No cabe duda alguna que Manuel Benítez 'El Cordobés' es un
genio. Un genio de los que nacen de muy
tarde en tarde. Un ser único, poseedor de un carisma que sólo poseen los
elegidos y por tanto una personalidad arrolladora. Podrá gustar más o gustar
menos, pero Benítez siempre ha sido, y será, punto y a parte. En el toreo 'El
Cordobés' fue un revolucionario. Un heterodoxo que llevó a límites insospechados
la ortodoxía más pura del torero. Con 'El Cordobés' se llega al límite entre la
fusión del hombre con el toro. Toreó más que nadie, donde quiso y con quien
quiso, impuso el toro que mejor le venía a su 'revolución', puso en jaque a los
empresarios más poderosos de su época, a los que obligó a peregrinar hasta
Córdoba, gano más dinero que nadie y también que sus compañeros viesen color a
sus honorarios. Hizo lo que le vino en gana en el toreo. Cosas de genios.
Si en la plaza 'El Cordobés' marca el culmen del dominio del
hombre sobre la bestia, fuera de los cosos, el torero de Palma del Río, marca
una época. Es la España de los sesenta, del desarrollo, de una incipiente
apertura hacía el exterior. El pueblo llano, marcado aún por la tragedia del 36,
ve en Benítez una especie de 'mesias'. Un hombre que salió de la miseria más
absoluta para codearse con la beatiful
people de todo el mundo. Ahí quedaron sus fotos con el jefe del estado
español, con el mismisimo presidente de los Estados Unidos y sus portadas en la
revista americana Life. 'El Cordobés' es un ídolo del pueblo salido desde lo
más profundo del mismo.
La figura de torero y de la persona fue, y sigue siendo,
discutida. 'Que hablen de ti aunque sea mal' es la consigna. 'El Cordobés'
tiene sus detractores, sus inquisidores y sus enemigos. En la plaza y fuera de
élla su magnetico carisma fue suficiente para salir airoso. Aunque su época
pueda parecer pasada 'El Cordobés' sigue muy presente en esta sociedad actual
que lucha por superar la zozobra de identidad donde esta inmersa.
Ayer saltó la noticia. Manuel Benítez 'El Cordobés' fue
galardonado con la Medalla de Oro a las Bellas Artes 2014. Un premio que es un
reconocimiento a su trayectoria profesional, un premio que equipara la
tauromaquía a otras disciplinas artísticas. Un galardón que años atrás estuvo
rodeado de polemica. Paco Camino y José Tomás lo devolvieron cuando fue
concedido a Rivera Ordoñez. ¿Traera esta concesión a Benítez de nuevo
polvareda? Quien sabe. Siempre tuvo sus enemigos, pero lo que queda claro que
lo que aes portó 'El Cordobés' al toreo y a la España de su época, no se mide
con la concesión de una medalla de oro. Benítez no necesita medalla alguna. Ya
la tiene por haber sido estandarte y modelo de España marcando una étapa de su
historia. Todo un genio y sobre todo un artista. ¡Enhorabuena V Califa!
Salvador Giménez
El Día de Córdoba (07/02/2015)
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