José Tomás vuelve a los ruedos
en la Feria del Corpus de Granada, una plaza que ha sido referente en su
particular carrera.
4/01/2019
NO ES BÁLSAMO DE FIERABRAS
Sin todavía acallarse los comentarios sobre la pasada
Feria de Fallas, o la presentación del ciclo isidril, ha saltado la noticia. Una
noticia que ha convulsionado, como no, a todo el planeta toro.
José Tomás vuelve a los ruedos. El de
Galapagar ha decidido volver, como viene siendo en él habitual, de forma
puntual y fugaz. El suceso, por llamarlo de alguna manera, tendrá lugar el
próximo mes de junio en la Feria del Corpus de Granada, una plaza
que ha sido un referente en su particular carrera.
Una tarde, que la empresa Lances de Futuro que comanda
José María Garzón, prepara para que se convierta, como de costumbre, en todo
un acontecimiento mediático para la ciudad nazarí y todo el
mundo de los toros.
Ese día Granada será un hervidero. Se
agotarán las plazas hoteleras sin lugar a dudas. La ciudad, a pesar de ser
feria, cobrará una vida inusual. El coso maestrante granadino tendrá un lleno
de reventón, posiblemente se duplicarán, o tal vez triplicaran, los abonos del
ciclo feriado. Todos saldrán ganando.
El mesiánico torero, seguro el que más, volverá a ser
el centro de atención de todo lo que se mueva en el mundo del
toro en esas fechas, con una actuación preparada a modo, para que nada falle,
con un cierto aire de originalidad, pero que no deja de ser algo tan puntual
como innecesario en estos momentos, donde la tauromaquia es algo políticamente
incorrecto.
EL MESIÁNICO TORERO, SEGURO EL QUE MÁS, VOLVERÁ A SER
EL CENTRO DE ATENCIÓN DE TODO LO QUE SE MUEVA EN EL MUNDO DEL TORO
Lo mejor de todo esto no es otra
cosa, que la Fiesta volverá a ser, al menos durante algunas horas, un
espectáculo mediático para una sociedad que vive de espaldas al toreo. Luego
todo volverá a ser lo que es. José Tomás, ya se ha visto, no viene a ser ese
elemento revitalizador que precisa el toreo.
Este José Tomás no es más que una anécdota. Un torero
tremendamente mediatizado, encerrado en un personaje creado para mayor
gloria del neotaurino y advenedizos a un espectáculo que precisa muchos
factores para sacudirse de toda la mugre que lo envuelve.
José Tomás vive plácidamente en su retiro. Un retiro voluntario
y que forma parte de la parafernalia de todo el misticismo que lo envuelve. Él
mira con indiferencia todo lo que ocurre en el mundo de los toros.
Sus mejores tiempos pasaron, ahora no es más
que un producto mercantil, que cuando le apetece se anuncia en una plaza de
segunda categoría y actúa sin la competencia real de los que de verdad tiran
del carro del toreo, ante toros escogidos para sus esporádicas actuaciones. Eso
si, no confundir con reapariciones, porque si no hay retiro, no hay
reaparición.
Es el personaje creado por su maquinaria de marketing.
Una anécdota por mucho que se canten sus faenas y actuaciones. Una auténtica
figura del toreo, de siempre, iniciaba su temporada en Fallas y terminaba en El
Pilar de Zaragoza.
Se acartelaba con sus iguales, a los que trataba de
destrozar en el ruedo y gustaba de compartir cartel con aquellos que se decía
venia a bajarlo del trono. Así fue y así debería de ser. José Tomás no
compite con nadie. Decir que compite consigo mismo es otra farsa más, no da
la cara en las ferias de primer nivel y su aparición en las principales plazas
brilla por su ausencia.
JOSÉ TOMÁS NO COMPITE CON NADIE
Plausible sería su vuelta si se anunciase con Ponce,
este año va a ser imposible, El Juli o con el peruano Roca Rey en la madrileña
plaza de las Ventas durante la feria de San Isidro. Eso si sería un
acontecimiento para hablar, escribir y copar los medios de comunicación, no ya
un día, sino durante varias semanas.
Por ahora todo no es más que una de tantas, de las
que fueron y las que quedan por venir. Un torero ad hoc para
snob.
El Día de Córdoba (31/03/2019)
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