5/05/2007
ADIOS A UN GANADERO Y ADIOS A UN AMIGO
Hace ya algunos años, no recuerdo exactamente, llevado por mi pasión por la casta vazqueña, viaje a la provincia de Toledo para conocer la ganadería que conservaba en Nuño Gomez, Wenceslada de Paz. Esta mujer a la que los años no permitían llevar la ganadería como ella quisiera y ante el mercantilismo que rodea hoy al mundo del toro, tenia el propósito de venderla. Muy seria me dijo: "la vendo, no puedo con ella, estoy ya muy mayor y nadie me ayuda. Hay un navarro que esta muy interesado en comprármela, cuando lidie en Quismondo quizá cerremos el trato."
Pasaron un par de meses y la entrañable señora, nos invitó a la familia a ir desde Córdoba hasta Quismondo para ver el juego de sus "veraguas". Novillos encastados, correosos, bravos que maravillaron a todos los que amamos el toro en el más amplio sentido de la palabra. Después del festejo, le conocí. Me dijo la ganadera: "Mire Salvador, este es Jesús Fraguas que como usted esta enamorado de la ganadería". Fraguas estaba entusiasmado, le brillaban sus ojos, los cuales le delataban que ya tenía el propósito serio de comprar la ganadería a Wenceslada de Paz. Me preguntó una y mil cosas sobre la casta vazqueña, historias que escuchaba ávido por conocer los entresijos de esas reses jaboneras que le entusiasmaban. Días más tarde cerró el trato. Las jaboneras y barrosas abandonaron Toledo y viajaron hasta los prados maños de Marlofa mientras Jesús Fraguas y su hijo Ricardo, terminaban de habilitar su finca en Villafranca de Navarra. En el mes de Noviembre sonó mi telefono: "Salvador, soy Jesús Fraguas de Villafranca. Tengo que hablar con usted, he comprado como ya sabe, las jaboneras de Toledo y estoy pensando en refrescar con un toro de otra ganadería de igual sangre, lo malo es que Prieto de la Cal no esta por la labor de venderme un toro y no se que tenga otra alternativa. ¿Que puedo hacer?". Le dije que viniese hasta Córdoba que conocía un toro semental del hierro de Julio de la Puerta de la rama vazqueña que seguramente se podría llegar a un acuerdo con el ganadero sevillano. Jesús viajo, vio al toro, quien le iba a decir que ese toro iba a acabar con su vida, y junto a otro se los llevo para sus vacas. El toro ligó. El resultado del primer tentadero fue espectacular. El esfuerzo había valido la pena y su ilusión por recuperar un encaste histórico estaba en lo más alto. Gane un amigo y hoy, ese mismo toro que sello nuestra amistad, se lo llevó para siempre. Avatares del destino. Descansa en paz, amigo.
Foto tomada de la web: www.ganaderiafraguas.com
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