La plaza de toros de Córdoba cierra sus puertas el próximo día seis de octubre. Un festejo que puede suponer el fin de un ciclo y el inició de otro. Taurotoro que termina contrato, ha manifestado que quiere continuar la plaza. La alternativa por ahora, está en una empresa netamente local, comandanda en lo taurino por Fermín Vioque, aunque la rumorologia apunta que otros empresarios, caso de Paco Dorado y Justo Benítez, también han mostrado a la sociedad propietaria su interés. Pronto, unos y otros mostraran sus cartas, sus proyectos, sus ideas e ilusiones para que la Córdoba taurina remonte el vuelo. Empresa que se antoja difícil, ya que la otrora e importante Córdoba, ahora no es más que una sombra, que como un alma en pena, tiene muy poca repercusión en el panorama taurino. Valga el símil futbolístico, Córdoba es de tercera regional. Pero para que esta ciudad vuelva como el ave Fénix, lo que hace falta es que se cuide lo primordial. EL TORO. Si sale el toro, la fiesta gana, con ello la empresa y sobre todo la afición también. Hay que abrir encastes, traer las ganaderías que estén en mejor momento, pero ojo, con corridas acordes a la categoría de la plaza, no con saldos, ni con limpieza de cercados. Toros íntegros, en puntas, en tipo. Si esto se consigue, la plaza ya tendrá una categoría ahora perdida. Para demostrar que Córdoba es plaza de primera, solo tiene que saltar a su ruedo un toro de primera. Y con este toro de primera, se verá en el ruedo quienes son los espadas de primera. ¡Basta ya de milongas! El toro es el sostén de la fiesta. Los toreros pasan, pero la figura del toro, tótem ibérico, siempre estará ahí. Ahí esta la categoría, en el toro, lo demás, cuentos.
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