NOVILLADA SIN PICADORES
GANADERÍA: Erales de Hermanos Garzón con los dos hierros de la casa. Desiguales de presentación y juego aunque no plantearon demasiados problemas a los espadas.
TOREROS: Miguel Ángel Serrano, de tábaco y oro. Estocada (vuelta al ruedo tras dos avisos). Mateo Julián, de canela y oro. Estocada (oreja). Borja Jiménez, de azul celeste y oro. Pinchazo y estocada (ovación con saludos). Ángel Jiménez, de grana y oro. Media estocada trasera y estocada (oreja). El Zorro, de nazareno y azabache. Estocada defectuosa y descabello (ovación y saludos tras aviso). Juan Ortega, de azul marino y oro. Pinchazo, media estocada y cuatro descabellos (ovación y saludos tras aviso).
Incidencias: Plaza de toros de Córdoba. Lunes 24 de mayo de 2010. Segundo festejo del abono. Más de un cuarto de plaza en tarde soleada en la que en ocasiones sopló el viento. Duración: dos horas y diez minutos.
Salvador Giménez
El festejo de noveles se ha convertido en un clásico del abono de mayo cordobés. Este tipo de espectáculos menores, viendo como está el escalafón inferior, es totalmente artificioso en una feria importante. Quizá sea Córdoba el único ciclo que lo incrusta en la feria. Plausible es el fomento de los que empiezan, pero fuera de una feria ya demasiado larga. Los actuantes tienen la lógica disculpa que los que emprenden esta difícil profesión. Por ello hay que tratar a los novilleros con cierta condescendía. Algunos obviamente, como en todas las profesiones, son más espabilados que otros. Otros, los menos, muestran buen concepto y buen corte. Pero unos y otros deben de madurar y cimentar un oficio para ser lo que buscan. Ser figuras de toreo, una empresa por otro lado casi imposible. Ayer sobre el dorado albero califal, seis toreros y seis estilos. Destacaron Ángel Jiménez y Juan Ortega. El primero es un torero despierto, listo, con oficio y con buen concepto. Hilvanó el trasteo más compacto de la tarde. Por contra también abuso del pico y de desplazar a su oponente en demasía hacia las afueras. Si corrige esto último puede funcionar. Juan Ortega no tiene tanto oficio, pero mostró el toreo más hondo y compacto del festejo. Lo que le salió bien, fue para enmarcarlo. Solo tiene que coger oficio y plaza. Miguel Ángel Serrano trata de hacer las cosas de forma pura y ortodoxa. Ayer el viento fue su principal enemigo, así como un novillo en exceso gazapón e incomodo. Al final se asentó y consiguió algún muletazo estimable, sobre todo en las postrimerías de la faena que peco de largura. El francés Mateo Julián cortó una oreja fácil por un trasteo amontonado y de poca limpieza. Borja Jiménez se encontró con un novillo nada colaborador. El Zorro derrocho voluntad y estuvo más despierto y entonado que en otras ocasiones.
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