8/30/2015

MANOLETE EN EL RECUERDO

Manolete, junto con José Luis de Córdoba, a su derecha, y Rafael Gago, a la izquierda.

José Luis Sánchez Garrido y Rafael Gago Jiménez, quienes apreciaron pronto lo que aportaba el diestro fallecido hace ahora 68 años en Linares, publicaron su primera biografía en el año 1943.

El verano pasa poco a poco. Sin hacer ruido, de puntillas. Celebramos con júbilo el anual descanso estival, cuando acordamos estamos de nuevo en lo cotidiano. El verano pasa, con sus rigores, en un abrir y cerrar de ojos. Agosto es la antesala de un mes de septiembre que nos devolverá a la realidad. Atrás quedaran los días de ocio, las jornadas de descanso y de fiesta. Agosto pasa despacio, pero al llegar el día 28 una sombra alargada siempre se hace presente. Han transcurrido sesenta y ocho años de su muerte, pero la hierática figura de Manolete vuelve para recordarnos quien fue el torero que llevo al toreo a su máxima expresión.

La figura de Manolete emerge cada mes de agosto. La tragedia de Linares se hace presente a pesar de los años que han pasado. Todo el mundo habla de mito cordobés. Los más mayores rememoran lo que estaban haciendo cuando saltó la noticia de su muerte. Aún hoy los homenajes a la figura del califa de Córdoba se suceden. Actos de todos tipos se celebran por la ciudad de Córdoba. En muchas plazas aún se guarda un minuto de silencio en su memoria. Curiosamente este año en Linares, han sido los noveles los que han recordado al héroe muerto. Los valores de la fiesta están en receso y este año no ha sido viable un festejo mayor, con figuras en el cartel, en el añejo coso de Santa Margarita, aunque no por ello Manolete deje de estar presente un año más.

No me gusta la exaltación de la tragedia, aunque ella le de grandeza a una fiesta ancestral y única. Prefiero recordar a Manolete durante el mes de julio. Mes donde vino al mundo, el día 4 de 1917, y también cuando ingresó en el escalafón de matadores de toros, el día 2 de 1939, cuando recibió la alternativa de manos de Chicuelo en el dorado albero hispalense. Es ahí cuando Manolete entra en el Olimpo de los elegidos, pues es él quien pondrá las bases y desarrollará el toreo que aún hoy, sesenta y ocho años después de su muerte, está vigente. Fue Manolete quien trajo la quietud, las series de muletazos ligados, el esquema de faena actual. Manolete culmina lo que apuntaron los que lo precedieron. Aúna la estética de Lagartijo, el poder de Guerrita, la contundencia estoqueadora de Machaquito y los conceptos revolucionarios aportados por Gallito y Belmonte en la llamada Edad de Oro del toreo. 

Manolete pasó desapercibido para los revisteros de la llamada Edad de Plata. Su debut en Tetuán de las Victorias fue muy criticado. Le acusaron de codillero y torpe; eso sí, ensalzaron sus virtudes y verdad con el acero en la suerte suprema, verdad que le llevo a su prematura muerte. Pero pronto Manolete fue desarrollando su destino. Pronto se comenzó a ver que traía algo nuevo, algo innovador, algo que no se había visto hasta entonces. Era un nuevo concepto torero que no paso desapercibido. Manolete entra en la élite de los elegidos.

Muchos creerán que la figura de Manolete fue reconocida después de su muerte. Se equivocan. Su figura fue reconocida mucho antes. Su pasodoble, obra de Orozco y Ramos, es estrenado cuando Manolete era aún un novillero prometedor en vísperas del doctorado, el día 19 de marzo de 1939. Años más tarde, con el torero ya fallecido, el director de la banda de música Lepanto número 2, Gámez Laserna, se inspira en la pieza para el segundo movimiento de su suite Impresiones cordobesas, titulado Elegia a Manolete. Fueron más músicos los que compusieron en honor del Monstruo de Córdoba. Teresa Teixidor nos lega la marcha procesional Paz Eterna en su memora, y los más afamados copleros de la época canta, y continuán cantando, a su figura.

Manolete también ha sido fuente de inspiración de escritores. Muchos han escrito sobre él. Contemporáneos y extemporáneos. Aún se sigue escribiendo y reescribiendo su biografía. Como torero y como hombre que marcó una época. No habían transcurrido tres años desde su doctorado como matador de toros cuando ve la luz su primera biografía. Libro que sirvió de base y fue fuente para los que vinieron después. José Luis Sánchez Garrido y Rafael Gago Jiménez fueron sus autores. Ambos concibieron la obra en la etapa novilleril de Manolete y trabajaron codo con codo para que viera la luz, prologado por Rafael González Madrid MachaquitoMucho se ha escrito de Sánchez Garrido, quien popularizó el nombre de José Luis de Córdoba, pero muy poco de su compañero, de periódico y profesión, Rafael Gago Jiménez. Gago era hijo de un notario granadino muy amante de literatura, pasión que heredó su hijo, quien se dedicó a las letras a través del periodismo. Rafael Gago llego a nuestra ciudad en la década de los años veinte y empezó a formar parte del diario La Voz, para después continuar su labor en los periódicos Azul y Córdoba. Su dedicación y amor por las letras le llevaron a ingresar en la Real Academia de Córdoba y formar parte de la primera directiva de la Asociación de la Prensa cordobesa. Una de las calles de nuestra ciudad lleva su nombre en reconocimiento a su labor en pro de la prensa cordobesa.






8/28/2015

MANOLETE, 68 AÑOS DESPUES






"Elegia a Manolete", segundo movimiento de la suite "Impresiones cordobesas" del compositor Pedro Gamez Laserna, interpretada por la Orquesta de Córdoba dirigida por el maestro Francisco Javier Gutíerrez Juan en el Salón Liceo del Real Circulo de la Amistad de Córdoba.

8/23/2015

QUÉ FALTA HACE UN NUEVO ANTONIO BIENVENIDA


Los ataques de los antitaurinos y animalistas y el daño que se hace a la fiesta de los toros desde dentro han hecho que se eche en falta a aquellas figuras del toreo que perseguían el fraude

Anda la fiesta enrarecida por muchos motivos. El principal quizá sean los ataques furibundos que recibe desde fuera. Ataques de toda índole, políticos y animalistas principalmente. Estas agresiones, porque se trata de agresiones no solo a la fiesta de los toros si no también al público que gusta de ellas, están trascendiendo en exceso a una sociedad urbanizada y que desgraciadamente permanece ajena a una fiesta única por sus valores e historia. Posiblemente el desconocimiento de la tauromaquia sea el conducto que hace que esta corriente esté de moda, y gane adeptos entre mucha gente que de conocer lo que encierra el toreo pudiera tener una actitud, aún sin gustarle, sería más condescendiente con la fiesta de los toros. 

Por otro lado, está la picaresca que rodea al mundo del toro. Las triquiñuelas de todos aquellos que solo buscan rebañar un duro de una fiesta de la que se sirven. Ardides que en muchas ocasiones evidencian su poca capacidad y ética para vivir de ella. Exigen el mínimo esfuerzo al máximo coste, sin importarles para nada el espectador que se sienta en un tendido, pagando en ocasiones una elevada suma por una entrada. Nada nuevo bajo el sol. Siempre cocieron habas. Los privilegiados impusieron sus condiciones a pesar de su solvencia. Un percance a destiempo y en plena temporada suponía, y todavía supone, dejar de ingresar durante el tiempo que se esté convaleciente. El remedio para evitar todo esto no es otro que la manipulación fraudulenta de las astas y pitones de los toros. 

Siempre se afeitaron los pitones de los toros. En algunas épocas más y en otras menos. Dependiendo quien tuviera la sartén por el mango. Recomiendo el último libro de Domingo Delgado de la Cámara donde lo cuenta con pelos y señales. El fraude siempre existió y todavía existe, a pesar de una legislación que no se aplica nunca en este aspecto. ¿Cuántos pitones se mandan a analizar en la actualidad? ¿Cuántos expedientes sancionadores se promueven por presunta manipulación de las astas? La respuesta es simple. Pocos o ninguno.

El afeitado campa a sus anchas. Los testimonios gráficos salen a la luz tarde tras tarde. La facilidad al día de hoy para tomar una fotografía y difundirla en redes sociales, muestra las fechorías de los barberos del siglo XXI, que por cierto han perdido la habilidad de los que los antecedieron en tiempos pasados, pues su trabajo es burdo y vulgar. Ante ello nadie dice nada. Los aficionados callan y asumen. Dan por perdida la guerra. Solo los más puristas continúan en la trinchera cada vez más solos, ante el abuso de los que manejan la fiesta entre bastidores. 

Lo malo de todo esto es que al final el toro sigue cogiendo e hiriendo. Es más, la herida producida por un toro arreglado suele ser más grave y sucia que la que produce un toro en puntas. Como alguien escribió, el afeitado no es más que un aliviadero psicológico. Es algo que hace que se pueda estar más relajado ante el toro, pero como este te coja y te atrape los resultados pueden ser los contrarios a los esperados.

Nadie dice esta boca es mía. Los de arriba porque mandan. Los de abajo porque enfrentarse a los de arriba les supondría estar peor de lo que ya están. Todos callados y todos contentos. Pero es hora de que alguien diga basta. En estos tiempos grises, no se puede defraudar ni al público, ni tampoco mutilar al toro. Hace falta alguien que denuncie lo que nadie quiere, o se atreve, denunciar en público. 

Me viene a la memoria la figura de Antonio Bienvenida. Un torero largo, poderoso, dominador. Un maestro. A principio de los cincuenta disminuyó su cotización y su cartel. En 1952 toreó en Madrid una corrida seria, muy seria, y sobre todo astifina, del conde de la Corte. Bienvenida y sus compañeros aquella tarde, Manolo Carmona y Juan Silveti, triunfaron rotundamente saliendo a hombros por la puerta grande de Las Ventas. Es cuando el crítico taurino en Radio Madrid, Curro Meloja, denuncia el fraude del afeitado. Antonio Bienvenida manifestó en las ondas: "He sido el primero en haber toreado toros afeitados, como todos. Por el futuro de la fiesta y para mantener su grandeza debemos exigir a la autoridad que controle este infame fraude de la manipulación de los toros." 

La autoridad tomó cartas en el asunto. Se persiguió el fraude. La afición se puso a favor de Bienvenida, pero las figuras del momento, Aparicio, Litri u Ordóñez entre otros, lo vetaron. Bienvenida fue relegado a carteles menores donde continuó demostrando su habitual maestría y la satisfacción de haber roto una lanza en favor de la fiesta. Poco a poco las aguas fueron volviendo a su cauce, aunque el afeitado continuó apareciendo y desapareciendo como el Guadiana.

Sería interesante que apareciera alguien que emulara a don Antonio Bienvenida. Que se rebelara ante los compañeros que hacen y deshacen. También hacen falta críticos como Meloja, capaces de sacar los colores a lo más granado del escalafón y no callen ante sus tropelías, decir que los que nos rebelamos somos tachados de integristas y anacrónicos. Y sobre todo hace falta una autoridad que haga cumplir la legislación persiguiendo a todos aquellos golfos que viven de la fiesta de forma fraudulenta. Difícil empresa a día de hoy, ¡pero que falta está haciendo ya un don Antonio Bienvenida¡

8/21/2015

PRESENTADA LA CORRIDA DE TOROS DE BELMEZ


Hace unos momentos, en el Salón de actos de la localidad cordobesa de Belmez, se ha presentado el cartel de la corrida de toros que se incluye dentro de las actividades programadas por el consistorio para su Feria y Fiestas 2015, en honor de la Patrona de Ntra. Sra. De los Remedios.

El 12 de septiembre, a partir de las 6’30 de la tarde, harán el paseíllo los matadores de toros, Antonio Ferrera, Curro Díaz y David Galván, antes seis toros de la ganadería de Jódar y Ruchena.

El cartel ha sido presentado por el alcalde de Belmez, José Porras, el responsable de la concejalía de Cultura, Festejos y Participación Ciudadana, Antonio Ángel Perea, y el responsable de Toros Santamarina, Enrique Cabello ‘Santamarina’.

En cuanto al precio de las localidades, que comienza su venta el próximo lunes 24 de agosto, en el Ayuntamiento de Belmez en horario de 10 a 14 horas y el día del festejo en las taquillas de la plaza de toros desde las diez de la mañana, son para el Sol: Tendido general, 25 euros; especial jóvenes (de 14 a 25 años) y jubilados, 20 euros; niños, 5 euros; y barrera numerada: 40 euros. Y los de Sombra: Tendido general, 30 euros; especial jóvenes (de 14 a 25 años) y jubilados, 25 euros; niños: 10 euros; y barrera y palcos: 40 euros. En cuanto a lo que se refiere a las entradas especiales (jóvenes, jubilados y niños), se pondrán a la venta en número limitado.


Por último, añadir que se ha dado a conocer que se va a celebrar el mismo día del festejo I Encuentro de Peñas Taurinas ‘Ciudad de Belmez’, y que será presentado en breve.

8/18/2015

HOMENAJE A TOMAS MORENO EN BELMEZ


El próximo día 29 de agosto tendrá lugar en Belmez, un merecido homenaje al torero local Tomás Moreno, quien gozó de ambiente en el panorama taurino y la década de los 70 y 80.
El acto constará de varios apartados reflejados en el cartel que se acompaña.

8/16/2015

LA UNIÓN DE TODOS HARÁ LA DEFENSA MÁS FÁCIL Y PODEROSA


El rito sacrificial del toro es difícil de comprender en una sociedad que se ha alejado del contacto real con la muerte Desconocimiento e intereses foráneos son los grandes enemigos de la fiesta

Muchos están empeñados en matarla. Razones diversas abogan por su desaparición. Morales, éticas conservacionistas y políticas, todas respetables pero todas carentes de un fundamento serio y coherente. El caso es que atacar la tauromaquia es políticamente correcto y todo ataque a la misma está bien visto por una sociedad urbanita que toma un concepto ecologista idealizado en exceso. Malos tiempos para la última gran fiesta milenaria de la cultura mediterránea, donde el atavismo del hombre, su lucha a muerte contra la fuerza bruta de la fiera, está presente desde tiempo inmemorial en nuestro código genético.

La muerte forma parte del ciclo vital: todo ser vivo está predestinado a ella. Es el fin, el punto final. El hombre ha querido poner una máscara al fin de la vida. La sociedad se ha vuelto aséptica en cuanto a la muerte. Atrás quedó el tiempo donde el ser humano, desde su niñez, tenía un contacto real con el final. Se sacrificaban los animales para servir de alimento en fiestas familiares donde los niños asimilaban que el cerdo o el pollo estaban destinados a terminar en la mesa familiar. Hoy nuestros hijos se han acostumbrado a ver al pollo muerto, desplumado y plastificado en las bandejas de las grandes superficies. Esos mismos niños que convivían cotidianamente con sus abuelos viéndolos envejecer, morir y ser velados en familia, en la casa. Hoy el contacto con los mayores en sus postreros momentos es en las salas de hospitales y tanatorios, algo frío y artificioso.

Por eso hoy en día es difícil, muy difícil, de comprender el rito sacrificial del toro de lidia en una plaza. La tauromaquia y la muerte van unidas de la mano; es la grandeza del rito. En el toreo el hombre muere de verdad, al igual que lo hace el toro, en una lucha desigual entre hombre y bestia. Puede resultar anacrónico pero es la realidad y a su vez es el carácter diferencial que hace al toreo un valor de España, le pese a quien le pese. 

Desconocimiento e intereses foráneos, movidos por no sé qué razones, son los grandes enemigos externos de la fiesta. Los que alegan está subvencionada con dinero público, callan y no dicen quien está sufragando desde el extranjero las campañas para destruir y abolir una fiesta llena de valores culturales, antropológicos y artísticos. Resulta difícil entender porqué razones un ciudadano de los Países Bajos irrumpe en un ruedo tarde tras tarde, rozando una actitud provocadora ante la pasividad de las fuerzas del orden, en defensa de un animal desconocido en su cultura natal. También resulta extraño que otros, humanos dicen, deseen la muerte a un semejante por el mero hecho de ejercer como oficiante en una liturgia legal y declarada bien cultural por los representantes del pueblo español. 

La muerte está presente en el ruedo. La tragedia volvió a sobrevolar una vez más la plaza. A pesar de la pérdida de rusticidad del toro, por disminuido que esté en su carácter físico y psíquico, el animal siempre entraña peligro. Un animal pequeño y del llamado encaste, o descaste, mayoritario prendió de fea manera en Huesca a Rivera Ordóñez ocasionándole una herida de extrema gravedad. El tiempo pareció retroceder y la imagen de hace 31 años en Pozoblanco se hizo presente en la mente de todos. La fortuna y la suerte, el milagro para los que somos creyentes, marcaron la trayectoria del pitón en el abdomen y el final luctuoso no fue el mismo. El hijo de Paquirri se recupera en un hospital mientras gente de poco escrúpulo le desea una muerte por el mero hecho de ejercer su profesión. ¿Hacia dónde camina el ser humano cuando desea la muerte de sus semejantes?

La fiesta en su historia siempre ha sido discutida. Hubo tiempos que incluso fue prohibida por reyes que no comprendieron su enraizamiento en el pueblo español. También hubo bulas papales condenándola que los españoles no aceptaron imponiendo sus gustos y tradiciones. Está documentado que tras la muerte del cordobés José Dámaso Rodríguez Pepete, el Senado español trató en una sesión la supresión de las fiestas de toros. La fiesta siempre salió triunfante. 

El principal enemigo de ésta es la pérdida de sus valores reales. También de la falta de importancia de la materia prima, que es el toro. El toro debe de salir íntegro y fiero, es la única solución, porque visto el reciente percance de Huesca por muy disminuido que esté, puede acabar con la vida de un hombre en un abrir y cerrar de ojos. Hace falta también unidad de todos los estamentos que conforman el toreo. Mal se hace mirando para otro lado, o haciendo cada uno la guerra por su cuenta. La unión hace la fuerza y es hora de formar un frente común para su defensa. Si el toreo no se une, desde fuera se recrudecerán los ataques ante la debilidad que se muestra desde el interior. Sería triste no defender la fiesta de los toros por los que forman parte de ella, veríamos nuestras plazas, algunas centenarias, convertidas en recintos de copas y baile para los hijos de la sociedad aséptica que hemos creado.