
Desde un tiempo para acá, vemos como encastes señeros de la cabaña brava española, se están diluyendo poco a poco para estar algunos al borde la extinción. Ya habló el doctor Rodríguez Montesinos de la limpieza etnica que se esta produciendo en el campo bravo, solo el romanticismo de algunos ganaderos nos permite vislumbrar un atisbo de luz en la conservación de estas castas que antaño escribieran páginas de oro en la historia de la tauromaquia.
No hace mucho, alguien me comentó que Tomás Prieto de la Cal había practicado un cruce con dos toros de la ganadería de Luis Algarra. En un principio no me lo quise creer, pero la afirmación hecha por un familiar del desaparecido ganadero sevillano, ya me dio que pensar. ¿Que pretende Prieto de la Cal? Recientemente alguien, vamos a ignorar su nombre, me ha aclarado que lo que se ha hecho en "La Ruiza" no es otra cosa que un cruce industrial, o lo que es lo mismo, poner los toros de Algarra con las vacas con la idea de utilizar del cruce solo los machos que serían destinados a la lidia en plaza, desechandose automaticamente las hembras que serian enviadas al matadero.
En primer lugar no me parece ético lidiar un producto resultante de tral cruce en una plaza, pues seguramente el espectador que acude a un coso a ver una corrida de este hierro, acude a admirar y ver la bravura añeja de los viejos veraguas, por lo tanto, a este espectador ya se le está tomando el pelo.
En segundo lugar, que ocurriría si las vacas resultantes del cruce son tentadas y su juevo fuese superior ¿se enviarian al matadero?
Si esto es así, los veraguas estarían condenados a muerte.
Confiaremos en Tomás y esperemos que no se deje embaucar por los cantos de sirena de los taurinos a los que nada importa ni los veraguas, ni la fiesta de los toros misma.
La foto la he tomado prestada de la web de las Ventas...alguien extravió mis negativos de mi excursión a "La Ruiza".