Fue una de las noticias agradables del pasado domingo. El triunfo de la vida sobre la muerte, siempre es motivo de alegría. Para el amante del toro bravo, ésta es mayor aún si con la bravura, la raza y la casta alguno resulta indultado. Mucho se ha hablado del indulto. Desde su reglamentación en la normativa de 1992, el perdón de la vida al toro, siempre ha resultado polémica. Detractores y partidarios, como siempre en la fiesta. Personalmente hemos mantenido que el indulto bien argumentado es positivo. También que se ha convertido en un gran marketing para publicitar una ganadería, lo que ha hecho que en muchas ocasiones se haya desprestigiado este galardón por buscar el ganadero más su protagonismo que un raceador para su vacada.
El domingo un toro de nombre “Anegado” se ganó el derecho a vivir. Pertenece al hierro de Julio de la Puerta, número 160 guarismo 4. Hijo de “Mensajero”, número 111 guarismo 0 (2.000) con el hierro de “Fuente Ymbro” y de “Anegada”, número 563, guarismo 0 (1.990). Desgraciadamente no pude asistir a su lidia, por lo tanto solo puedo hablar de oídas. Los que estuvieron y me cuentan coinciden. “Anegado” fue de verdad un toro bravo.
Ayer pude visitarlo en el campo donde se recupera de sus heridas. Los ganaderos que comentan que el toro es hijo de un novillo tentado a campo abierto por ellos mismos en los llanos de “Los Romerales”, donde pasta la ganadería de “Fuente Ymbro”, y que su propietario y amigo Ricardo Gallardo, tuvo el gesto de vendérselo. La madre “Anegada” es una de las vacas estrellas de la casa. Muchos han sido sus productos de calidad y bravura. La reata de “Anegado” es de las que se pueden considerar como superior. Respecto a su juego ratifican lo que otros me comentaron. Conozco a los ganaderos desde hace tiempo y se también de sobra que son escrupulosos en relación al ganado que crían, siguiendo las directrices que en su día les marcara su padre, al que también tuve el gusto de conocer y que era un ganadero de los pies a la cabeza. Hoy por hoy, en la ganadería de Julio de la Puerta no se busca notoriedad con un indulto, ni una publicidad gratuita a costa de él. En esa casa siempre se ha buscado el toro bravo y encastado. Si me dicen que “Anegado” fue bravo, de seguro que fue así. Ahora solo hay que esperar que sane y que ‘ligue’ para perpetuar las características de su raza en el campo bravo y dar gloria a una ganadería que está en alza.
1 comentario:
En primer lugar felicidades a esos pedazos de ganaderos, su trabajo se ve recompensado con éste indulto, el trabajo en el campo es duro pero por triunfos así merece la pena.
Una pena Salvador tu ausencia en la ciudad donde me hice un "profesional", pero seguro que disfrutarás con la descendencia de anegado y con los éxitos que estos ganaderos van a seguir cosechando, otra vez será no te van a faltar oportunidades.
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