11/18/2012

CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA...O CASI.



El otro día nos levantábamos con la triste noticia. La familia García Palacios se había desprendido de la legendaria vacada de Concha y Sierra. Según anunciaban los portales “oficiales”, la venta se había llevado a efecto al transmitir a un empresario francés la totalidad de las vacas y los sementales, así como los derechos de hierro. Los García Palacios se reservan los todos los machos, por lo que durante algunos años los productos que se anuncien a nombre de la histórica torada serán de su propiedad.
Sorprende y mucho la noticia. Desde su adquisición a Miguel Báez, los García Palacios habían trabajado en una línea acertada. Primero eliminaron toda la descendencia de un toro del Conde de la Corte que puso “Litri” y luego continuaron con una labor selectiva en pos de devolver a tan importante vacada al sitio que siempre tuvo. Ya se sabe, para construir una ganadería hace falta una vida, para descomponerla solo unos años, y los García Palacios, muy a pesar del magnífico trabajo realizado, no han tenido paciencia y han desistido de su empresa. Y no la han tenido, a la paciencia me refiero, creo que por las imposiciones del sistema actual. Concha y Sierra siempre fue la ganadería más “torerista” de la rama vazqueña, pero en la actualidad se encuentra marginada por la torería precisamente por ser, según ellos, impropia para el toreo moderno. Trabas y más trabas han dejado a Concha y Sierra en fuera de juego. Novilladas, donde han saltado ejemplares que mostraban que el trabajo que se estaba haciendo era acertado, era la única salida para una ganadería otrora reclamada y exigida por todos, mientras que los productos del otro hierro familiar, el que lidia bajo la denominación de “Albarreal” con la casta dominante de "domecq", no tiene reparo alguno en ser estoqueado por la flor y nata de la torería actual, en ocasiones en plazas importantes.
La paciencia de José Luis García Palacios se ha agotado. Se ha desprendido de un sueño que persiguió y del que ha despertado con la amargura de que ha sido solo eso, un sueño. Ahora seguirán trabajando con los “domecqs” de “Albarreal” y aunque el trabajo sea más pobre, de seguro no tendrá tantas pegas como con los herederos de los “toros de la Viuda” y contaran con todo el "taurineo" a favor.
Los vientres y sementales se van a Francia. Un empresario galo, Jean Luc Couturier ha adquirido algo que se perderá para siempre del campo bravo español. Ignoro si el francés tendrá la panacea. Mucho dudo que pueda devolver esta singular ganadería a los lugares que ocupo en el pasado. Tampoco si sus criterios de selección serán los acertados. También si la afición gala asumirá las camadas de una vacada eminentemente torerista. Y por último si su afición no va a ser flor de un día. Sorprendió en febrero cuando adquirió los “condescortes” del Cura del Valverde, y ahora sorprende aún más al comprar el otro polo opuesto como es Concha y Sierra. Si ser ganadero con una sangre es una aventura difícil, de dos es una pura utopía. O si no que le pregunte a ganaderos de toda la vida como Victorino o Moreno Silva. Victorino no es capaz de levantar los “vegavillares” que compró a Barcial. De los Urcolas de Galache han dicho en muchas ocasiones que en el momento que salga un comprador serán traspasados con el nuevo hierro creado. Por otro lado José Joaquín Moreno Silva ha manifestado que los “alonsos”, pura sangre también de Urcola, están condenados a muerte. Solo quedan en La Vega machos que verán los últimos días de gloria en plazas menores y quién sabe si no en las calles del Levante español. 

El campo bravo español pierde una ganadería de leyenda y patrimonio de todos los aficionados al toro. Esperemos que el francés cuando vea que el sistema le da la espalda o le pone trabas, no arroje la toalla y tire un trozo de la historia brava española por la borda, aunque mucho me temo que esto es el principio de fin. Esto puede ser la crónica de una muerte anunciada. Esperemos que no.

Fotos: Salvador Giménez
(1) Toro de Concha y Sierra en la finca "El Campillo"
(2) Dos toros del hierro de Alonso Moreno de la Cova en "La Vega" el pasado mes de septiembre.

2 comentarios:

franmmartin dijo...

En estos tiempos ya no nos sorprende casi nada.No obstante a mí me sigue sorprendiendo el descaro de las figurillas y -como ahora se dice-de su entorno.
De modo que ésta caterva quiere salvar a la Fiesta haciendo bufonadas en la plaza mayor de los pueblos, con criaturitas que no pueden saber de que va ésto,o regalando entradas a cien o doscientos jóvenes, para que cuando vean en lo que se ha convertido una corrida salgan a su vez corriendo para no volver más.
O creando grupos de presión para exclusivo beneficio de unos cuantos.
Todo menos sentirse toreros de verguenza y de honor y no boicotear ni a compañeros ni,sobre todo, a encastes que saben perfectamente que ese boicot les lleva directamente a su desaparición.
Los principales culpables de que la Fiesta desaparezca,como va a desaparecer,son éstos oficinillas del toreo con sus exigencias,con sus mañas ratoneras,con su insensibilidad,con su cobardía y con su egoismo.Por mucho que quieran engañar a los desavisados con las bobadas que acostumbran.
Caiga el deshonor y la responsabilidad sobre ellos y sobre el amplísimo entorno que ha propiciado éste desatre anunciado.

pedrito dijo...

A mi tambièn me parece muy extraño que este señor CUVELIER adquiere a una ganaderia torerista después de haber comprado los "Curas de Valverde"
Pretende estar "loco de toros". Hasta prueba del contrario, los mas locos son los que pasan a la taquilla de las plazas, y los ganaderos condenados a enviar sus camadas al matadero
Hé traducido en mi blogue parte de tu entrada: me parece que para ciertas personas el dinero solo puede ser motor del negocio, mucho màs que la afición; criar hoy ganado bravo, mientràs que la crisis no parece desaparecer: que idea peligrosa!

Saludos