8/26/2007

EL TORO PILAR DE LA FIESTA


Hemos escrito muchas veces, que sin toro la fiesta se derrumba. Si el toro falla, podemos afirmar sin dudar un ápice, que la liturgia de la corrida pierde todo su sentido. Por esto, se puede deducir claramente, que el toro es el bastión principal de la fiesta. Viene esta reflexión por un par de cosas que últimamente se están acentuando. La primera no es otra, que cada vez que se presenta un cartel de alguna corrida de "campanillas", lo primero que se pregona a los cuatro vientos son los nombres de los tres espadas que conforman el mismo, obviándose en demasiadas ocasiones la ganadería a lidiar. Esto es lamentable. No se pude omitir una ganadería en la presentación de ningún cartel, ni por importante, ni por modesto. El ganadero tiene tanto derecho como los espadas de turno, por lo tanto debe de tener el mismo caché o vitola. También los ganaderos, deben de cobrar en tiempo y forma. Cada día está más extendido, pagarle a todo el mundo, para luego al ganadero tratar de regatearle unos euros y abonarle el importe de los toros, tarde, mal y a veces, se están dando casos, de nunca.
En todo este embrollo, en que los ganaderos están perdiendo mucho sitio, vemos en demasía en estos tiempos, que la reseña del juego de los toros es casa vez más escasa. El "desiguales de presentación y juego" es norma habitual en crónicas y reseñas de festejos. Lo importante el cantar y exaltar los despojos que cortan los toreros, el toro cada día importa menos.
Viene esto, por que anoche tras volver de la goyesca de Antequera, mire las reseñas de los festejos celebrados en un portal "toreril" de moda y cual fue mi sorpresa que calificaban los toros de la ganadería anunciada, como flojos y desrazados.
Vamos a ser serios. Para escribir de toros e informar, hay que ser fedatario y nunca engañar a nadie. Vamos que si los toros hubiesen sido como decía el redactor de la reseña, se hubiesen cortado las orejas que se cortaron y el resultado hubiese sido lo "exitoso" que fue.
Decir la verdad es contar que los seis toros enviados por los ganaderos, estuvieron bien presentados, musculados, duros de patas y acorde a su encaste. Que saltaron tres que fueron de dulce para los toreritos de pastel que mataron la corrida. Que Rivera Ordoñez se vio desbordado por el encastado cuarto, que el quinto se lastimo en el tercio de varas al caer la puya trasera y que el sexto le ahogaron la embestida no permitiendo que el toro sacara lo que tenía dentro. En resumidas cuentas, corrida de toros interesante para el aficionado y que "sirvió", como hoy se dice, para los toreros.
La pena es que la ganadería de Julio de la Puerta, ha estado alejada del circuito y de las figuras. Si esta corrida la hubiese lidiado algunos de los hierros que el lector puede estar pensando (garcichico, tufillo, juampedro y otras) la agradecida prensa, la hubiese cantado de otra manera, y lo que en una ficha era "flojos y desrazados" hubieran sido "bravos y con clase".
Vean en la foto por donde lleva el hocico el toro en una muleta tan vulgar como la de Rivera Ordoñez. Esa fue la tónica de las embestidas de la corrida. Si eso es falta de raza que venga Dios y lo vea.

2 comentarios:

Córdoba Taurina dijo...

Sin ir mas lejos hoy se canta la corrida de Fuente Ymbro en Almagro en el mismo portal. Por cierto con un resultado "artístico" mas pobre.

Alvaro de Campos dijo...

Me alegro que alguien diga las cosas claras. Es impresentable y frustrante el leer crónicas de corridas a las que has asistido, en las que se reflejan realidades que no son tales, no se informa sino que incluso se desinforma, se alaban cosas mal hechas, no se critica lo que es de recibo, se dejan de señalar comportamientos meritorios, se utilizan muletillas como "desrazados" o "mansos" (¿se supone que un toro manso es todo aquel que al final de la faena muestra querencia y hace intención de salir suelto de la muleta o rajarse, o habría que especificar esto?)...
Se supone que los periodistas han de ser entendidos, buenos aficionados, y sin embargo en muchos casos analizan el éxito o fracaso del festejo en función de los trofeos cortados, además de que se dejan de cantar buenos toros que puedan haber salido en la primera parte de la corrida si la segunda parte ha decaído.
En mi opinión hay una importante diferencia entre aficionado y espectador, y muchos mal llamados críticos taurinos son como mucho esto último.