Nos quieren hacer ver que la fiesta va a cambiar para bien. Los
gestos puntuales de algunos primeros espadas se están vendiendo como una vuelta
a los auténticos valores de la fiesta. Lo malo es que estos no son nada más que eso, unas
fechas justas, señaladas y excepcionales en toda la temporada.
La feria de Sevilla se puede convertir en toda una
muestra de esta nueva corriente, moda o muestra de estos nuevos propósitos. La
encerrona de Manzanares, con toro de “albaserrada” incluido; el mano a mano
entre El Cid y Luque, también con “albaserradas”, o la petición de los Miuras por
parte de El Juli, son la nota predominante de esta nueva corriente de tratar de
justificar cada uno su posición dominante en el escalafón.
Estas gestas, anunciadas a bombo y platillo,
serian a tener en cuenta si luego tuvieran continuidad, no solo en la campaña
que en breve se iniciara, sino en las siguientes temporadas. No vale hacer el
gesto una vez como algo excepcional, sino hacer de estos algo usual y normal en
el planteamiento de quienes dicen, o dicen otros, que ostentan el peso de la
púrpura de la tauromaquia.
De nada valen estos gestos aparentes sino tienen
solución de continuidad. De poco sirve dar la cara ante el presumible toro de
verdad, para luego andar el resto de la temporada con el medio toro, el micro
toro, o el toro “domecqticado” y convirtiendo muchas plazas de toros en “gaches”
lamentables.
No basta solo con esto, hacen falta más cosas. Sobre
todo continuidad y lo que es principal y vital, acabar con el actual “sistema”,
denunciar públicamente el fraude, como hiciera antaño don Antonio Bienvenida,
exigir la diversidad de encastes y su protección, desterrar los vetos y sobre
todo velar por la esencia pura de la fiesta y menos por los intereses propios.
Si esto no fuera así todo lo que se pretende quedaría hueco y sin contenido mientras el fraude siga siendo cotidiano en la fiesta de los toros.
1 comentario:
Encastes importantísimos han muerto de inanición y otros están en camino de lo mismo, fundamentalmente porque éstos que ahora quieren descubrir el toro,lo han propiciado con sus vetos a ganaderías y a compañeros que se los podían merendar en una tarde.
Esta campaña de machadas,tiene pinta de no ser más que un brindis al sol,que habrá que ver qué ganado les sueltan.Todavía recuerdo los Vitorinos del mano a mano de Morante y El Cid.
Ojalá ésto fuera un verdadero compromiso con la Fiesta por parte de los que viven y en muchos casos muy bien de ella.Ojalá hubiese el compromiso y la continuidad debida y exigible durante la temporada, en lidiar y torear al toro,en rescatar la suerte de varas ,el toreo de capa,la lidia de un toro,en definitiva.
Si eso fuera así la Fiesta aguantaría lo que le echen desde fuera.
Tiempo al tiempo y libertad para opinar lo que a cada cual le parezca, según su leal saber y entender.
Y que el venezolano traiga toros a Córdoba.
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