7/03/2009

ES LA HORA DE LA CONTRA REFORMA


No me gusta escribir en caliente. Y menos aún de algo que me ha puesto la sangre a hervir. Por eso muchas veces dejo pasar el tiempo para ver si se me pasa la mala leche. Aunque físicamente parezco anglosajón, por mis venas corre sangre mediterránea y por eso creo que me duran más de la cuenta los berrinches. Pero ojo, me caliento solo con aquello que considero injusto, abusivo, ilógico o de poco entendimiento. El caso no es otro que llevamos de un tiempo a esta parte, que a la fiesta se le está dando cera por activa y por pasiva. Desde fuera está siendo vilipendiada, ultrajada y maltratada. Grupúsculos muy ruidosos, pero bien organizados y mejor financiados, se han convertido en un todo un clásico del circuito taurino. Manifestaciones, concentraciones y actos varios, donde se llega al insulto, a la calumnia e incluso a la injuria, todo ello con el beneplácito de las fuerzas del orden que hacen la vista gorda ante una presunta falta a las principales normas de convivencia del estado de derecho, orden constitucional y al vigente Código Penal español, porque debemos que aclarar que la injuria y la calumnia, están tipificadas como delitos en la legislación jurídica por la que nos regimos. Luego la clase política se ha ocupado de descentralizar la fiesta de los toros. La cesión de competencias a las administraciones autonómicas, ha servido para hacer legislaciones caprichosas, equivocadas y en las que se ha tenido en cuenta todo, menos la protección del consumidor, el espectador ya sea aficionado o simple concurrente ocasional de los tendidos.
La pasividad del mundo del toro, ha permitido que los de fuera, se vengan arriba y cada vez sean más incisivos contra la fiesta más culta de todas las fiestas, tal y como la catalogó García Lorca. La prensa taurina, también ha hecho la vista gorda. Ha obviado todo lo que se cocía fuera. Se ha jaleado de forma constante a los de dentro y con ello, el afeitado, el fraude, la falta de integridad del toro, la desaparición de la lidia total, la extinción de algunos encastes, la desaparición de la suerte de varas y otras muchas cosas más. Ahora cuando los de fuera, que siguen siendo pocos, pero bien organizados y mejor subvencionados, han conseguido llevar una propuesta a la Generatitat de Cataluña para la abolición de la fiesta de toros en una de las más bellas regiones de este país que se llama España, se han rasgado las vestiduras. Ahora es cuando demandan una reforma de lo que hay dentro. Miren ustedes, estómagos agradecidos de taurinos de tres al cuarto, lo que hace falta es denunciar los males de internos de la tauromaquia actual, lavar sus trapos sucios, demandar la integridad de todo, empezando desde dentro. Ustedes piden una reforma, pero aquí lo que hace falta es una contrarreforma. Es el espectador el que tiene que tirar de la manta y desenmascarar a todos los chuflas que desde dentro se están cargando, o se han cargado ya, la fiesta. Empezando por que vuelva a saltar al ruedo el TORO. El toro, con mayúsculas, es el único que puede poner orden. El toro de hoy, al que hay que cuidar para que no se caiga o se pare, no sirve. Ese es un animal bobo, tonto y diseñado más que por los ganaderos, lo está por ganaduros más cercanos a Walt Disney que al admirado ganadero romántico, de ahí que los de fuera le tengan tanto cariño y amor. Los seres humanos siempre nos ponemos al lado del más débil. La imagen de un animal derrotado, por los suelos, mutilado y ensangrentado es la viva estampa de la debilidad, por eso da tanta lastima y tiene hoy por hoy tantos defensores. Hace falta un animal pujante, agresivo, encastado, fiero, integro y bravo. Si este saliera el débil sería el hombre. Con ello el torero volvería a ser objeto de devoción y la fiesta volvería a ganar en belleza, drama y sentido.
Luchemos por el TORO DE VERDAD, con él en las plazas la fiesta recuperaría el alma que se escapa y el que daría lástima no sería el bruto, lo sería el hombre.

Si el toro de la foto saltara a los ruedos otro gallo nos cantaría.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Magnífico artículo, lo suscribo de principio a fin.

Xavier González Fisher dijo...

No se necesita más que tener una pizca de aficion por esta fiesta, para estar de acuerdo con lo que don Salvador aquí propone y sin reserva alguna.

Saludos desde Aguascalientes, México.