GANADERIA: Un utrero de Castilblanco, para rejones, y seis de Toros de Albarreal para lidia a pie. Todos mal presentados, desrazados y sin fuerza. El de rejones un marmolillo.
TOREROS: SERGIO GALAN, rejoneador. (oreja)
ENRIQUE PONCE (ovación)
FINITO DE CORDOBA (oreja)
JUAN BAUTISTA (dos orejas)
EL FANDI (dos orejas)
ALEJANDRO TALAVANTE (palmas)
y el novillero IGNACIO GONZALEZ (oreja)
INCIDENCIAS: Plaza de toros de Córdoba. Festival benéfico a favor de la Asociación Española Contra el Cancer. Media plaza en tarde gris y lluviosa. El festejo comenzó con unos minutos de retraso debido a las labores realizadas para acondicionar el ruedo.
La lluvia parece no dar tregua. Los días pasan y Córdoba cada vez se parece más a cualquier ciudad del norte de Europa que a la antigua capital de la Hispania Ulterior romana. El día amaneció nublado y a la hora del sorteo la lluvia hizo, una vez más este año, acto de presencia. Las inclemencias meteorológicas, que dirían los viejos revisteros, parecía que podían dar al traste con el ya tradicional festival benéfico de la Asociación Española Contra el Cáncer. A la hora del inicio del festejo, la lluvia quiso ser solidaria. Cesó el temporal y tras una rápida y eficaz actuación sobre el ruedo, las cuadrillas, a los sones del pasodoble, Manolete, partieron plaza en este tradicional festejo que sirve para inaugurar la temporada en el Coso de los Califas. Luego, por unas causas u otras, las cosas no terminaron de salir a gusto de todos. Los tendidos no se llenaron como en ediciones anteriores, el mal tiempo y la crisis hicieron que muchos se quedaran en casa. Y en el apartado artístico el pobre juego del ganado fue un obstáculo insalvable para el lucimiento de los espadas, que sólo pudieron demostrar ganas y poco más. Los trofeos obtenidos no se correspondieron por tanto a la realidad, debido sobre todo a un público muy heterogéneo y generoso, así como a una presidencia facilona y sin ganas de contrariar al espectador. No hay que olvidar, que aunque se trate de un festival, el Coso de los Califas es de primera categoría y que la misma hay que cuidarla en cualquier clase de festejo.
Abrió cartel el rejoneador Sergio Galán, que tuvo una discreta actuación. Con buena monta y con algún que otro guiño de cara a la galería, el caballero en plaza sobresalió en dos banderillas ante un animal que acusó sobremanera el castigo recibido en dos rejones, el segundo sobró, y que acabó parado como los Toros de Guisando en detrimento del espectáculo. No obstante, la rapidez con los aceros hizo que la primera oreja de la tarde acabase en las manos de Galán.
Enrique Ponce se estrelló ante un novillo que fue la antítesis de lo que debe de ser un toro de lidia. Manso, rajado y buscando el refugio de las tablas, el de Albarreal no permitió al torero de Chiva absolutamente nada. Cómo sería el animal que un torero con el oficio de Ponce fue incapaz de hilvanar ni un solo muletazo digno de destacar. Son las cosas del toro de hoy. Demasiado se ha buscado la nobleza en detrimento de la casta, y cuando el toro falla, la lidia es inexistente.
Finito de Córdoba volvía a su plaza tras el desencuentro del mayo pasado. Plástico y estético con el capote. Con la muleta logró hilvanar una faena pulcra, de buen corte y en la que surgieron algunos muletazos de calidad. Pero la faena pecó de ser demasiado plana, sin encontrar nunca el punto para terminar de levantar el vuelo.
El francés Juan Bautista se encontró con uno de los novillos semipotables de la tarde. Ante él anduvo voluntarioso, tanto con el capote como con la muleta. La faena tuvo la virtud de la firmeza y las ganas de agradar al público asistente. Destacó en el toreo con la diestra logrando algún muletazo destacable conectando con el tendido gracias a los adornos y remates.
El público está con El Fandi. El Fandi nunca defrauda a su público. Aunque para los aficionados más ortodoxos y puristas, el torero de Granada, no sea un diestro de culto, David Fandila con su particular tauromaquia siempre contenta a los suyos. Recibió a su oponente con una larga cambiada de rodillas en el tercio, para seguir lanceando de forma variada y espectacular. Con las banderillas se volvió a mostrar, una vez más, como un portento de facultades. Encuentra toro en cualquier terreno de la plaza reuniendo los pares arriba con espectularidad y soltura, aunque banderillear realmente sea otra cosa. A la salida del tercer par y al tratar de recortar a su oponente, fue arrollado y sufrió un revolcón que afortunadamente no tuvo consecuencias. Inició el ultimo tercio de rodillas con una tanda que quedo devaluada al derrumbarse estrepitosamente el de Albarreal. Trató de torear en la siguiente tanda dando mucho sitio al animal, pero la falta de fuerzas de novillo fue clave en el posterior desarrollo de la faena. Ante la adversidad El Fandi tiró de recursos y del toreo accesorio para ganarse el favor del tendido, lo que le llevó tras un metisaca y una estocada, a obtener un doble trofeo demasiado generoso.
La afición espera impaciente a Alejandro Talavante. Hace unas temporadas, el torero extremeño, deslumbró. El Talavante visto ayer en Los Califas resultó un torero gris y plomizo. Cierto es que su novillo no fue un buen colaborador, como tampoco lo fueron los de sus compañero, pero la actitud de Talavante resultó demasiado fría. Obviamente sus aptitudes, demostradas en plazas como La Ventas y la Maestranza, son muchas pero ayer en Córdoba no se pudo ver la mejor versión de un torero esperado por muchos.
Expectación había por ver las evoluciones del novillero de la tierra Ignacio González. Tras el buen sabor de boca dejado en Sevilla, Madrid y otros triunfos en plazas menores, existía interés por ver al joven torero que puede abanderar el toreo en Córdoba en los próximos años. Lógicamente Ignacio no tiene el oficio de sus compañeros de cartel, cosa que suplió con las ganas de agradar a todo el mundo, lo que le llevó a pasar algún que otro apuro, pero siempre quiso hacer el toreo de forma clásica y sin arrebatarse como en otras ocasiones las ganas le habían llevado a atropellar la razón en exceso. Destacó sobre todo el concepto. Sobre todo en las primeras tandas, especialmente con la mano diestra, donde cuajo muletazos largos y de buen gusto. Cortó una oreja que paseo cerrando una tarde, en la que la lluvia dio una tregua para que la solidaridad del mundo del toro se hiciese presente un año más con tan noble causa.
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