera, pasando por Don Antero López Cotillo, cuyo hierro curiosamente tenía forma de bonete, Don Pedro de la Morena o mas recientemente Don Cesáreo Sánchez “El Cura de Valverde”. De este último pertenecía el toro de nombre “COLEGIAL”, al que el último Califa, Manuel Rodríguez Sánchez “MANOLETE”, cortó los máxi-mos trofeos el día 26 de Agosto de 1944, en la Plaza de toros de Cieza (Murcia), cuando alterno por vez primera con ese “Ciclón” del toreo que se llamó Carlos Arruza, en compañía de Pepe Bienvenida.
Como vemos fueron varios los ganaderos que en vez de lucir traje corto, marsellés y sombrero de ala ancha, se vestían con sotana y se tocaban con sombrero de teja o bonete.
Pero sin lugar a dudas, si hay un sacerdote cuya labor ganadera continua vigente en nuestros días, éste es el canónigo de la Catedral de Sevilla, Don Diego Hidalgo Barquero, que a través de una acertada selección, con reses de origen diverso, creó un tipo de toro con una personalidad propia, que aún subsiste en algunas vacadas de la cabaña brava española de este siglo XXI.

La génesis.

Siempre se ha afirmado por los diversos historiadores taurinos, que el canónigo Hidalgo Barquero formó su ganadería con vacas proce-dentes de Vistahermosa. En concreto del lote adquirido a Giraldez a las que padreó con dos erales, que el ganadero utrerano Vicente José Vázquez, tenia previstos para sementales en el momento de su muerte, los cuales le fueron cedidos por el general Vicente Genaro de Quesada, albacea testamentario de la herencia del nombrado Vicente José Vázquez.
Pero a la hora de redactar estas líneas, he podido comprobar que algunas fechas no encajan, lo que me ha llevado a pensar que Hidalgo Barquero, utilizó para la formación de su ganadería otras reses de distinta procedencia a las nombradas, como vamos a ver a continuación.
El último conde de Vistahermosa fallece en 1823. La ganadería es dividida en cinco lotes. Uno de ellos es adquirido por el presbítero Francisco Giraldez, (otro cura metido a ganadero) quien murió el día de Nochebuena de 1838, heredando la ganadería su sobrino Joaquín, quien a su vez la cedió al padre Bueno, también ministro de Cristo, en pago de pastos. Parte de estas reses procedentes directamente de Vistahermosa fueron traspasadas al protagonista de nuestra historia, el canónigo Diego Hidalgo Barquero.
Como vemos las vacas procedentes de Vistahermosa, no llegan a manos de Hidalgo Barquero al menos hasta 1838 ¿entonces a que hembras pone los dos sementales de Vázquez adquiridos en 1830?
Lo más que probable es que tratándose Hidalgo Barquero de un canónigo de la Catedral de Sevilla, poseyera antes de 1830 reses de otro origen, seguramente de procedencia “frailera” y otras adquiridas a los ganaderos del arrabal sevillano de Triana, hermanos Antonio y Anselmo Gutiérrez.
Por lo expuesto anteriormente está comprobado, que a no ser que Hidalgo Barquero adquiriese directamente a los condes de Vistahermosa o al propio Francisco Giraldez, éste no tuvo ganado “condeso” al menos hasta 1838, padreando los dos toros “vazqueños”, vacas de otra procedencia distinta a Vistahermosa.
Las reses procedentes de este cruce, fueron seguramente eliminadas en la venta que hizo el canónigo a Don Joaquín Jaime Barrero, en 1841, aumentando su ya celebre vacada, con otras cabezas adquiridas un año mas tarde, al parecer de origen “vazqueño” y que pasta-ban en el coto de Doñana. Es entonces cuando Hidalgo Barquero termina por configurar su ganadería con las vacas adquiridas a Bueno (Vistahermosa), los dos toros cedidos por el albacea testamentario de Vázquez y las hembras, también vazqueñas, adquiridas en ese mismo año de 1842.
Con estas cabezas de tan variado origen, con una acertada selección y con la ayuda de su mayoral “el tío Pepe el mellizo”, de quien se dice fue el que escogió los dos erales berrendos en negro cedidos por la Testamentaría de Vázquez, Diego Hidalgo Barquero configuró una ganadería que pronto comenzó a ser de las predilectas de los aficionados de su época. Lidió por vez primera en Madrid el día 29 de Junio de 1843, con divisa blanca y negra, jugándose dos toros, junto con otros dos del Marqués de Casa Gaviria y dos más de Don Juan José Fuentes, siendo estoqueados por Juan León, “El Lavi” e Isidro Santiago.
Así y desde su cerrado “Caño Navarro”, Hidalgo Barquero, cría un toro en que se aúnan caracteres morfológicos de su diverso origen. Por poner un ejemplo el pelo berrendo, heredado de los dos toros vazqueños, es aún hoy en día la capa característica de este singular encaste. Estos toros llevaron a su criador ser junto con Vázquez, Ca-brera y Vistahermosa, uno de los pilares en que se sustentan las castas fundacionales de la cabaña brava española.
De entre los toros criados por el canónigo, se puede destacar entre otros al nombrado VELETO, lidiado en Madrid en el año 1850, resultando ganador de la corrida concurso donde fue jugado; o el célebre ALGAREÑO, que fue lidiado en Jerez de la Frontera, en fecha desconocida, donde despenó diecinueve caballos, siendo indultado por el público por su extraordinaria bravura, corneando mortalmente a uno de los cabestros que salieron a la arena para retirarlo al corral.
Tras más de una década de éxitos como ganadero, el canónigo Hidalgo Barquero, traspasó la totalidad de su ganadería en 1850, a Don Ramón Romero Balmaseda, dedicándose con seguridad al pastoreo de los fieles de la Catedral de Sevilla.

Las ramas del tronco de Hidalgo Barquero.

1ª Rama.

Como hemos visto anteriormente, Don Diego Hidalgo Barquero vende su ganadería, con hierro y divisa, al también sevillano Don Ramón Romero Balmaseda en el año 1850. Dicho señor se presenta en Madrid, el día 15 de Septiembre de 1851, luciendo sus toros cintas de color verde, blanca y encarnada. Figuraban en el cartel Cúchares, Cayetano Sanz y Manuel Arjona. Hay que hacer constar que por aquellas fechas, Romero Balmaseda, también adquirió ganado procedente de Cabrera, que compró directamente a Núñez de Prado y que fue el que no adquirió Juan Miura. Dichas sangres fueron siempre llevadas por separado haciendo constar en los carteles la procedencia de cada burel. No obstante hay que señalar que la divisa tricolor utilizada por Romero Balmaseda, era la que usaba el señor Cabrera, de ahí que en su debut en Madrid, no usase la blanca y negra del canónigo Hidalgo Barquero.
Gran renombre alcanzaron los pupilos criados por el Sr. Romero Balmaseda, entre los que destacaron del encaste Hidalgo Barquero, que es el que nos ocupa, los siguientes:
VINATERO, de capa negra, estoqueado por “El Chiclanero” en Madrid, el día 12 de Abril de 1.852, recibiendo la cantidad de veintiséis puyazos.
AZULEJO, indultado a petición popular en la plaza de toros del Puerto de Santa María, el día 24 de Junio de 1857, tras tomar veintitrés varas dejando nueve caballos muertos sobre la arena.
COCHINITO, indultado en la misma plaza de El Puerto de Santa María el día 25 de Julio de 1862, tras tomar once varas por once caídas y diez caballos para el arrastre.
BARATERO, lidiado en Madrid el día 21 de Octubre de 1860, siendo tan hermosa su lamina que fue disecado y enviado a la Exposición Universal de París.
El Sr. Romero Balmaseda, transfiere la totalidad de su vacada, con las dos procedencias Cabrera e Hidalgo Barquero a Don Rafael Lafitte y Lafitte en el año 1862, presentándose dicho señor en Madrid el día 25 de Septiembre de 1870, recuperando la divisa blanca y negra del canónigo sevillano. Rafael Lafitte, muere el día 19 de Agosto de 1883 pasando la ganadería a Don Julio Lafitte, quien lidia a su nombre en Madrid el día 22 de Junio de 1884. La familia Lafitte conservó el prestigio alcanzado por su predecesores, alcanzando sus toros éxitos estimables en distintas plazas continuando siendo de los predilectos por los espadas y públicos de su época. Podemos destacar entre otros los toros nombrados:
TROMPETERO, lidiado en Jerez de la Frontera, el 29 de Abril de 1872, recibiendo veintiséis varas, siéndole perdonada la vida a petición de los tendidos.
VISTAHERMOSA, de capa berrendo en retinto, lidiado igualmente en Jerez de la Frontera, el día 29 de Abril de 1883, que por su bravura y buen juego, fue igualmente indultado.
Julio Lafitte se desprende de la ganadería en 1885 año en que es vendida al aficionado sevillano Don José María de la Cámara, quien se presenta en Madrid, el día 13 de Junio de 1886. Esta tarde el cartel está conformado por Frascuelo, Cara Ancha y Ángel Pastor.
José María de la Cámara acrecienta de forma notable la fama del ganado por él criado. Por ello llega a ser una de las vacadas favoritas del II Califa, Rafael Guerra “Guerrita”, lo que le granjea al Sr. de la Cámara la crítica de cierto sector del público intransigente con el maestro cordobés, que le acusaban de escoger toros “a modo” para mayor lucimiento de éste.
Tristemente es conocido por ocasionar la muerte a Julio Aparici “Fabrilo” el toro de nombre “LENGUETO”, lidiado en Valencia el día 27 de Mayo de 1897, no emborronando por ello el historial de la vacada en manos del Sr. de la Cámara. Don José María de la Cámara, vende la ganadería en 1906 al Marqués de Guadalest que la traslada al Cortijo de la Compañía, presentándose en Madrid con la divisa del canónigo, el día 27 de Octubre de ese mismo año de 1906, en tarde en que estaban acartelados, Antonio Fuentes, Ricardo Bombita y Rafael “El Gallo”. Es en manos del marqués de Guadalest cuando alcanza la vacada mayor esplendor lidiándose en todas la plazas. El Marquesado de Guadalest es el que más tiempo ostenta la titularidad de la ganadería.
Varios toros de Guadalest pasaron a la historia por unos u otros motivos. Vamos a recordar a algunos de ellos:
CELESTE, negro mulato, lidiado en Valencia el 18 de Octubre de 1925, que por su bravura, mereció los honores de la vuelta al ruedo su cadáver.
RONDEÑO que obtuvo el mismo premio en la corrida celebrada en Toledo, el día 16 de Junio de 1927.
Otros tienen más trágico recuerdo como el nombrado BOMBITO que corneó mortalmente en Sevilla, el día 21 de Abril de 1922, al espada “Varelito” y el también nombrado EXTREMEÑO, de pelo berrendo en negro que hirió a Manuel Baez “Litri”, en la plaza de toros de Málaga, el día 1 de Febrero de 1926, ocasionándole la muerte.
En 1931 el marquesado de Guadalest deja de ser titular de la vacada, ya que la misma es adquirida por el matador de toros Antonio Márquez. Desde entonces hasta nuestros días, varios han sido los dueños del hierro de Hidalgo Barquero, pero la casta por el creada, no se conserva en esta rama, ya que en la actualidad, la ganadería que se anuncia como “GUADALEST” y que ha sido recientemente comprada por el industrial madrileño Fernando Sánchez, esta encastada en “Torrestrella”.

2ª Rama.

¿Pero que ocurrió con la primera venta efectuada por el canónigo Hidalgo Barquero?
Como vimos en 1841 Hidalgo Barquero vende un número importante de cabezas de ganado, concretamente 308, al aficionado de Jerez de la Frontera, Don Joaquín Jaime Barrero, por la suma de 50.000 pesetas. Componían este lote de ganado lo siguiente: 18 toros de saca; 6 cabestros; 3 cabestros de trailla; 105 vacas de vientre; 38 eralas; 24 añojas; 12 añojos y 2 erales.
Suerte tuvo el Sr. Barrero pues uno de aquellos dieciocho toros, de nombre GAZPACHERO, fue destinado a padrear. Este todo dio tan buen resultado que la vacada adquirida por el jerezano, acrecentó la bravura alcanzada en manos de Hidalgo Barquero. No llegó Joaquín Jaime Barrero, a presentarse en Madrid, extremo que si hicieron sus herederos el día 19 de Septiembre de 1853, luciendo sus toros divisa encarnada y blanca.
De este periodo, destacaron los toros de nombre GUAREÑO, negro listón de pelo, que murió desangrado en la plaza de toros de Jerez de la Frontera, el día 15 de Agosto de 1857, tras tomar veintisiete puyazos, dejando sobre el dorado albero, doce caballos muertos; o el llamado LUNARES, berrendo en cárdeno, lidiado igualmente en el coso jerezano, el día 26 de Julio de 1859, siendo estoqueado por José Ponce, tras recibir veintitrés varas.
Los herederos de Barrero transmiten la ganadería a Don Juan López Cordero en 1866, quien a su vez en 1872 la vende a Don José Antonio Adalid, debutando éste en la Capital de España el día 10 de Mayo de 1874, luciendo los toros sobre su morrillo las cintas color encarnada, blanca y amarilla.
La línea de indultos seguida en la época por las reses originarias de este encaste, también aparece en la vacada de Adalid. El toro nombrado CARTERO consiguió el perdón de su vida en la plaza de toros de Cádiz el día 30 de Junio de 1867, tras recibir veinte “caricias” de los montados. Igualmente por su buen juego también eran requeridos los pupilos de Adalid para ceremonias de alternativa. Con el llamado COSTURERO el día 13 de Abril de 1884, se invistió matador de toros el bilbaíno Luis Mazzantini en la plaza de Sevilla.
Adalid se desprende de la vacada en 1884, ya que la vendió a Don José Orozco, quien lidió en Madrid por vez primera a su nombre el día 12 de Octubre de 1884, con divisa encarnada, blanca y caña.
Don José Orozco vende el ganado al bodeguero sanluqueño Don Carlos Otaolaurruchi. Este señor acrecentó notablemente la popularidad del hierro criando unos toros nobles y boyantes. Debutó en la capital de España el 23 de Mayo de 1897, con la misma divisa que su precedesor. Los “otaolas” como eran conocidos en su época, fuerón igualmente de los predilectos de Rafael Guerra “Guerrita”. Por este motivo Otaolaurruchi tiene que soportar al igual de Don José María de la Cámara, las criticas de cierto sector de la afición. Esas críticas hacen que a la retirada del II Califa, la totalidad de la ganadería es vendida a Don Adolfo Gutiérrez Agüera quien la mantiene en su poder solo dos años. En 1910 llega a manos de Don José Domecq Nuñez de Villavicencio y dos años mas tarde el resto, a Médina Gar-vey.
Del lote vendido a Médina Garvey, no ha llegado ningún rescoldo hasta nuestros días, pues tras pasar sucesivamente a Flores Tassara, hoy encastada en “murube”, y posteriormente a Marcial Lalanda, fue esquilmada en la Guerra Civil española.
Pero lo desgajado en manos de José Domecq, tras un último retoque dado por este señor, es el que ha dado lugar a las vacadas que en la actualidad ostentan el encaste creado por el clérigo sevillano.
Este último toque, más bien una recreación de lo que ya había hecho Hidalgo Barquero, consistió en la adición de vacas de Surga (origen vazqueño a través de Antonio Mera cruzadas con toros de Murube) y sementales de Tamarón, presentándose Don José Domecq en Madrid, el día 10 de Septiembre de 1916.
El Sr. Domecq, se desprende de la vacada en 1924 cuando la transfiere a Don Antonio Peñalver, siendo su viuda quien se la vende a los catalanes afincados en Cabra (Córdoba) Don Luis y Don José Pallarés Delsors, iniciándose la relación del encaste Hidalgo Barquero con la ciudad de Córdoba.
Los hermanos Pallarés Delsors no solo mantuvieron el nivel alcanzado por sus predecesores, sino que lo elevaron notablemente. Dichos señores se presentaron en Madrid, con divisa azul y blanca, el día 12 de Julio de 1.931, en cartel formado por Pepe Ortíz, Rayito y Palmeño. Los Sres. Pallarés fueron unos excelentes ganaderos llegando a poseer en la finca “La Nava”, sita en tierras gaditanas de Villamartin, más de 800 cabezas de ganado consiguiendo triunfos resonantes en la época en que fueron criadores de bravo. El día 15 de Agosto de 1935 venden la totalidad de la ganadería a su “paisano” el egabrense Don José Benitez Cubero.
Es aquí donde hay que hacer un punto y seguido, pues la ganadería de Benitez Cubero, es la matriz de las vacadas de Hidalgo Barquero de nuestros días.

11/11/2009

CUANDO EL RIO SUENA, AGUA LLEVA

Suben Guadalquivir arriba rumores del cartel inaugural de la temporada en la Real Maestranza sevillana. Desvelado recientemente el acercamiento del mesias JT y la empresa hispalense, el de Galapagar se presupone fijo en el cartel del Domingo de Resurrección. El tema es conocer sus acompañantes rumoreandose que los mismos serán Morante de la Puebla y un tercero que saldrá de la dupla José María Manzanares y Daniel Luque. Sobre los toros a lidiar, estando 'Pepe Tommi' acartelado, lo más normal es que pertenezcan a la ganadería de Núñez del Cuvillo. Esto es lo que se habla, ahora solo hace falta que el tiempo, que todo lo consolida, nos diga si este rumor es de verdad la antesala de la noticia.

11/10/2009

PREMIOS PARA JOSE MARIA TEJERO Y GALLO CHICO



Sabido es por todos, que nuestra amada fiesta, es una fiesta de contrastes. Esto la hace única e irrepetible, por ello todo lo que en ella ocurre está revestido de grandeza y verdad. De la gloria se puede pasar a la tragedia, y de ésta última se puede pasar a la primera. Por ello nos alegra sobremanera que el torero cordobés José María Tejero, a las ordenes de Enrique Ponce, quien sufrió durante la pasada feria de Albacete un lamentable percance, sea ahora noticia por haber sido reconocido “Andaluz del Año” por la Casa de Andalucía de Teruel, por su intachable trayectoria profesional. El gran subalterno cordobés recogió el premio de manos del alcalde de la capital turolense, el pasado día 7 del corriente mes, en una cena de gala, celebrada en el salón de actos que tal entidad posee en la bella capital aragonesa. Igualmente en el transcurso de citada cena, José María, recogió otro premio destinado a su hermano Fernando, actor de gran éxito en nuestras pantallas. Antonio, José María y Fernando Tejero, tres hermanos que pasean con orgullo el nombre de Córdoba y hacen gala de su cordobesismo allá por donde van.
En otro orden de cosas, el poderdante de José María Tejero, el novillero cordobés Andrés Jiménez “Gallo Chico”, recogió en el día de ayer, 9 de noviembre, del premio que anualmente otorga la Tertulia Taurina “Tercio de Quites”. Este galardón instituido para premiar al novillero sin picadores triunfador en la feria de mayo cordobesa, consiste en un capote de brega. José María Tejero se encuentra planificando la próxima campaña del novillero cordobés, teniendo ya cerradas algunas fechas en plazas del norte de España. Igualmente “Gallo Chico” viajará en fechas próximas a tierras aztecas donde está previsto que actúe en plazas mexicanas, donde José María le está cerrando algunas fechas. Suerte al joven novillero cordobés, quien con su personalidad ha ilusionado a la afición cordobesa.

11/03/2009

LOS RELATOS DE RAFAEL EL VAQUERO. El toro del Conde.


Este año el otoño se está haciendo de rogar. A las alturas que estamos y todavía andamos con mangas de camisa. Luego ocurrirá lo de siempre, que el invierno nos sorprenderá de repente. Mientras llega o no llega, la vida para nuestro amigo Rafael, viene siendo igual. Me lo encuentro cuando voy camino de casa y él se dispone a tomarse su copita de mediodía. Sin perder jamás su apostura, Rafael camina despacio, con mucha parsimonia. Un pantalón de mil rayas, precisamente planchado por su sobrina Lola, su camisa blanca y una chaqueta finca de color azul marino, le da cierto aire aristocrático. Luego sus botines de piel y su gorrilla campera le delatan, pero no le restan un ápice a su señorío.
- Rafael buenas tardes, a tomar una copita, ¿no?
- Hombre amigo, justamente voy a la taberna. Si no tiene usted mucha prisa le convido.
- Pues Rafael, hoy va a ser el día. Le acompaño y charlamos un ratito que hoy se me han antojado unos boquerones fritos, así que el ‘tapeo’ corre de mi cuenta.
Entramos y nos sentamos en una mesa apartados del bullicio que suelen tener las tabernas a mediodía. Pedimos un par de vasos de fino. Yo lo pido frío. Rafael, como siempre del tiempo, o sea a temperatura ambiente. Se queja Rafael del tiempo, de lo que está tardando este año en llegar las lluvias y el fresco.
- Este calor este año se está ya poniendo ‘pesao’. Otros años ha pasao igual, pero éste, la cosa se pasa ya de castaño oscuro.
- Es verdad Rafael, aún recuerdo el día de los Santos de 1984 que aunque llovió un poco por la mañana, por la tarde apretó el calor de lo lindo.
- Ese día hubo una novillá por la mañana. Si no recuerdo mal se presentó con picadores Rafael Gago y cortó cuatro orejas si la memoria no me falla.
- Efectivamente con ganado de Buendía que salió buenísimo.
- Eso de ‘santacoloma’ no fallaba, al igual que lo del Conde.
Aunque se a que Conde se refiere Rafael, no dudo en hacerme el tonto para ver si me cuenta alguna historia de las suyas.
- ¿A que conde se refiere usted Rafael?
- A que conde va a ser, al de la Corte. Uno de los mejores ganaderos de España, por no decir el mejor.
- Es verdad Rafael, no había caído.
- Pues no caer en eso y en un aficionao de su calidá es pecao mortal.
- Rafael, se me había ido el santo al cielo. Seguro que recuerda alguna anécdota de algún toro relacionado con el Conde de la Corte.
- Claro, no me voy yo a acordar del toro “Treintaydos”. Vaya día de difuntos que nos hizo pasar, por un momento nos hizo temer lo peor.
- Cuente, Rafael, cuente.
Le digo al camarero que nos rellene los catavinos y que nos traiga medía ración de boquerones en adobo. Rafael bebe un sorbo de forma suave y comienza su historia.
- Hubo una época que la ganadería del Conde de la Corte estaba en tan buen momento, que raro era el ganadero que no le compraba un semental con el objeto de mejorar lo que ya tenia en su casa. En la mayoría de las cosas el toro ligaba, solo hubo en la historia un toro del Conde que dio mal. El toro que Arranz le compró a buen precio. Ese fue el único que no hizo nada bueno en la ganadería.
- Es cierto Rafael, la ganadería de Arranz la hizo el famoso “Filibustero” de Graciliano Pérez Tabernero, el del Conde fue un fiasco.
- Bueno, al lío. Trabajaba yo de vaquero en una ganadería que por discreción me voy a callar. El ganadero estaba deseoso de padrear sus vacas con un toro del Conde de la Corte, pero ni tenia dineros ni influencia alguna para conseguirlo.
- Es verdad Rafael, si había demanda el conde tenía que pedir muy buenos dineros, y eso obviamente eso no estaba al alcance de todos.
- Efectivamente. Mi jefe se las ingenio y a base de insistir mucho a su intimo amigo el Gobernador Civil, logró que otro ganadero amigo común de ambos, y que años antes le había comprado al Conde un toro, se lo emprestase para una cubrición.
- Tráfico de influencias Rafael.
- Claro, para eso se tenían conocimientos muy importantes. El caso es que aquello tenía que llevarse mu en secreto. A nadie le interesaba que el negocio saliera a la luz. Ni a mi jefe, ni al ganadero que prestaba el toro, ni al mismísimo Conde. Total que el día que estaba previsto que el toro llegara a la finca, todos estábamos advertidos que todas las labores tenían que llevarse de una forma discreta, por lo que preparamos un cerrado que no se utilizaba y que estaba a la espalda del cortijo. Tan escondio estaba ese cerrado que únicamente se podía entrar atravesando el cortijo, por eso no se utilizaba.
- En fin Rafael que todo fue como una película de espías.
- Efectivamente. El toro cuando llego era un dije. Fino de cabos, mu bien hecho, rematado y con el aparato que tienen por delante los del Conde. Aquello no era cuna, era una cama de matrimonio. Pues cuando el animal entro a su nueva casa le esperaban en el cerrado tres bueyes que dispusimos para que no se encontrase solo.
- ¿Qué bueyes se utilizaban Rafael?
- En esa casa había una parada de bueyes berrendos en colorao que era la envidia de la comarca. Es más incluso de fuera de la provincia. Bueno, pues tres de ellos se pusieron en el cerrao para no tener a la joya sola.
Rafael para de hablar, cogé un boquerón se lo echa a la boca y lo saborea, rematando con un sorbo de fino de montilla moriles.
- Todo no va a se hablar Salvador.
Reímos los dos con ganas. Rafael es un buen interlocutor y sus charlas son siempre amenas y distraídas.
- Se me ha olvidao decirte, que el toro llego a casa el día de los Santos que ese año cayo en sábado, y eso significaba que los seis hijos de mi señor jefe estaban por el cortijo haciendo lo que suelen hacer los chicos, jugar, enredar y hacer de cuando en cuando alguna travesura.
- Cuando hay mucho niño, ya se sabe, y más seis ¿no Rafael?
- Estos eran los seis de rabo lagartija, los varones que eran cuatro no paraban de pensar con esas cabezas, las niñas eran más nobles, pero como los hermanos les hicieran algo, con el llanto sacaban de quicio al más pintao. Precisamente uno de los niños fue el que al día siguiente nos dio el susto del siglo, bueno el niño y el toro. Vaya mal rato.
- ¿Qué fue lo que paso Rafael? Vamos que me tiene impaciente.
- Pues el toro dio la noche, no hacia na más de reburdear y quejarse. Seguramente olería a las hembras y muchos toros ya por estas fechas se ponen con el celo mu pesaos. Bueno, por la mañana preparamos los caballos, el ganadero, el mayoral, los cuatro niños varones y yo, nos dispusimos a ver las vacas para tratar de preparar un lote para el nuevo inquilino. En el cerrado de las hembras, Fernandito le dio a su hermano Pepe un garrochazo sin querer queriendo y se lío el conflicto. Al final el agresor que podría tener siete años huyo ante la riña del padre y se nos perdió de vista. Una vez más o menos visto el lote que se podría preparar el toro, nos dispusimos a volver para almorzar.
Rafael calla y vuelve a tomar un sorbo de vino. Sonríe y masculla: ‘mardito niño’. Intuyo entonces que fue Fernandito, el hijo del ganadero, el protagonista junto al toro del Conde de la Corte de la historia.
- Bueno pues al llegar a la casa, vimos que el niño no había llegado. Conociéndolo pensamos que se habría entretenido por el campo con el caballo y que estaría haciendo de las suyas. Quizás hasta preparando la venganza a su hermano por el palo que le dio con la garrocha. El caso es que llego la hora de la comida y el joio niño no aparecía por ningún lao. Desde media mañana hasta las tres y cuarto que eran, había transcurrido mucho tiempo sin que el niño diese señales de vida. Los críos se solían perder de cuando en cuando, pero cuatro horas era mucho tiempo para que un niño de su edad estuviese solo en el campo.
- ¿Qué paso Rafael? ¿Dónde estaba el chaval?
- Salimos de nuevo a caballo y estuvimos viendo por donde solían jugar los críos, pero no dábamos con él. En mitad de la búsqueda y al mirar desde un cerrete, me di cuenta que los tres bueyes que estaban con el toro del Conde, se encontraban fuera del cerrao. Alguien les había abierto el portil, pero era imposible pues tenían que haberse visto atravesar el cortijo. Nos encaminamos hacia donde estaban y el mayoral vio como parte del cercao estaba echao abajo y que el toro tampoco estaba dentro. Imagínese el mal rato. Se había perdido un niño y un toro que en teoría no debería de estar allí nunca también. Al estar intentando reparar el desaguisado oímos en la lejanía la voz de Fernandito gritar: auxilio, socorro. Dimos un salto a los caballos y cual fue nuestra sorpresa ver a aquel maldito demonio en lo alto una encina y el toro del Conde abajo haciéndole guardia. Rápidamente le echamos los bueyes y lo apartamos de allí, cogiendo el ganadero a su hijo que lloraba como una magdalena.
- Rafael, alguna trastada del chiquillo
- Como lo sabe usted. Al volver a la casa tras la riña que le dio su padre, quiso entrar a la casa por la parte de atrás, que lindaba con el cerrao donde estaba el toro. Como él no sabia lo que había allí se extraño y se bajo del caballo. Vio al toro y el mardito crio no tuvo nada más que hacer ejercicio de tiro con el tirachinas tomando como blanco al del Conde. Al recibir el chinazo el toro arvirtió donde estaba su agresor arrancándose y llevándose los ‘alambres’ por delante. La suerte de Fernandito fue que tenía la encina cerca y gateo en ella como una centella, gracias a Dios no hubo que lamentar tragedia alguna.
- Cosas de chiquillos Rafael.
- Efectivamente Salvador, los niños son niños, Fernandito no sabía de la casta del nuevo huésped y pasó un buen susto. Bueno, nos lo hizo pasar a todos.
- ¿Y que pasó con el toro Rafael?
- Pues nada que en enero se le pusieron en ese mismo cerrado sesenta vacas viejas y contrastadas, ligando con ellas de forma inmejorable. Es más de esas crías se sacaron dos sementales. En junio cuando fue quitado de las hembras “Treintaydos” volvió a casa de su dueño como si nada hubiera pasado. Lo que si está claro es que los toros de aquel cruce cuando los veían los apoderados y toreros en los corrales, al ver lo aparatoso de las cornamentas, siempre preguntaban al mayoral o a alguno de nosotros ¿seguro que en tu casa no se ha puesto un toro del Conde? Nosotros lógicamente decíamos que no, pero por dentro nos remordía la concencia pero aquello se tenía que mantener en secreto por órdenes del jefe.
Terminamos de apurar nuestras copas. Salimos y Rafael vuelve a quejarse del clima. Los calores este año no se van. Pienso que así es mejor, mientras el tiempo sea benevolente Rafael andará de arriba para abajo, y así será más fácil que me cuente las vivencias que tuvo en sus años de vaquero de reses bravas.

11/01/2009

GAVIRA RECOGE EL PREMIO TOROCORDOBA AL TORO MAS BRAVO



En la noche de ayer se hizo entrega al ganadero gaditano Salvador Gavira, del primer premio al toro más bravo de la feria de mayo de Córdoba. Este galardón instituido por el blog taurino TOROCORDOBA (http://torocordoba.blogspot.com), que regentan nuestros queridos compañeros en la labores informativas Juan Plata y Alicia Rosado, pretende premiar cada año al toro más bravo que se lidie en la feria de mayo cordobesa. En esta primera edición y tras el fallo del jurado, este novel galardón ha recaído en el toro de nombre “NOTARIO” número 40, nacido en febrero de 2005, de capa negra y 505 kilos de peso. Dicho animal fue lidiado y estoqueado por el matador de toros Miguel Ángel Delgado, la tarde de su alternativa el pasado día 29 de mayo.
El acto que tuvo lugar en el Restaurante Maestre de La Carlota (Aldea Quintana), contó con la presencia de Rafaela Crespín, alcaldesa de La Carlota, el secretario de organización de PSOE-A, Rafael Velasco; de los matadores de toros Curro Jiménez y Miguel Ángel Delgado, del novillero Iván de Aguilera; del prestigioso cirujano Eliseo Morán; de los compañeros de la prensa taurina como Juan Antonio Jiménez (Canal Sur Radio), Alejandro Rodríguez (Revista La Montera), Rafael Cobo (Diario Córdoba) y Ladislao Rodríguez (Director de la Revista La Montera) y los empresarios taurinos Celia Jurado y Andrés Mora. Igualmente asistieron numerosos aficionados de la capital de los Califas, entre los que podemos destacar entre otros a José Luis Sánchez Cuevas, María Teresa Rodríguez y su marido Paco y del entrañable amigo Pepe Diéguez.
El ganadero premiado agradeció a los presentes el galardón y dedico unas emotivas palabras a su padre, de quien dijo, se encuentra presente en todo el trabajo que se realiza en la ganadería. También manifestó que toros así son los que dan vida y pujanza a la fiesta nacional, así como la falta de sensibilidad que tuvo el palco a la hora de premiar al toro con una postrera vuelta al ruedo.
También se tuvo una atención con el fino espada astigitano Miguel Ángel Delgado, quien recibió un recuerdo de manos de la alcaldesa de La Carlota, Rafi Crespin, agradeciendo igualmente a todos tal reconocimiento.
Posteriormente y en un ambiente distendido y cordial, se sirvió una copa de vino y unos suculentos productos de la tierra, continuando la animada tertulia hasta altas horas de la madrugada.

FOTOS: LADIS