9/12/2010

LA EDAD DE ORO DEL REJONEO CABALGA EN BELMEZ (CORDOBA)


GANADERIA: Seis toros, reglamentariamente despuntados para rejones, de Luis Terrón Díaz. Bien presentados y de buen juego en líneas generales.

REJONEADORES: Fermín Bohórquez (dos orejas) y (oreja)
Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y rabo) y (dos orejas y rabo)
Diego Ventura (oreja) y (dos orejas y rabo)

INCIDENCIAS: Plaza de toros de Bélmez. Corrida de rejones con motivo de la feria de Nuestra Señora de los Remedios. Lleno en los tendidos en tarde soleada y de buena temperatura. Al finalizar el festejo los tres caballeros en plaza abandonaron el coso a hombros por la puerta grande.


Redondo el cartel que se ofrecía en el remozado coso belmezano. En él se reunían los máximos exponentes del rejoneo actual y el público acudió al reclamo de los caballeros en plaza anunciados. Tres estilos de monta y torero tan distintos, pero complementarios entre sí, hicieron pasar una buena tarde a los aficionados al torero a caballo. Si, torero a caballo. El rejoneo ha evolucionado tanto en los últimos años que ya todo no consiste en clavar rejones y banderillas. Ahora se tienen en cuenta distancias, terrenos y con el galope de costado o a dos pistas, se templa la embestida de los toros como si de una muleta se tratase. Estamos viviendo sin duda la edad de oro del rejoneo. Hoy se rejonea mejor que nunca y posiblemente el listón puesto por los rejoneadores de hoy, sea muy difícil de superar.
Fermín Bohórquez se ha convertido en uno de los representantes del toreo a caballo más cercano a las labores del campo bravo. Su monta evidencia maneras camperas y su rejoneo está lleno de reminiscencias del pasado. No obstante, y a pesar de su estilo añejo, el rejoneo que práctica ha sabido adaptarse a estos brillantes tiempos del rejoneo actual. Destacó sobre todo en la pureza de su monta y en los pares a dos manos.
Pablo Hermoso de Mendoza es la perfección. El navarro trajo las nuevas formas al toreo a caballo y con ellas una ejecución distinta en formas pero de fondo muy profundo. El estellés, como si de un torero a pie se tratara, domina a la perfección distancias y terrenos que aprovecha para la práctica de un rejoneo de gran calado a los tendidos. Cumbre en los tercios de banderillas donde lució de manera espectacular galopando a dos pistas.
Diego Ventura tiene una virtud que le hace marcar las diferencias. Este nuevo centauro de La Puebla complementa su monta y buen hacer con algo innato. La comunicación. Ventura es un gran comunicador con el público que rápidamente se le entregue. Para colmo su rejoneo es continuador de las formas que trajo Hermoso de Mendoza hace más de una década, lo que le hace más que un competidor para el navarro, un digno sucesor. Magnifico en su primero en banderillas donde templó con gran estilo, así como en la labor general en su segundo.

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