Poco esta haciendo la empresa Taurotoro por hacer que la afición vuelva al Coso de los Califas. La novillada que se presupone cierre la temporada en Córdoba -la corrida que aún queda no creemos que se celebre- ha sido un autentico cumulo de despropositos, desde su concepción hasta su final. Todo se ha desarrollado de una forma tan descabellada que podría servir de inspiración para el guión de una pelicula surrealista. De entrada hay que decir que el cartel ya nacio gafado, el primer espada -Pérez Mota- era herido, lo que le impedia actuar en Córdoba. Se le buscó sustituto y asunto solucionado, aunque lo que realmente no tenia solución era la fecha y la hora de la celebración del festejo. En día laborable, a las ocho de la tarde y sin la debida publicidad ¿quien iba a asistir a un espectaculo tan pobre en su concepción? Menos de un cuarto de plaza, no fueron ni los propietarios. El desproposito comenzaba a consumarse.
Pero para que todo terminara de enredarse, hete ahí, que el primer novillo hiere de consideración al segundo espada en el tercio de quites. Una cornada en la cara posterior del muslo que necesita de intervención quirurgica. El orden de la lídia se altera, todos pensamos que la cosa queda en mano a mano entre los dos cordobeses, pero surge el segundo desproposito que no es otro que Javier González sale a matar sus dos novillos, visiblemente mermado de facultades con el asentimiento del equipo médico y lo que es peor del delegado gubernativo. Gracias a Dios que no sucedió nada, si no ¿a quien habia que haber pedido responsabilidades?
Luego la tarde noche de despropositos continuó en el redondel, convertido en capeas de plaza de carros. ¡Que lidias mas espantosas! Capotazos sin ton ni son, banderilleros mal colocados, picadores que no eran capaces de dominar a sus cabalgaduras, una puya que se desprende de la vara, el picador que mete dos cuartas de palo en el boquete del puyazo anterior, un ventilador envuelto por un plastico en un palco vip funcionando toda la noche....Menos mal que "El Punti", uno de los pocos que mantuvo su sitio, nos evito que salieran los cabestros que era el número que faltaba. El desproposito seguia creciendo.
De los toreros poca cosa. Curro Jiménez que lleva muchos años en esto, se le vió sin oficio mucho destorear y acompañar las embestidas, arranco una oreja a base de tesón ante un manso. Javier González no debió de salir de la enfermeria y Solano González sigue con su ilusión, su voluntad y sus ganas de agradar, pero poco mas. Tuvo el mejor novillo de la noche, el mas propicio para reivindicarse, pero su falta de oficio no se lo permitió. Solo al final, tras un sin fin de pases sin alma, se dió cuenta de donde debia de colocarse y lo que debia de hacer, pero ya era demasiado tarde. El desproposito llega a su fin, porque estas lineas no quieren ser eso un desproposito.
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