6/03/2011

EL JULIPIÉ PREMIADO EN CORDOBA



Los fallos de los jurados de los premios taurinos de Córdoba no suelen estar nunca exentos de polémica. Año tras año cuando se hace público el resultado, siempre suele salir alguien en tono discrepante. En esta edición, cuando todo parecía que estaba clarito, vuelve a surgir la polémica. Esta vez no ha sido el trofeo Manolete el que ha originado la discordia, este año ha habido unanimidad y rapidez en el fallo, sino el de los premios que otorga un prestigioso centro comercial.
No quiero hacer crítica ácida alguna, pues algunos de los componentes del jurado son grandes amigos, pero el otorgar el premio a la mejor estocada del ciclo a El Juli, suena a cachondeo. A cachondeo o a no tener el más mínimo conocimiento de la suerte suprema. El de Velilla de San Antonio no es un estoqueador consumado y ortodoxo, es lo que se ha llamado en la historia del toreo un tumbatoros. Su técnica para matar, con ventajas incluidas, se ha dado en llamar el julipié, y hay quien le ha dado la siguiente definición: El julipié consiste en citar al toro para matarle a volapié enfrontilado a él, entre los dos pitones del mismo, igual a como se hace normalmente pero, en el momento de hacer la suerte, se le echa la muleta a la cara, para tapársela y dejarle ciego por un instante, en vez de al hocico para que humille y descubra el hoyo de las agujas. Al mismo tiempo que le tapa la cara se echa fuera del pitón derecho a toda velocidad, de tal forma que se traspasa rápidamente la altura de la punta de dicho pitón y una vez tras la pala se gira el cuerpo hacia el toro, se da un saltito y se busca la cruz con la punta de la espada, empujando con todo el cuerpo tras ella. (Joaquin Monfil)
Obviamente la técnica que emplea El Juli no deja de ser un recurso para matar los toros de forma efectiva, pero poco ortodoxa. Por ello desde esta modesta tribuna mostramos nuestro desacuerdo en la concesión de un premio que debe de velar ante todo en la pureza de la suerte, y no en una ventaja o un recurso técnico.
Ya que hablamos de pureza no queda más remedio que recordar que la forma más gallarda para matar a un toro, no es otra que recibiendo. La forma más pura y más antigua de matar a un toro bravo. Así fue como José María Manzanares estoqueó al primero de su lote la recordada tarde del pasado 26 de mayo. Además en los medios, sin ventajas, con la verdad y la muleta por delante. Encima aguantando hasta en tres ocasiones la falta de codicia de un animal que no se arrancaba al cite, cosa lógica por el terreno escogido para ejecutar la suerte. La espada cayó arriba y el toro rodó como una pelota. Estampa de otros tiempos, de cuando los toros tenían pujanza y había que matarlos de forma gallarda y torera. Ya son unos pocos de toros los que ha matado este nuevo Manzanares en esta añeja suerte de recibir. Clasicismo y ortodoxia ante recursos y heterodoxia ¿Qué preferimos?

Fotos: El Juli estoqueando a su segundo toro. (José Luis Díaz)

1 comentario:

Administrador dijo...

La forma de matar del Juli es la misma que tiene el Fandi de poner las banderillas, pegando saltos.
¿ Como ha estado el jurado de Cordoba para no distinguir una mala de una buena estocada como la de Manzanares o el mismo Perera?. Lo dicho en Cordoba hay mucho aficionado de tabernas.